Prueba Yamaha R6: apta para todos los públicos

10 Prueba Yamaha R6: apta para todos los públicos
Prueba Yamaha YZF-R6 en el circuito de Jerez
Ismael Bonilla
Ismael Bonilla
Tras muchos años de mantener casi inalterada la mítica Yamaha R6, en 2017 se presentó la última versión. Consiguió el Mundial de Supersport y nosotros la probamos con un invitado muy especial.


Esta prueba de la Yamaha R6 ha tenido una historia detrás muy especial. No estaba preparada así. Se puede decir que fue algo improvisado, y es que ya sabéis que muchas veces los planes, cuanto menos se preparen, mejor salen. La idea inicial era sencilla, como tantas otras veces: recojo una moto de prensa y realizo una jornada de pruebas con ella para luego contároslo en una rodada de nuestros amigos de WPB. En esta ocasión tocaba el flamante circuito de Jerez. Pero había algo con lo que no contaba: Solo cinco días antes de esta prueba, un servidor sufría un percance practicando Dirt Track. Los dolores y molestias aún reinaban en mi maltrecho físico. No era algo que me impidiera montar en moto, pero sí rodar al límite y no más de 4-5 vueltas seguidas.

Tenía que pensar un plan B para sacar la prueba de la R6 adelante con dignidad, y fue bastante sencillo, puesto que dicho plan se encontraba en mi mismo Box. El plan B se llama Adrián Huertas, quien se había bajado su vetusta PreMoto3 para entrenar. Adri es un piloto de Parla (Madrid) y del que estoy convencido que vais a oír hablar mucho en un futuro muy cercano. Con solo 14 años ha llegado ya lejísimos en el mundo de la competición, y prácticamente sin ayudas. Todo lo que ha conseguido lo ha logrado él solito a base de trabajo y sus propios méritos que se han traducido en becas deportivas.

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Más información de la Yamaha R6

¿Y qué ha conseguido? Muchas cosas, pero las más destacables, que el año pasado quedó 3º en el CEV de PreMoto3 con la Cuna de Campeones de Julián Miralles, (con tres ceros por tres caídas), o ser seleccionado para 2018 para Red Bull MotoGP Rookies Cup (después de realizar unas pruebas de selección en Almería en las que no dejó títere con cabeza), además de llegar a estar este año enrolado en el HMA BLUMAQ AVINTIA para disputar el título de la European Talent Cup dentro del FIM CEV REPSOL.

Reconozco que tuve mis reticencias al principio. ¿En serio le voy a pedir a un chaval de 14 años que me ayude con la prueba de una flamante Yamaha R6 nueva? Pero enseguida Adri me despejó las dudas.

Adri, ¿te apetece darte unas vueltas en la R6 y contarme después qué te parece? ¿No crees que pueda ser mucha moto para ti?

«¡Qué va! Una vez probé una R6 de carreras en Albacete y me encantó«.

Ahí tenía mi respuesta. No es solo el hecho de que Adrí ya había probado una Yamaha R6 antes, sino que además era de carreras. Es decir, que siendo de carreras e independientemente del nivel de preparación que llevara aquella moto, correría mucho (muchísimo) más que nuestra unidad de pruebas. Y es que aquí donde la veis negro mate tan espectacular en las fotos, la moto tiene su potencial bastante capado. ¿Por qué? Por la Euro4.

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Yamaha R6: ¿bestia capada?

La estricta normativa europea anti-ruidos y anticontaminación está haciendo mucha pupa a según qué modelos deportivos. Pero aun así, los amantes de estas motos debemos agradecer a Yamaha el esfuerzo que les ha supuesto lanzar este nuevo modelo a pesar de estas restricciones. Lo más fácil hubiera sido dejar morir este emblemático modelo como han hecho otras marcas con sus 600 basándose solo en las tendencias del mercado. Pero no, el espíritu deportivo de Yamaha aún tiene mucho peso. De hecho ha sido (y con seguridad seguirá siendo) la reina de los circuitos de media cilindrada. Y la han renovado profundamente.

Pero, ¿se puede hablar de una renovación profunda cuando mantiene el chasis y el motor de su predecesora? Aunque parezca extraño, sí. Para empezar, a nivel estético. De entre todas las motos que estaban en los boxes de Jerez, nuestra R6 era la que más miradas recibía. Ese nuevo diseño estilo MotoGP, con ese negro mate, es algo absolutamente impactante y salvaje.

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Diseño al margen, los mayores cambios los encontramos en la gestión electrónica del motor y sus ayudas. En concreto el control de tracción, ajustable en 6 modos de actuación, es de lo más destacable. Lo que ocurre es que al haber una limitación de potencia tan notable –por el gran catalizador de su escape, recordemos por obra y gracia de la Euro4-, no era fácil hacerlo funcionar. Aun así, saber que hay una fuerza superior velando por tu seguridad, te aporta un plus de confianza a la hora de abrir gas.

