Entrevista a Lucas de Ulacia: “No voy a poner un basta ni un mínimo”

Entrevista a Lucas de Ulacia: “No voy a poner un basta ni un mínimo”
Nicolás Merino
Nicolás Merino
Una gravísima lesión en 2019, en la pretemporada del ESBK, le apartó del mundo de la competición de las dos ruedas. Hemos tenido la oportunidad de charlar con él para ver cómo va su recuperación.

Lesionarse no entra en los planes de ningún piloto; mucho menos tener que abandonar las carreras por una caída. Pero son cosas que pueden pasar como competición de riesgo que es. Y, en este sentido, tenemos varios ejemplos: en nuestro mismo medio está ‘Toñejo’ Rodríguez, aunque también Kenny Noyes o Lucas de Ulacia.

Entre ellos había un denominador común: muchísimo talento y un cúmulo de circunstancias fatales. Sin desmerecer a ninguno de los dos primeros, Lucas de Ulacia es un gran ejemplo de cómo gestionar una lesión que te impide seguir con lo que más te gusta, en nuestro caso, las motos. Pero también de cómo dar los pasos para crear un método de rehabilitación revolucionario en España. La historia se remonta a 2019, tras una temporada 2018 en muy buena forma, Lucas afrontaba el nuevo curso con mucha ambición en el Campeonato de España de Velocidad con Kawasaki. Sin embargo, una caída en los test de pretemporada truncó los planes del piloto madrileño.

Los test se estaban realizando en el circuito de Jerez, Lucas había sufrido un susto instantes antes de afrontar la curva 13 que, para quienes no lo sepan, es la curva Jorge Lorenzo y uno de los puntos de frenada más violentos del circuito. El problema fue que Lucas llegó a esa curva con las pastillas totalmente desacopladas, por lo que, a la hora de tirar del freno, se quedó sin tacto, literalmente. Entró en la escapatoria con mucha velocidad y tuvo que tirar la moto para no impactar violentamente contra el muro. Sin embargo, la poca distancia que había hizo que el piloto chocara contra el muro y, acto seguido, su moto impactó contra su cabeza, lo que provocó una lesión medular muy grave, dejándole en estado tetrapléjico.

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A partir de aquí comenzó una segunda competición en la vida de Lucas en la que la bandera de meta bajará en el momento en el que su recuperación esté completada. Han pasado tres años desde el accidente y en Fórmulamoto hemos tenido la oportunidad de poder hablar con él de su proceso de recuperación y de la Fundación Lucas 18, organismo que busca por mejorar las coberturas de los pilotos y los deportistas en general.

Nada más recibirnos en su casa, entramos al despacho que Lucas y su padre tienen, donde están expuestos sus trofeos, dos Kawasaki ZX10-R de competición (con una de ellas participó en las 24 horas de Montmeló) y sus cascos, incluyendo el de su caída, que nos muestra sin ningún atisbo de duda. Nosotros nos quedamos asombrados, más por la naturalidad y energía con la que Lucas habla del accidente, que por el estado del propio casco.

Fórmulamoto: han pasado tres años desde tu accidente, ¿qué tal te encuentras?

Lucas de Ulacia:Estoy muy bien. Siempre digo lo mismo. Mientras pueda ir a rehabilitación o tenga por lo que luchar y salir de la silla, siendo consciente de la lesión que tengo, yo me siento bien. Moralmente me decaigo cuando no peleo por mí. No voy a poner un basta ni un mínimo. Quiero estar completamente recuperado y, moralmente, no acepto otra cosa. Además, tengo un alrededor que me está ayudando muchísimo y la verdad es que afrontas con mucho miedo todo, pero poco a poco vas mejorando.

El problema es que mi lesión es muy grave. Yo vengo de estar fatal, por lo que todo lo que consigo es algo que gano. Ya puedo hacer casi todo por mí mismo y doy el máximo para conseguir todo lo que pueda”.

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FM: Nos comentas que dedicas a la recuperación 10 horas diarias. ¿Cuál es tu rutina?

