La leyenda continua: así se desarrolló la concentración motera en Cantalejo

La leyenda continua: así se desarrolló la concentración motera en Cantalejo
David Garcia
David Garcia


Bueno, pues ya llegó y estuvimos en ella. La leyenda continua, la nueva reunión motorista organizada por todo el grupo de apasionados que nos ha hecho disfrutar de la legendaria Pingüinos durante las últimas décadas, eligió el pueblo de Cantalejo para que todos los aficionados pudiéramos vernos y reunirnos como hemos hecho siempre. Y lo hicimos.

El motivo por el que Pingüinos se ha dejado de organizar como tal ya lo conocéis. Tras el «ataque burocrático» que un miembro de Ecologistas en Acción tuvo a bien lanzar sobre la multitudinaria concentración motorista Pingüinos, logró que se prohibiera acampar en la zona donde se llevaba haciendo en las últimas ediciones aludiendo literalmente que «los pimpollos sufrían mucho». Esto produjo, lógicamente, una serie de problemas para la reunión de casi 50.000 personas y con una repercusión económica en la zona de unos 5 millones de euros, con lo que encontrar un nuevo sitio pasó a ser el objetivo que debía ser cubierto por el ayuntamiento de Valladolid y la junta de Castilla y León.

Las opciones que dieron estos estamentos eran inviables para una concentración de este calibre, y en ese momento se comenzó un enfrentamiento entre el creador y organizador de Pingüinos desde sus inicios, Mariano Parellada, y el alcalde de la ciudad. Así, y tras la edición del año pasado ya perdida, Mariano decidió buscar un nuevo punto de reunión, lo que nos ha llevado a cambiar de provincia (Segovia en lugar de Valladolid) y lógicamente de pueblo, que ahora es Cantalejo. Por supuesto, el empeño del alcalde de Valladolid en no perder la repercusión mediática y económica de la concentración motorista, le ha llevado a invertir mucho dinero en montar una autodenominada Fiesta de la Moto, que se celebraba el mismo fin de semana. Pero de eso hablaremos más tarde.

¿Cómo es Cantalejo?

Cantalejo es un precioso pueblo que, para que os hagáis una idea, se sitúa a unos 125 km de Madrid, 50 de Segovia y 70 de Valladolid. Está rodeado de excelentes zonas verdes perfectas para acampar. De hecho, donde se han realizado los eventos y la reunión La Leyenda Continúa (reunión, en la primera edición no se le ha querido denominar concentración aún) ha sido precisamente en el gran centro deportivo municipal, rodeado de bosque, y las instalaciones de Naturaltur, organizadora oficial del evento. Aquí encontramos también una excelente zona de acampada, además de bungalows de madera para poder pasar el fin de semana el que lo prefiera. Vamos, que básicamente parece (y es) una ubicación ideal y según nos contó Mariano ya lo tenía desde hace años, cuando iba al Jarama a ver las carreras en los ´80.Las inscripciones cuestan 25 euros los tres días, o 18 un solo día, que como siempre son caras para algunos y están bien para otros.

Preparándome para acercarme a Cantalejo, me preocupé de equiparme bien y de elegir la moto adecuada, lógicamente. Pude disfrutar de una Kawasaki GTR 1400, una de las mejores opciones sobre la que puedes rodar para un evento así. Suave y potente motor, un carenado que resulta una perfecta combinación entre la protección de una gran GT y la manejabilidad de una sport turismo, maletas integradas y seguras (fundamental para proteger el equipaje y, lo que es más importante, todo el equipo de cámara de fotos, objetivos, etc ), puños calefactables de serie con regulación giratoria, cómoda€ perfecta. El frio y el viento no son lo mismo con motos como esta.

El viernes, la ruta se presentó nublada, con lluvia y niebla, pero nada más llegar con un día desapacible pero de temperatura razonable (es decir, por encima de los 10°) ya pudimos ver una muy importante cantidad de motoristas llegando, inscribiéndose y rodando por la zona. Esto realmente me sorprendió, porque tras el follón mediático que ha habido en las últimas semanas entre Pingüinos, Valladolid y Cantalejo, todos sabíamos que la gran mayoría de los motoristas y habituales de la gran concentración invernal estaban despistados: que si el «nuevo Pingüinos» era aquí allí, se hacía, no se hacía€ No obstante, el viernes ya había gente, mucha gente.