También de gran ayuda es el cambio semiautomático (QSS) que le aporta un mayor carácter racing y te permite ganar unas décimas al crono. Pero he de decir que tanto Adri como yo encontramos cierta dureza y algunas imprecisiones en el cambio al subir las marchas. Probablemente, en una versión racing del modelo –eliminando elementos de calle- este aspecto mejoraría mucho. Su ABS racing también funciona muy bien. En concreto te permite deslizar del tren trasero hasta un punto en las frenadas, no haciendo necesario tener que desconectar el sistema.

Probador ocasional de lujo con la Yamaha R6

Nuestro ocasional piloto de pruebas Adri salió a pista para ir conociéndola. Como yo aún tenía alguna reticencia, salí detrás de él a pista para «vigilarlo» con una poderosa BMW S 1000 RR. Así además, podía comprobar el comportamiento de la moto desde otro punto de vista. En solo dos vueltas ya me di cuenta de la gran confianza que la R6 ofrecía a Adri. Por varios motivos. El primero por el nivel de inclinación que conseguía, y eso a pesar de llevar unos neumáticos deportivos, pero no de carreras –Dunlop SportMax Qualifier-. No llegaba a rozar con el codo, pero casi. También le veía cambiar de dirección con gran facilidad. Parecía que llevaba su Pre Moto3 en lugar de una moto de calle de 190 kg.

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Pero lo que más me impresionaba era verle cómo entraba totalmente cruzado en las frenadas al estilo Moto2. Tengo claro que el embrague antirrebotes le ayudaba, pero no era lo único. Su nueva horquilla invertida KYB de 43 mm también. Y eso que no le tocamos ni un click. Adri bajó de la moto con cara de querer más. Le pregunte rápidamente, puesto que las primeras impresiones normalmente suelen ser las más valiosas. «Va genial, no me parece que sea una 600. No corre mucho, pero es muy divertida de pilotar. Es muy fácil de meter en las curvas y la postura de conducción me gusta mucho, aunque hay una cosa que cambiaría: cuando voy muy inclinado no puedo estirar bien el brazo exterior, ya que me toca demasiado con el depósito de gasolina y se me queda como enganchado«.

Esa última afirmación de Adri me extrañó mucho, ya que en este nuevo modelo han trabajado a fondo en la postura de conducción y a priori todo está «en su sitio». Salí yo con la moto unas pocas vueltas y… efectivamente, a pesar de la gran diferencia de altura entre ambos, a mí me pasaba exactamente lo mismo. Era especialmente acusado en la curva Aspar (la previa a Nieto). Algo muy extraño y muy incómodo. Seguramente trabajando un poco en altura/apertura de los manillares, o incluso con un asiento algo más elevado, podría corregirse. En calle no lo vas notar, pero en circuito, que es donde tiene que estar esta moto, es un pequeño inconveniente a corregir porque dificulta la postura, incluso la apertura del gas.

Seguimos con las explicaciones de Adri: «Los frenos son alucinantes. Me encanta el tacto y que la fuerza que hago en la maneta es justo la que se transmite a la pista. En las suspensiones no he tenido ningún susto ni problema, me dan bastante confianza. Lo que más me ha gustado es lo ligera que es. Yo estoy acostumbrado a motos pequeñas, y ésta aunque pesa el triple, no me lo parecía para nada. Lo que menos me ha gustado es que la moto no corre demasiado. Llega un momento a partir de 13.000 y pico vueltas que el motor sube muy despacio de rpm sin empujar fuerte. A lo mejor si acortásemos el desarrollo iría mejor en aceleración«. A lo mejor no, Adri. Seguro, porque la sexta marcha apenas se enseñaba en la recta de atrás.

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Y es que la Yamaha R6 –de serie-, ha pasado de 123 CV a 118CV –descendiendo también el par de 65,7 a 61,8 Nm a 10.500 rpm-, y es que esos 5 CV se notan, y mucho. Aun así, ¿sabéis qué tiempo hizo Adri al final del día? En la última tanda le cogí un 1,53,80. A mí me parece impresionante con una moto de 600 «capada», con gomas de calle, con el peso de todos los extras de origen y, sobre todo, con la instrucción que le di antes de salir: «PROHIBIDO CAERSE».

Lo mejor de todo es que pasamos una jornada increíble en el circuito de Jerez. Y al final eso es lo más importante de todo al margen de si la moto va un poco mejor o un poco peor, o corre un poco más o un poco menos. Además, fue un entrenamiento perfecto para Adri, ya que dentro de poco tendrá los test oficiales de la Red Bull Rookies en Jerez, y poco después, nada menos que el GP Red Bull de España. Te deseamos toda la suerte del mundo ese fin de semana. Creo que vas a dar una buena sorpresa.

Fotos: Quino de Mier

Agradecimientos: WPB, Yamaha

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Yamaha YZF-R6 R