Motos clásicas olvidadas: las Bultaco «pequeñas»

Motos clásicas Bultaco
Motos clásicas olvidadas: las Bultaco «pequeñas»
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Incluso en marcas tan icónicas como Bultaco ha habido motos que, por un motivo u otro, se han olvidado con el tiempo. Es el caso de las primeras Bultaco pequeñas, que parecen no haber existido.

Bultaco es, seguramente, la más icónica de las marcas patrias, si bien Montesa u OSSA estuvieron a su nivel técnico o histórico; es más, ahora mismo cuentan con motos clásicas tan icónicas o más que muchas de las del dedo rampante. Y también es justo reconocer que pocos logotipos e imagen de marca han transcendido más que la de don Paco Bultó.

Ahora bien, incluso con este misticismo, hubo motos de la marca que, incluso teniendo cierto éxito en su día, han pasado a una discreta segunda fila en lo histórico. No han logrado ser valoradas, apenas dan de qué hablar y no es fácil encontrarlas en exposiciones o colecciones. Las motos antiguas Bultaco Junior y, más aún, las 49 y 49 GT, son buenos ejemplos de ello.

Bultaco fue la última en llegar de las tres grandes españolas. Su primera moto fue presentada en 1959: la famosa Tralla 101, una 125 de altas prestaciones que enseguida se ganó fama de rápida. De ella deriva casi toda la gama siguiente, incluyendo las primeras Sherpa o Metralla, además de las utilitarias Mercurio, Saturno o Senior.

bultaco_tralla_101

A mediados de los 60, con todas esas motos ya presentadas (la Senior llegaría en el 66, derivada de la misma familia), el mercado de la moto juvenil también cobra importancia: Derbi está vendiendo bien sus ciclomotores y la 74 Sport, presentada en el 65, está siendo un éxito. Bultaco había demostrado en esos primeros años una excepcional capacidad de adelantarse al futuro con sus motos sport y off road y también quiso su trozo de pastel de las motos juveniles. Sería la Junior GT.

La Junior GT comienza su vida comercial como una 74 cc en 1966. El estilo de su carrocería se separa de todo lo diseñado por Bultaco anteriormente, buscando una estética moderna y diferenciada, de líneas rectas y angulosas, con mayor presencia del material plástico (una modernidad, entonces) y color rojo como principal.

El motor deriva (un error, diría yo) del tranquilo Mercurio 125, con un cilindro más pequeño, para una discreta potencia de 7 CV, en una moto compacta, pero grande y de estilo muy utilitario: la Derbi Sport ya mencionada era lo contrario: una decidida deportiva de 74 cc más potente y estilizada.

En el año 1967 se presentarían sus hermanas mayores: una 125 en la que cambian pocas cosas más allá de la cilindrada y una extraña 100 cc sin mucha justificación más allá de las ventas en mercados donde esa cilindrada tenía alguna ventaja. Es también la misma moto que sus hermanas, sólo que con 99 cc entrega los mismos 9 CV que la 125, eso sí, a mayor régimen. Todavía habría una Junior GT más: el mercado portugués quiso una Junior más grande y con ese motivo se hizo una Junior GT 150 de 11,2 CV.

motos-clasicas-bultaco

Estarían en fabricación hasta el 72, con dos años extra (hasta el 74) para la 150. Pero su historia no acaba aquí. En el 72 se presenta una segunda generación, con un acabado más moderno, en 74 y 125 cc, bajo el nombre Junior GT2.

Apenas cambió nada en el 74 cc, pero en la 125 se decidió montar un motor más deportivo, con otro cilindro y carburador con el que se iba a unos más aceptables 15 CV a 7.500 rpm. En 1976 acaba la fabricación de aquella primera Bultaco enfocada a la juventud y que, a pesar de todo, tuvo bastante más éxito que sus hermanas Brinco y Tirón.

Motos antiguas Bultaco Lobito, Brinco y Tirón

De la Junior se fabricaron unas 6.000 unidades sumando todas sus versiones. No fue un fracaso, pero tenía poca personalidad. No ocurría lo mismo con su hermana nacida en 1966 y enfocada a los jóvenes aficionados a la moto de campo, la famosa Lobito. Las Brinco o las Tirón fueron otros intentos de entrar en ese segmento joven que no siempre se le dio bien a Bultaco.

La Tirón nació más bien enfocada a los niños: era una respuesta a la Cota 25 pero desde Bultaco quisieron hacer una auténtica Sherpa T a escala, con un motor de 100 cc (grande, pesado y algo excesivo para los niños) y una rueda delantera de una medida para la que no había neumático de campo. Al final sólo se fabricaron 600 unidades entre 1972 y 1974, siendo sustituida por la mucho más acertada Chispa.

La Brinco es todavía una historia más extraña: nació en 1973 porque no había novedades para llevar al salón de Barcelona. Se mantuvo en el catálogo hasta el 76, con más de 1.500 unidades entregadas. Una moto que, como alguien ya escribió, «valía para todo, pero no era buena en nada». En definitiva, era extraña e indefinida, aunque simpática en su apariencia y colorido.

motos-clasicas-bultaco

Aun con todo, tanto la Tirón como la Brinco son motos cotizadas y, sobre todo, recordadas, incluso más que la Junior. Y más por supuesto que nuestra siguiente protagonista: la Bultaco 49. En los años 70 el segmento de los ciclomotores era verdaderamente importante y pocas fábricas se mantenían aparte. OSSA por supuesto había vendido, desde hacía años, muchos «Motopedal». Montesa, por su parte, obtuvo importantes cifras desde los 60 con los Ciclo Montesa, la Impala 50 y, posteriormente, con los camperos y juveniles Fura, Scorpion y Cota (25 y 49).

Sanglas también fabricó una 50 (de la que hablaremos en otro capítulo) mientras que Bultaco consideraba que ellos sólo harían motos. Pero al final la lógica se impuso; al menos, había que intentarlo. Y si Rieju empleaba motores Minarelli, Montesa los JLO y Sanglas montaba Zundapp, Bultaco echó mano de un socio nacional: Ducati Mototrans, que fabricaba un 50 cc de tres velocidades.

Ese motor se montó en un ciclomotor de aspecto bastante poco trabajado, de cierto estilo a las Junior, que se puso en venta en 1970. Era caro de fabricar y fue caro de vender, con poca promoción y, la verdad, bastante poco interés por parte de la marca en su nuevo producto.

En el 71 se rediseña la carrocería, añadiendo unas tapas laterales en aluminio pulido bastante poco acertado: si el primero parecía poco trabajado, este directamente tenía un acabado bastante chapucero, con unas tapas metálicas rectas y sin pintar. Este segundo se conoce como 49GT y, entre los dos, no se alcanzaron las 2.000 unidades vendidas, desapareciendo en 1973.

Toda la información sobre MOTOS CLÁSICAS en formulamoto.es

Aunque esta historia tiene un final más alegre que todo esto. El motor Ducati de tres marchas con cilindro retocado por Bultaco sirvió, poco después, para una moto que sí tuvo éxito tanto en lo comercial como en el recuerdo de los aficionados: la Chispa. Y las Junior, poco recordadas, dejaron paso en el catálogo al segundo intento serio de la marca por ofrecer una moto de asfalto a los jóvenes, esta vez, bastante más exitoso: Bultaco Streaker.

Esta logró recuperar ese espíritu deportivo que las Junior no supieron encontrar y que siempre caracterizó a los mejores productos salidos de la Compañía Española De Motores, nombre real de la fábrica CEMOTO que, por si no lo sabes, es como se llamaba la empresa que fabricó todas las Bultaco.