El sábado, como es habitual, fue el día más fuerte y donde los grupos de motoristas más o menos numerosos, no dejaban de llegar. Un día similar al anterior, y eso después de una noche del horror, en que hizo lluvia, frío y viento como para desanimar a cualquiera, pero los aficionados seguían llegando. Los eventos se fueron celebrando, en el pueblo se veía ambiente y animación motorista, y la idea de los organizadores iba cubriendo con cerca de 1500 inscritos al final del día. Sitios para comer (y muy bien, ¡es Segovia!) en la misma zona, y si no en el pueblo al que se puede llegar andando.

A lo largo de la jornada se pudieron disfrutar de varios actos, entre otros una pequeña pero curiosa muestra de motos clásicas, donde pudimos ver todo tipo de modelos de baja cilindrada de los últimos tiempos.

El domingo por la mañana, con peor tiempo, se hizo la entrega de trofeos, y se terminó la primera edición de una reunión-concentración que espero que ninguno a quien le gusten las motos nos podemos perder en los próximos años. Por cierto, en esta jornada se entregaron placas conmemorativas a miembros de la prensa que llevan cubriendo Pingüinos desde hace lustros, y una de platino muy especial al propio Mariano Parellada y a su mujer Maite con una inscripción en la que se podía leer, entre otras cosas, «a su intensa labor como organizadores de concentraciones motociclistas€ y creadores de la Gran Concentración internacional Pinguinos». Queda claro, ¿no?

Y así fue la concentración motera en Cantalejos

Bien, y os preguntaréis cómo ha sido esta reunión desde el punto de vista del auténtico motorista, de aquel que le gusta ir a una concentración de motos a pasárselo bien, hablar con sus amigos y disfrutar de un ambiente puramente motero, en un sitio bonito y con la suficiente gente para disfrutar auténticamente de una concentración.

Pues francamente os digo que es una de las mejores a las que he asistido los últimos tiempos. A un pueblo de casi 4.000 habitantes han asistido al final cerca de 3.000 motoristas, lo que supone un verdadero evento y una fiesta para toda la zona€ que es también una de las metas de cualquier concentración de motos. Además, las instalaciones y todos los alrededores tienen capacidad para asimilar sin problemas mucho más asistentes. Los asistentes ocuparan 3 hectáreas- bueno, aparte de muchos que pernoctaron en hostales, hoteles o bungalows-pero se podría ampliar hasta 15 y asimilar hasta 25.000 asistentes.

Bueno, pero estos son datos técnicos que a tí, como motorista que quiere disfrutar de un buen fin de semana, no te importan tanto. Lo importante que debes saber es que Cantalejo ha sido una excelente reunión, y eso que se ha tenido poco tiempo para reforzar la organización, aunque desde luego no puedo decir que esta haya fallado en ningún momento. Por eso, desde un principio el cupo de inscritos estaba limitado a 3.000, pero desde luego para otros años no dudes que subirá.

El enfrentamiento entre concentraciones moteras

Otra pregunta que muchos os haréis es cuál es nuestra opinión sobre el enfrentamiento o lucha que ha habido entre esta reunión de La Leyenda Continua en Cantalejo y la Fiesta de la Moto en Valladolid. Sobre sus actividades y todo lo que en ella se pudo disfrutar, desde excursiones a conciertos, lo podéis ver en sus páginas http://laleyendacontinua.org/ y https://www.fiestadelamoto.com/, así que al respecto no os comentaré nada que no podáis ver ahí.

En cuanto a repercusión, ha quedado claro que Cantalejo ha sido una de las concentraciones más grandes de España incluso en su primera reunión con todos los problemas que habido, pero que ha sabido a la vez combinar esa buena cantidad de asistentes con un excelente grado de «autenticidad». Es decir, que todos los que allí fuimos somos motoristas habituales, que disfrutamos de la moto y que, si vamos un pequeño pueblo de Segovia, es porque sabíamos exactamente a lo que íbamos.

