No es ningún secreto que a los hombres nos gusta imaginar, soñar despiertos. ¿Quién no ha tenido fantasías con una exuberante asiática? O con alguna bella italiana rebosante de clase y estilo. ¿Y qué me dices de las fogosas y ardientes inglesitas? Mira, ¿sabes qué te digo? Puestos a pedir, yo me quedo con las tres.
La virtud está en -El Centro-
