Motos clásicas olvidadas: Ducati Supermono, con 1 cilindro basta

Ducati Supermono 1993
Motos clásicas olvidadas: Ducati Supermono, con 1 cilindro basta
Daniel Navarro
Daniel Navarro
No todas las motos olvidadas han pasado a la historia de la misma forma: la Ducati Supermono, entre otras, nunca fue ni será una moto común, imposible de olvidar si la has visto.

La Ducati Supermono demuestra que la marca italiana suele equivocarse poco cuando dibuja una moto. Estarás de acuerdo conmigo que en Borgo Panigale trazan líneas creando estéticas profundamente llamativas y generalmente acertadas, con alguna que otra excepción como la primera Ducati Multistrada o la discutida 999 de Pierre Terblanche.

Dentro de la producción Ducati de los últimos 50 años, pocas motos han alcanzado el nivel de belleza de nuestra protagonista. Vale, una 900SS de los 70, las 851 y 916 de los 80 y 90 o, por supuesto, aquella Desmosedici de calle entre otras, son verdaderas obras de arte sobre dos ruedas, pero casi todas han sido más vistas y reconocibles que esta Supermono, un modelo con una historia poco común entre las motos de serie.

Para contar su historia hay que remontarse a los años 80, e incluso antes. Y es que los monocilíndricos son parte de la historia de la moto. Siempre, desde los inicios de esta industria, han existido estos motores que presumían de ligereza y par; dos características primordiales cuando hablamos de motos deportivas. Por supuesto, en la industria inglesa fueron básicos.

ducati supermono 1993 motor

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El motor «mono»: origen y posterior eclosión

Pero tampoco te olvides de otras italianas: Moto Guzzi, ahora más identificada por los V2 a 90º, fabricó desde los años 20 hasta bien entrados los 70 más motores monocilíndricos que otra cosa. Aermacchi igual, e incluso Ducati hasta los años 60. Durante los años 70 y 80, la moto de carretera fue creciendo en tamaño y cilindrada y eso llevó a que esos monocilíndricos pasasen, en cierta forma, a un segundo plano y casi a reservarse para motos de fuera de carretera.

Pero no quedaron en el olvido. Yamaha continuaba ofreciendo la SR 500 en toda Europa, y cuando Honda lanzó a mediados de los 80 la conocida y exitosa XBR 500, Yamaha reaccionó con la divertida SRX 600, con un corte algo más sport que la SR, sin perder su fondo utilitario. Los monocilíndricos tenían sus defensores en la vieja Europa y las marcas continuaron ofreciéndoles alternativas.

También a los más quemados les gustaba la idea de revivir aquellas deportivas de un sólo cilindro que dominaron el Mundial durante sus comienzos. De hecho, son los años, a finales de los 80, en los que se inician aquellos campeonatos que se dieron en llamar «Sound Of Singles» (SoS).

Ducati Supermono accion SoS

Motores monocilíndricos: la llamada de la competición

Fueron unas carreras divertidas generalmente animadas por «cacharros» de fabricación más o menos artesanal, con aquellos motores de un cilindro. Eran propulsores derivados de las tan exitosas, por aquel entonces, trail ligeras de la época de hasta 800 cc como la Suzuki DR Big montados, como solución dada por más válida, en chasis sacados de las 250 2T contemporáneas. Desde luego eran aparatos rápidos y ligeros, muy eficaces cuando estaban bien hechos.

Y no sabría decirte qué fue antes, si el huevo o la gallina, si el Sound Of Singles o la Gilera Saturno Bialbero. Una mono deportiva que aprovechaba el motor de la trail Dakota 500, potente y rápido, para renacer ese concepto de las monocilíndricas italianas deportivas de los años 30, uno de cuyos máximos exponentes se llamaba precisamente Gilera Saturno.

En su nueva versión aparecida durante los años 80 era una moto atractiva, cara, fabricada en cortas series (conscientes que no podía ser una moto de masas) que resultó impactante por su originalidad. El caso es que en este ambiente de «renacimiento» de las mono deportivas, a alguien en Ducati se le ocurrió hacer algo todavía más especial.

Ducati Supermono, «il Risorgimento» de la moto deportiva monocilíndrica

¿De verdad el hecho de emplear un motor monocilíndrico trail en un chasis de una 250, o en uno específico como en la Saturno, era la mejor solución? No. Lo más adecuado, como suele dictar la lógica, era hacer un motor «ad hoc» montado en un chasis a su medida.

Así apareció un motor efectivamente de un sólo cilindro, pero montado casi horizontal hacia delante (precisamente como muchas de aquellas Moto Guzzi y Aermacchi), absolutamente tecnológico y moderno derivado del propulsor de SBK que animaba a la 888, con una «segunda biela» falsa para anular vibraciones, de agua, multiválvula y rápido como pocas veces se había visto.

Rendía nada menos que 77 CV para 550 cc en su primera versión; ten en cuenta que las trail 600 cc de aquel entonces andaban sobre los 42 CV. Aquel «supermono» se montó en un chasis multitubular de acero «by Ducati», con geometrías absolutamente «racing». La moto no tenia ni siquiera instalación eléctrica, ni se pensó en su homologación para carretera.

ducati supermono 1993 estudio tres cuartos izquierdo

Una imagen y un estilo con ciertas reminiscencias provenientes de la 916, llena de carbono, con suspensiones Öhlins, frenos Brembo y todo lo mejor en su equipamiento para ser un verdadero capricho destinado a jugar en los circuitos. Eso sí, barata precisamente no era. Fabricada casi a mano, su precio era muy superior al de aquella 916 de la época… por encima de los 25.000 € actuales.

Pesaba apenas 120 kg y era capaz de superar los 225 km/h con facilidad. Se fabricaron poco más de 60 unidades. Algunas fuentes indican que fueron 65 motos entre 1993 y 1995, los años en que estuvo en el catálogo oficial de Ducati; otras hablan de 67 unidades, pero lo más probable es que fueran estas 65 de verdad y que, según dicen algunos, se montasen después dos más con recambio disponible.

ducati supermono alan cachcart

En cualquier caso, lo cierto es que no hay muchas. Son motos que se emplearon para correr, no solo en el SoS del que hablábamos, sino también en su propia Copa Supermono. Las que quedan «vivas», como es lógico, no suelen salir a la venta por los canales habituales sino en subastas especiales.

Aquí las Supermono, como el buen vino y las obras de arte más reputadas, van adquiriendo cada vez más valor con el paso del tiempo: no hace mucho se hablaba de unidades a 80.000 €. Las últimas que han salido a la venta o subastadas superan los 100.000 euros y, según algunos, rebasarán los 130.000 € la próxima ocasión en la que se pueda adquirir una.

Es cierto que se trata de una moto de la que no mucha gente se acuerda, pero no lo es menos que resulta difícil de olvidar cuando la has visto… e imagino que más difícil todavía si la has pagado. ¡Afortunado serás!

Ducati Supermono 1993