La DGT pretende reducir la cifra de víctimas instaurando la obligatoriedad del uso de guantes de moto
La reciente aparición en los medios de la DGT y del Ministerio del Interior a través de sendos máximos representantes, lanzó uno de los titulares a la prensa que pretendía vincular las muertes en moto al uso de guantes, a modo de revulsivo para reducir los accidentes de cara a una férrea campaña 2024 que se va a poner en práctica con dicho objetivo.
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Cierto es que la lógica tiende a imponerse, pero lo sucedido durante la mencionada comparecencia ante la prensa parece querer saltarse cualquier base estructural relacionada con la misma. El simple hecho de paliar el incremento de la siniestralidad de los motoristas mediante el empleo de guantes de moto es insostenible.
Las mismas leyes no escritas de la lógica que, en realidad, pueden cotejarse con la propia experiencia de miles de motoristas de todo el planeta y todos los tiempos, indican que ningún usuario de moto haya podido fallecer por no llevar enfundados un par de guantes; que la causa de la muerte de uno de los nuestros sea por no emplearlos resulta, cuando menos, grotesco.
Pero si ya de por sí lo es, más rocambolesco resulta el plan trazado por nuestros mandatarios que insisten en trabajar en aras de reducir la mortalidad del motorista mediante la obligatoriedad del uso de guantes, además, homologados; algo que no existe a día de hoy y que, al parecer, los máximos responsables de nuestra seguridad ignoran por completo.
La DGT y los guantes de moto «homologados»
Lejos de parecer un espacio de humor tipo «La hora chanante» o similar, se trata de una realidad a la que todos tuvimos acceso mediante la habitual rueda de prensa ofrecida para trasladar los datos de sinestralidad, del año precedente, que suele tener lugar durante los primeros días de cada año.
Por desgracia, los motoristas hemos sido los protagonistas del encuentro de 2024, lo que no deja de ser una muy mala noticia que no solapa la consecuencia y posterior conclusión de la DGT y el Ministerio del Interior: los guantes deberán ser obligatorios para reducir el número de muertes y, atención, estos deberán ser homologados… como sucede con los cascos, habrán debido deducir.
Pues bien, independientemente de quien asesore a nuestros dirigentes, o simplemente si se dejan asesorar, lo cierto es que una vez más queda pantente, negro sobre blanco y ante las cámaras de todos los medios acreditados a la habitual rueda de prensa, que el desconocimiento de la materia es total y absoluto por su parte. Lejos de ser una opinión, resulta ser una triste evidencia.
Entre otros aspectos, la homologación en materia de guantes para el motorista no existe, a día de hoy, en nuestro país. Bien es cierto que en lo referente al casco sí ha habido materia actualizada con la homologación 22/06 entre otros aspectos, pero de aquí a afirmar que deben usarse guantes homologados, hay un abismo… por no decir «la nada».
Ahora bien, si hablamos de guantes certificados, la situación cambia, pero además en muchos aspectos: por un lado, la certificación requerida no siempre se cumple en un porcentaje elevado de productos a la venta, llegando incluso a la propia falsificación del etiquetado del producto. Por otro, no hay, ni se le espera, un seguimiento y estrecho control de ello a través de las que deberían ser inspecciones pertinentes que protejan al usuario.
En realidad, y visto lo visto, la protección del motorista da pie para lanzar afirmaciones como las vertidas en la mencionada y tristemente famosa rueda de prensa. No es lo que el colectivo merece en ningún caso, y si es cierto que rodar en moto con guantes es una garantía y tranquilidad para nuestra seguridad, no lo es menos que en ningún caso evitará muertes, tal y como afirman Marlaska y Navarro.
Es un hecho. Y que estamos en sus manos, también. Lo mismo que ignorar la experiencia del colectivo a través de la consulta a sus voces expertas. ¿Por qué no se pone en práctica?