Las mejores motos clásicas para usar a diario: OSSA 160

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Las mejores motos clásicas para usar a diario: OSSA 160
Daniel Navarro
Daniel Navarro
OSSA siempre fue la tercera en discordia entre las grandes marcas nacionales. Pero esto es debido a que su producción siempre fue más corta; por calidad, en muchos casos, fue la primera.

Como es habitual, en el caso de OSSA son las motos clásicas de los años 60 y posteriores las más utilizables hoy día. Técnicamente ya eran muy competentes, pueden restaurarse con facilidad (e incluso modernizar algunos aspectos, como el encendido) y son estéticamente muy atractivas.

De aquella generación de los 60, motos todavía pensadas como utilitarias, hemos visto ya la más famosas, Montesa Impala y Bultaco Mercurio. Cuando estas dos marcas lanzaron esos dos modelos, ahora iconos de la moto en ese periodo, OSSA reaccionó con tranquilidad, pero con una gran motocicleta: la OSSA 160.

En 1959, Bultaco hace su aparición. En 1960 ya han dejado claro que van a presentar muchos modelos para intentar abarcar todos los futuros segmentos de la moto; entre otros, ese mercado principal todavía de la moto utilitaria. Se ha presentado la Mercurio, económica y dura, y también rápida y moderna, con un nuevo motor Monobloc -el cambio va en el mismo cárter que el cigüeñal-. Montesa, que llevaba tiempo trabajando en ello, presenta su nueva Turismo 175, también de motor monobloc. Se acabará llamando Impala.

OSSA 160 catalogo

En los 50, OSSA centra su producción en los diversos modelos de su 125, que en cierto momento pasa a ser la 150 Comercial. Son motos con buen nombre, rápidas y fiables. En la gama alta, fabrican una preciosa (y cara) 175 4T que, precisamente por su precio, acaba teniendo escasa difusión. En los 60, la dirección de la empresa tiene claro que necesitan una moto para enfrentarse a esas novedades de los rivales.

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Por supuesto, el encargo recae en el que actuaba, desde mediados de los 50, como jefe técnico de la fábrica. Es un italiano, de nombre Sandro Colombo, con experiencia desde hace años con las mejores marcas de su país, tanto de motos como de coches. Desde su llegada a la fábrica empieza a trabajar, sin prisa pero sin pausa, en el motor que tiene que sustituir al que está en fabricación. Tras un largo desarrollo, la moto llegará en 1963, cuando la competencia está lanzando sus novedades.

Sandro Colombo hace una gran moto: la nueva 160. Un motor de cotas casi cuadradas (58 x 60 mm) y cuatro velocidades, muy bien pensado y, sobre todo, planteado para ser la base de la producción futura: puede escalarse en cilindrada y está bien sobredimensionado para «sacar caballos» y hacer de él un buen motor deportivo. Será, de hecho, la base de las futuras OSSA de todo tipo, casi hasta el final de la producción.

En esta primera 160 entrega poco más de 10 CV y va montado en un chasis de doble cuna en acero, con una carrocería muy moderna, de líneas rectas, con tapas laterales en chapa, con cajas de herramientas. Es además muy ligera; no llega a los 100 kg, siendo así una moto tan rápida o más que sus rivales.

En el año siguiente, 1964, la 160 se desdobla en dos versiones: 160T, con la misma mecánica pero más económica, ahorrando en acabados y componentes (por ejemplo, un protector de cadena más simple). Y 160GT, muy parecida a la 160 anterior, pero con colores más serios (la primera es crema y rojo, una combinación muy poco vista hoy día). La GT es gris y negra; no confundir con la 160T, gris y blanca.

OSSA 160 T
OSSA 160T

En 1969 se modernizan líneas y colores en una nueva serie bajo el nombre T2. Y entre el 72 y el 73 se fabrica la última versión, una 160 T2/72, muy parecida a su hermana mayor la 230 Sport, con el motor pequeño. Todas ellas conviven con la también interesante 175 Sport, una versión más deportiva de estas, que acabarán convirtiéndose, precisamente, en esas 230 y posteriormente en las 250 de primera serie y cuatro velocidades.

Tras ellas, se para la producción de motos de carretera hasta la aparición, unos años después, de la nueva 250 Turismo de cinco marchas, más conocida popularmente como «la Pepsi» por sus colores. Que, por cierto, es otra gran clásica para el uso diario.

OSSA 160: una clásica fácil de encontrar y restaurar

De la OSSA 160 se fabricaron unas 20.000 unidades, lo que hace de ella una moto fácil de conseguir. Eso sí, con varios modelos producidos, las valoraciones oscilan mucho: una 160T normal, de las fabricadas desde el 64 al 69, es la más sencilla de conseguir, con más de 14.000 unidades salidas de la fábrica.

OSSA 160 1

La más valorada es la 160 de primera serie, de 1963, terminada en esos colores crema y rojo: más de 2.600 unidades fabricadas -que no son pocas; de la GT no se hicieron más de 800- pero en una moto con una estética diferente a sus sucesoras y muy poco vista. No obstante, con todas esas unidades fabricadas y el hecho de ser ya «motor Colombo» hacen que sean fáciles de restaurar, con muchas piezas refabricadas y otras procedentes del mercado de segunda mano, así como mucha información sobre acabados, colores y demás.

El uso de una OSSA 160 puede ser tan agradable o más que el de sus rivales. Son motos muy cómodas y ligeras, con una palanca de arranque grande, que facilita mucho su puesta en marcha. Un motor con par, con pocas vibraciones y con gran capacidad de subir de vueltas hacen que sean más rápidas de lo que te crees. Para llevarla, eso sí, necesitarás el carnet A2, ya que supera los 125 cc que marca la ley. Y tiene otra ventaja: es una moto mucho menos vista en la ciudad actual que una Vespa o una Impala.