El trágico desenlace de la carrera de ayer de Moto2 mantiene la triste historia que ha perseguido a pilotos japoneses de primer nivel en el Mundial de Velocidad estos últimos años.

Leyenda negra de los pilotos japoneses en el Mundial de Velocidad

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Leyenda negra de los pilotos japoneses en el Mundial de Velocidad
Fórmula Moto
Fórmula Moto


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El accidente fatal sufrido por Shoya Tomizawa es el primero que ocurre en carrera en el Mundial de Velocidad desde 2003, cuando el también japonés Daijiro Katoh falleció en el transcurso de la prueba de MotoGP disputada en el circuito de Suzuka. Desde entonces, la cita japonesa se ha trasladado a Motegi y todos los circuitos en los que se corre MotoGP se han visto sometidos a exigentes medidas de seguridad.

Tomizawa era un piloto especialmente querido en el paddock. Con un estilo de pilotaje que recordaba al del campeón de 250 Tetsuya Harada y siempre con una sonrisa en el rostro, a sus 19 años se ganó la simpatía de compañeros y aficionados. No hay que olvidar que permanecerá como el primer piloto en vencer en la historia de la categoría Moto2 (GP de Qatar 2010).

En años anteriores, hay que recordar el accidente mortal de Nobuyuki Wakai durante los entrenamientos del GP de España de Jerez de 1993, cuando al salir de su box impactó con un espectador invitado que cruzó de improviso la pista auxiliar. Sucedió en la categoría de 250 cc, recién ascendido a Suzuki de 125 cc, categoría en la que destacó por su pilotaje agresivo. Desde entonces, una garza (el emblema del piloto) reside en el paddock del circuito andaluz.

También cabe destacar el trágico final de otro de los pilotos japoneses más carismáticos del Mundial de Velocidad: Norifumi Abe. En su caso, perdió la vida en un accidente de tráfico en uno de los barrios que rodean Tokio en 2007, cuando pilotaba su scooter y fue arrollado por un camión que realizó una maniobra prohibida. Abe venció en tres GP en la categoría de 500 cc (Japón 1996 y 2000 y Brasil 1999), antes de pasar al Mundial SBK donde no consiguió resultados brillantes. Considera la eterna promesa japonesa (inolvidable su carrera de Suzuka de 1994 que finalizó en un espectacular accidente al final de recta), se encontraba participando en el nacional japonés de SBK el año de su fallecimiento.