Motos clásicas: de cuando Montesa quiso volver al asfalto
A mediados de los 70 Montesa había centrado todos sus esfuerzos en las motos de campo, pero ante el crecimiento de la competencia en el segmento de las motos de carretera, surgió la necesidad de "volver al asfalto".
La década de los 70 nos trajeron el «boom» de las motos de campo para todas las marcas nacionales. El mercado ha pasado, a lo largo de los 60, de esas motos utilitarias compradas por el padre de familia medio para ir a trabajar a las motos de campo compradas para el ocio de mayores y jóvenes.
La proliferación del automóvil es el principal culpable de este cambio, pero para las marcas de motos españolas supuso no una crisis, sino una oportunidad que supieron aprovechar muy bien para convertirse de pequeñas marcas de consumo casi exclusivamente nacional en los 50 a empresas capaces de acometer el mercado internacional. Montesa, siempre atenta a ser, por encima de otras consideraciones, una empresa rentable, vuelca todo su esfuerzo en ese mercado creciente y enorme, y descuida, a propósito, la evolución de las motos de carretera.
Pero esto no ocurrió en el resto de marcas. Por supuesto que OSSA o Bultaco eran rivales en ese nuevo mercado. Las Desert, Phantom, MAR, Explorer, Frontera, Matador, Pursang o Sherpa obtenían tan buenas ventas como Montesa o, al menos, eran su competencia más dura. Pero OSSA siempre obtuvo también buenas ventas de sus motos de carretera. Aquellas 160T pasaron a ser 175, 230 Sport y 250 Sport, después 250 T y la famosa 250 Copa en aquellos años 70, sin cesar de evolucionar y mejorar. Además, puedes ver en esas gamas esa evolución: de las 160 prácticamente enfocadas a desplazarte de un sitio a otro hasta las 250 Copa, una moto absolutamente enfocada a la conducción más sport. Bultaco tampoco se detuvo en esa estrategia un tanto alocada y contraria a la de su máximo rival.
La marca de Don Paco Bultó tenía que estar siempre en todos los frentes: cross, trial, enduro, carretera, carreras, ciclomotores, hasta en las carreras de dirt track con las Astro. De hecho, por poner un ejemplo, en toda su historia, hasta 1985, Montesa fabrica poco más de 100 modelos distintos, desde la A45 «Yaya» hasta las Cappra VG. Bultaco, empezando en 1959, 14 años después, y hasta las Pursang Mk12 fabrica más de 200 modelos.
En Bultaco se pasó de las Mercurio 125 a las Junior 74 y 125, y de ahí a las Streaker, mientras que en la gama más alta las Metralla Mk2 de 1967 dieron paso a la GT en 1975 y a la GTS en 1977, con una última versión (la GTS «palos», por sus llantas de aleación) en 1979. Mientras tanto, Montesa había dejado de fabricar los últimos modelos de Impala en 1972 y no había entrado jamás en ofrecer una moto de carretera de 74 o 125 para los jóvenes, ciclomotores aparte.
Pero en 1977 en Montesa las cosas van bien y esas nuevas 75 y 125 están teniendo éxito. Es un segmento donde entran algunas marcas: Puch lanza una efectiva Cobra 6C basada en su moto de campo. Y Bultaco acaba de lanzar, en 1976, una Streaker que sustituye a la anticuada gama Junior. Y se venden como churros. Algo había que hacer. Entonces llegan las Crono.
Montesa Rápita: ¿Intento fallido?
Habría que estar en la mente del Sr. Permanyer o de sus colaboradores más cercanos para saber si fue de verdad voluntad de Montesa esos cinco años de casi vacío en el asfalto o fue más bien, simplemente, que no cuajó la sustitución de la Impala.
En 1972 se presenta la King Scorpion. Es una moto que responde a esa nueva demanda de motos off road y diseñada para cumplir con los gustos más refinados, sobre todo de los americanos. El chasis deriva del empleado en la Cappra VA y el motor es un 250 de cinco velocidades y 24 CV derivado del montado en la anterior King Scorpion de 1970, pero la moto, a diferencia de las Cappra o Enduro, se diseña para ser una «gama alta» de estilo que ahora llamaríamos trail y llena de detalles especiales, como cuadro con cuentavueltas, faro y sistema eléctrico Lucas, con batería, un montón de piezas en aluminio y cromadas y, sobre todo, un sistema de mezcla automática llamado Automix que, a pesar de su modernidad y comodidad, supuso uno de eso grandes fracasos de la moto. Si te fiabas de él era fácil gripar, al atascarse y no llevar el aceite a la mezcla, por lo que lo normal era que todo el mundo lo anulase.
De esta moto se deriva, dos años después, una nueva Rápita. Se trata de una King Scorpion de carretera, con rueda de 19″ delante y 18″ detrás, manillar bajo y un original acabado morado y dorado, muy llamativo. La moto en lo demás es exacta a la King Scorpion «trail», pero un desarrollo un tanto más largo hace que alcance los 150 km/h.
Aun así es una moto muy cara comparada con la competencia y demasiado cercana a la de off road para el que quería una moto de carretera, por lo que no fue precisamente un éxito. Si de la King Scorpion se hicieron algo más de 2.800 unidades, de esta Rápita se vendieron no más de 600 en dos años. En 1976 salían de fabricación y dejaban a Montesa, una vez más, sin motos de carretera en su catálogo.