LU: Lo primero que hago es estirar durante media hora aproximadamente. Luego me pongo a andar [con el exoesqueleto de la clínica DACER, lugar donde realiza su recuperación] y, acto seguido, sigo con las manos. Después sigo con el trabajo del tema respiratorio y después de comer me dedico a trabajar todo el tema del tronco. En el centro donde voy tengo mucha suerte porque el personal es muy fan de su trabajo y tienen mucha tecnología. Por último, mi rutina termina caminando otra vez. Eso lo hago de lunes a viernes y los sábados y domingos a veces quedo también para caminar o trabajar un poco más.

En este momento, Lucas y su padre nos desgranan cómo fue el momento en el que realmente se enteran de la gravedad de la lesión, pues los médicos aseguraban que la médula no había quedado seccionada. “Fue gracias a la visita de un neurocirujano que nos dimos cuenta de la lesión. La primera vez que vi el mordisco que tenía en la médula… Ahí se nos cayó el mundo encima. Pero ha sido gracias a DACER que yo he podido seguir mejorando y estar donde estoy ahora mismo. A raíz de la pandemia eché más horas de rehabilitación en casa y nos dimos cuenta de que cuanta más intensidad metía empezábamos a mejorar más. Cuando volví a DACER, desarrollamos la idea de DACER PRO, metiendo en el proceso de recuperación musculación y abriendo la puerta a aquellos que quieran meter muchas horas en su rehabilitación. Estamos demostrando que la intensidad funciona”.

FM: ¿DACER PRO lo lleváis desde la Fundación Lucas 18?

LU: Es un acuerdo con DACER y lo que hace la Fundación Lucas 18 es aportar un determinado número de máquinas y material. Ellos son los tienen toda la tecnología. Nosotros solo los hemos patrocinado un poco y a la vista quedan los resultados que estamos consiguiendo. De hecho, hemos patrocinado a Joan Lascorz en su aventura en el Dakar 2022.

FM: ¿Cómo nace la Fundación Lucas 18?

LU: La Fundación nace por las necesidades que hay que cubrir cuando sucede un accidente de este estilo y que, desgraciadamente, nos hemos dado cuenta de que no están cubiertas. Los pilotos no queremos saber nada de los accidentes hasta que ocurren. Y cuando suceden, te das cuenta de que estás realmente desprotegido. Metes toda la economía, ya sea familiar o de amigos, para correr y tienes accidentes así, donde la Federación [Española] sólo te da 18.000 euros. En dos o tres reformas de tu casa para adecuarla te has gastado ese dinero. A partir de ahí, todo corre de tu cuenta.

Eso no puede estar permitido. No puedes pretender que una familia meta el poco dinero que tienen para que su hijo corra, se destroce en una caída y te dejen así. Eso es muy injusto y por eso nace la Fundación Lucas 18.

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FM: Tenemos ejemplos como Albert Llovera o Joan Lascorz, ¿te ves compitiendo en un futuro?

LU: Ya lo he estado. Conflictos familiares aparte, sí que me veo compitiendo, aunque la prioridad ahora es pensar en mí. Tengo muy claro que si ahora tengo que elegir y relajarme de la rehabilitación, prefiero ganar en calidad de vida que competir. Si puedo competir y mantener lo otro, genial. Cuando tuve la oportunidad de probar el coche de Lascorz pensaba: hay dos maneras de volver a Madrid. Con la versión de no tener nada que demostrar y el coche de Joan destrozado, o bien, cortar y disfrutar de la experiencia. Decidí quedarme con la segunda opción.

Una cobertura totalmente desfasada

Una lesión de estas características en competición incurre en un gasto posterior muy elevado debido a la propia rehabilitación, pero también a cuestiones como las reformas de una casa para adecuarse a las exigencias del lesionado. Es ahí donde el seguro federativo tiene que estar para sufragar los gastos (los pilotos tiene que estar federados para competir).

Sin embargo, en nuestro país la situación es muy distinta; y es que la Real Federación Motociclista Española (RFME) dispone de un seguro que supera mínimamente el mínimo exigido por un Real Decreto que data de 1993. De acuerdo a esta norma, las distintas federaciones tienen que ofrecer como mínimo una cobertura de 12.000 en caso de invalidez permanente. En 28 años no ha mejorado y, en el caso de la lesión de Lucas, la cantidad aportada fue de 18.000 euros. Una cifra totalmente insuficiente y que desde la Fundación Lucas 18 esperan modificar para mejorar la situación de los afectados en un futuro.