A raíz del accidente protagonizado por Simoncelli y Pedrosa en el GP de Francia (Le Mans) el pasado mayo, escribí una columna en esta web de Fórmula Moto titulada: -Simoncelli, Pedrosa y los -belenestebanilistas-, criticando de alguna forma cómo todo tipo de prensa, incluso los que tienen dificultad para distinguir una moto de una -amoto-, hablaban ex cátedra sobre lo sucedido en Le Mans.

«SuperSic»: el día 6, echa un vistazo a Cheste

Simoncelli 58
«SuperSic»: el día 6, echa un vistazo a Cheste
Fórmula Moto
Fórmula Moto


Simoncelli_58

Decía yo entonces: -El percance entre Marco Simoncelli y Dani Pedrosa en Le Mans ha levantado tal polvareda que, hasta los que tienen dificultad para certificar que una moto tiene dos ruedas, se han apuntado a la guerra y, cual programa televisivo -belenestebanilizado-, han sacado pecho y se han apuntado a críticos, y lo mismo certifican que las puertas de la villa de Jesulín se cierran o abren por el -efecto invernadero-, que cargan las tintas contra Simoncelli- porque queda bien salvar el honor patrio, aunque en lugar de capa o vestido de faralaes sean una moto y un piloto los protagonistas-.

Y continuaba: -Lo último que haría es convertirme en defensor de Simoncelli, sobre todo de aquel Simoncelli que se llevó por delante, de la forma más extraña que he visto, a Barberá en la recta de Mugello cuando ambos competían en -dos y medio-. Casualmente, la semana antes del GP de Francia había comentado en la redacción la extraordinaria carrera que se había visto en Monza con ocasión del Mundial de Superbikes, ´que si una carrera de esas se diese en MotoGP entre los cinco grandes, el mundo de la moto tendría conversación para un año. ¡Qué frenadas!, ¡qué adelantamientos! Eso son carreras. Lo demás, un tren de pilotos que desde la segunda-tercera vuelta se acomodan a un ritmo y, así, hasta el final.-.

Y para terminar: -En el mundo de las motos no conozco de nacionalidades, sino de carreras bonitas o carreras amorfas–.

Y esto es lo que no hacía Marco Simoncelli desde que le conocemos: CARRERAS AMORFAS. Salía, se batía el cobre con quien fuera, adelantaba por donde había un hueco… ¿El problema? Sobre todo en MotoGP, que llevamos años en que los pilotos, la casi totalidad, dan por hecho que no va a venir nadie desde atrás -a estropear la fiesta-, es decir, que Lorenzo no cuenta con que un Rossi se le cuele por dentro en la última curva de Montmeló 2009, o que Gibernau piense lo mismo del italiano en Jerez 2005… Por recordar los GP -más a mano que tenemos- y que todos recordamos.

¿Echamos la mirada a Jerez 2007 en  250 cc con los muchos adelantamientos -imposibles- que hubo entre Bautista, Lorenzo y Barberá? No ocurrió ningún desastre porque cada uno de los tres implicados sabía que el otro le podía pasar- hasta por encima.

¿Vemos lo más reciente? Los minutos que transcurrieron desde la salida del GP de Malasia hasta el momento en que Simoncelli se cae, y en su duelo con Bautista, no se tocaron en los adelantamientos que hubo porque cada uno sabía que tenía a otro -intransigente- al lado.

Y mira por donde, la caída del italiano hubiese sido una más sin consecuencias de no haber sido atropellado por Colin Edwards. Es posible que la memoria me traicione, pero desde 1.989 ha habido cuatro accidentes en pista de GP con las peores consecuencias, Palazzese, Kato, Tomizawa y Simoncelli (el de Wakai en Jerez, que presencié a tres metros, fue el resultado de atropellar a un espectador en boxes), y de los cuatro, menos el de Kato, todos fueron atropellados por otros pilotos.

Con Marco Simoncelli no sólo se nos va un piloto, un deportista, una persona- Nos deja alguien que hacía que las carreras fuesen de todo menos AMORFAS. En Cheste, dentro de unos días, allá donde estés, echa una mirada y verás cómo nos has dejado, -Super SIC-.