Crono 74 y 125: el camino más corto
En 1976 Bultaco ha lanzado las Streaker. Y se venden bien entre los jóvenes. Se han diseñado con cuidado y esmero, empleando un nuevo chasis multitubular en acero, con esas originales formas y geometrías con un tubo bajando directo desde la pipa de la dirección al eje del basculante y frenos de disco. Se ha montado una evolución modernizada del motor de siempre, pero la idea es que acabe montando el nuevo MK15, que nunca llegó. Montesa quiere su trozo de pastel y lo quiere rápido. Puch ha hecho una cosa que les ha salido bien, convirtiendo su MC75 de enduro en 6C de carretera, recibiendo buenas críticas. Montesa hará lo mismo.
Partiendo de las «Endurito», las Enduro 75 y 125 L en cuanto a motor y chasis, exhibe unas preciosas llantas doradas, faro cuadrado y un kit de asiento y depósito corrido, acabado en los tradicionales ya rojo y oro. Se presenta en el salón de Barcelona 1977 como Montesa Crono 75. La moto se fabricó pensando en el mercado nacional, por nuestra peculiaridad con el carnet A1, que no permitía llevar más que 75 cc. Un año después llega la 125, una moto más lógica en ese panorama internacional.
La moto es bonita, pero no logra los objetivos. Frente a su rival más encarnizada, la Bultaco, es más lenta y se la ve mucho más parecido a las motos de campo de la marca que en el caso de las Streaker. Estas además tienen fama de más rápidas y por supuesto los frenos de disco de la Bultaco no son lo mismo que los de tambor de la Montesa.
Dos años después, en 1981, se presenta la Crono 350. Esta ya es diferente, llevando el nombre de las pequeñas pero nada más en común. Y de hecho para su presentación y fabricación se elige un color gris claro con franjas rojas, frenos de disco y cúpula sobre el faro.
Inmediatamente después se adaptan las pequeñas 75 y 125 a esos colores, con llantas ahora en color aluminio y cárteres pulidos en vez de negros y una carrocería más grande y parecida a la de las 350. Algunas de las últimas unidades montaron también un disco, pero no son cambios suficientes para una moto que no fue un gran éxito comercial, pero de la que se fabricaron unas 1.400 unidades en 75 cc y 400 más en 125 cc.
La moto era muy bonita, sobre todo las primeras unidades en color rojo. Era una moto dulce y suave de llevar, muy agradable. Se hablaba de 12 CV para la 75 y 16 CV para la 125, cifras bastante hinchadas, ya que la competencia declaraba bastante menos. Pero con el cronometro en mano eran bastante más rápidas y deportivas. En una moto dirigida al mercado joven, esas prestaciones más modestas que las que podían darte las Bultaco o incluso la Cobra en 75 cc marcaron mucho el relativo poco éxito de una moto de la que incluso hoy día sigue valorándose menos que las del dedo hacia arriba.
Crono 350: último intento
Montesa enseña su nueva Crono 350 en el Salón de Barcelona de 1979. Es una moto nueva, con una carrocería muy original que no entusiasma a todos pero que, no cabe duda, rompe con lo anterior e incluso con lo que la competencia está haciendo. El chasis deriva de los empleados en las carreras, con un doble cuna bastante rígido y efectivo, según se decía en la época. La moto está muy bien terminada y equipada, con llantas de palos, frenos de disco delante y detrás, y el famoso Automix que si en las King Scorpion y Rápita no funcionó, ahora tampoco.
El motor es una evolución que toma como base el de la Enduro 360. Con algo menos de compresión y un carburador más pequeño se limita su potencia a unos nada despreciables 34 CV capaces de llevarla hasta los 160 km/h. Equipa una pequeña cúpula y un cuadro completo, cuyo diseño no era todo lo inspirado que debiera. Pero adoleció de un problema mucho mayor: la espera. Desde aquel 1979 en que se vio por primera vez hasta que llegó a las tiendas pasaron dos años. Y en 1981, en su lanzamiento, las cosas habían cambiado mucho y ya se esperaba «como agua de mayo» las novedades extranjeras que se anunciaban. No era, además, una moto barata.
Estuvo en fabricación hasta 1984. De ellas derivaron las versiones MS (Motociclismo Series) con 38 CV y 50 unidades fabricadas, y después las famosas MSC (Motociclismo Series Competición) con dos discos de frenos delanteros y más de 40 CV. La moto tenía fama de vibrar bastante (normal, con un motor de Enduro) pero de andar bien y ser estable. Eso sí, en 1983 podías elegir ya en las tiendas entre esta Crono, una Yamaha XS 400 o SR 250, Benelli 2C bicilíndrica, etc. De hecho, en 1984, cuando sale de fabricación, está a punto de comenzar la comercialización de otra 350 mítica: la Yamaha RD 350. Sinceramente, había poco que hacer frente esa competencia.
Las Crono, al final, son una de las familias más desconocidas de Montesa y, por suspuesto, menos exitosa. Se trata de motos que no supieron estar a la altura de la competencia en las bajas cilindradas y demasiado tardías en el caso de la 350. Un modelo que, quizá, habiéndose lanzado en e1979 y evolucionando, con unos medios que la marca apenas podía gastar, quizá hubiese llegado a ser una gran moto. Pero eso ya no lo sabremos.