En cambio, no cabe duda que Valladolid ha tenido mayor número de inscritos y, sobre todo, de visitantes. A nivel de imagen y de «recuperación de la concentración para Valladolid», el único evento que de verdad ha funcionado han sido los desfiles. Si había mucha gente, motos rodando, pero que la mayoría debían de ser de la misma ciudad o cercanías, porque asistentes «de verdad» al evento mototurista había pocos. El ayuntamiento, con el alcalde a la cabeza, se ha dejado la piel y el dinero en crear una fiesta de la moto (observa que tampoco se ha llamado concentración ni reunión motorista) con tal de cumplir una promesa electoral que era literalmente «recuperar Pingüinos para Valladolid». El problema es que mientras Mariano Parellada y todos los que han apoyado la reunión en Cantalejo tienen más de 35 años de experiencia organizando eventos y mega concentraciones para motoristas, y sabe perfectamente cómo mover el evento a nivel de prensa y propmoción, en Valladolid lo han organizado como una superfiesta patronal pero fuera de temporada, en invierno y con eventos difíciles de realizar cuando el tiempo es malo (como así fue) si no se cuenta con una base humana-motorista de verdad. No obstante, contaba con una definitiva «ventaja técnica» oficial, y es que ya sólo en la propia Valladolid hay casi 30.000 motos censadas. Con que la mitad acudiera a alguno de los eventos, ya son casi 15.000, y eso sin contar todos los alrededores con gran afición y cantidad de motos.

Ahora os comento una opinión personal, y que no os parezca un ataque indirecto a la Fiesta de la Moto de Valladolid, sino simplemente eso, una opinión. Un detalle claramente mejorable son los símbolos e imágenes utilizados para su promoción, y para eso podéis verlas imágenes en nuestra galería de fotos. La mascota diseñada expresamente para el evento es una especie de muñeco de nieve de aspecto bastante siniestro (un amigo me comentó que parecía el muñeco diabólico, y estoy de acuerdo), y la imagen promocional es una foto en que dos recién casados van en una Vespa€ sin casco y el pasajero (en este caso el novio) sentado al revés. Digno para promocionar una obra o película cómica, pero en un país que nos ametrallan con campañas de seguridad vial, y especialmente atacando al mundo de la moto, no es la mejor imagen que se pueda elegir. Bueno, directamente la calificaría de pésima.

Conclusión

Como aficionado y a la súper concentración invernal que era Pingüinos, lo que más me duele es que nuestro gran evento moto turismo internacional se haya visto reducido a la nada por una guerra política que todos sufrimos y en la que nadie gana: nosotros no tenemos Pingüinos, el ayuntamiento de Valladolid paga cientos de miles de euros por algo que antes no le costaba nada, la cantidad de asistentes es mucho menor (6.500 inscritos por casi 30.000 de antes) y, por ejemplo, la zona de acampada en la Hípica Militar que fue rechazada por Mariano Parellada para organizar la concentración considerar que no tenía las mínimas medidas de habitabilidad, estaba casi vacía. Apenas da para estar unos cientos de motoristas, con decenas de miles hubiera sido una catástrofe.

A todos nos hubiera gustado ver más gente en Cantalejo y mucho más mototurista y aficionado «real» en Valladolid. Es decir, todos quisiéramos seguir disfrutando de Pingüinos tal y como era y no tener las tres mayores concentraciones que se celebran en España repartidas en dos fines de semana, porque os recuerdo que el próximo tenéis Motauros en Tordesillas€ exactamente en el mismo punto donde también se celebró Pingüinos más de 10 años y que fue aprovechado en su momento hace 16 años por su ayuntamiento para seguir organizando «algo de motos». Y siguen haciéndolo, así que enhorabuena.

Pero ya que estamos jodidos, al menos disfrutemos de lo que tenemos y vayamos a las que podamos. Ahora sólo falta que a alguien (si es Mariano Parellada y su equipo, mejor) pueden organizar una gran concentración de verano digna rival de la que se celebra en Faro, porque en invierno tenemos tres grandes, pero con el buen tiempo no tenemos nada€y eso en España es casi un pecado.