Ángel Nieto, el conseguidor

Hace poco, con la desaparición de Nicky Hayden comentaba que no es habitual que yo pida a nadie hacerse una foto conmigo. Nicky fue una de esas raras excepciones; y creo que debo ser de los poquísimos españoles moteros que, habiendo coincidido con Ángel Nieto, no tengo ninguna foto con él. Y no habrá sido por falta de ocasiones. Hoy echo en falta tener esa foto.

La época que más veces coincidí con Ángel fue hace nada menos que 23 años. En 1994 fue cuando se creó el equipo HUESITOS de minimotos. Lo formábamos seis pilotos y entre ellos estaban Pablo y Fonsi Nieto. En aquella época, más que un equipo éramos, todos los miembros, como una familia -una gamberra, pero adorable familia-. Ángel tuvo mucho que ver -o todo que ver- en conseguir aquel patrocinio de las famosas barritas de chocolate. Y es que si ha habido una persona capaz de conseguir patrocinadores y apoyos para los suyos -algo totalmente lógico y normal-, ése ha sido Ángel Nieto. ¿Alguien recuerda algún equipo relacionado con Ángel y los suyos sin lucir alguno de los grandes sponsors de España? Seguro que no. Y es normal, porque Nieto era seguramente la persona más carismática del mundo de la moto (quizás su gran amigo Rossi pueda estar a su nivel) y, como tal, ha ido sembrando muchas y grandes amistades -algunas de muy arriba y no solo del mundo de la moto-, y los amigos están para ayudarse cuando se necesitan. Cuando Ángel hacía un amigo, éste era para toda vida, y cuando tantas personas dicen lo mismo sobre su grandeza, no pueden estar equivocadas.

Ese ha sido otro de los motivos por los que Nieto ha contribuido a hacer tan grande el motociclismo en España. Ha creado afición y ha atraído grandes empresas a nuestro caro deporte, empresas que luego han permanecido a lo largo de los años. Pero el principal motivo es que él solito lo empezó todo. Todos los demás hemos ido a su rebufo. Hoy día España tiene cuatro circuitos mundialistas, muchos equipos en el Mundial, algunos de los mejores pilotos del mundo, la mejor «batidora» (así es como él llamaba a la promoción de pilotos en España) del mundo… Todo esto y muchas cosas más, han sido y son posible gracias a él.

La última vez que estuve con Ángel fue en el Gran Premio de Jerez de 2016 -circuito que, por cierto, llevará su nombre-. Era última hora de la tarde del sábado. Mi amigo David -que también fue integrante del equipo HUESITOS, y siempre ha permanecido muy cercano a la familia Nieto-, nos invitó a subir a Manu -que corria la Red Bull Rookies- y a mi al motorhome de Ángel. Cuando subimos, estaba tirado en un sofá descansando; se le veía agotado despues de un intenso día de trabajo a los microfonos de Mediaset -y estoy seguro que no era por sus 69 años entonces, porque era pura vitalidad-. Tan pronto nos vió, se reincorporó, puso su mejor cara y su mejor sonrisa. Se interesó por como le iba a Manu en la competición, le dió un par de consejos, le deseó la mejor de las suertes y accedió, como siempre con todo el mundo, a hacerse la foto de rigor con el joven piloto.

Ese era Ángel, siempre dispuesto a todo lo que tenía que ver con el motociclismo, y más aún cuando se trata de jóvenes pilotos que tratan de triunfar.

Que se le va a echar de menos, es algo fuera de toda duda. Pero el legado que deja a todos los niveles es algo impagable y que permanecerá siempre. Ahora que el circuito de Jerez ya va a llevar su nombre, estaría muy bien reabrir su museo, pero mucho más grande que antes. Tan grande como fue él.