Prueba Yamaha YZF-R3: Aprender desde el principio

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Prueba Yamaha YZF-R3: Aprender desde el principio
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Inevitable comparación: ¿una deportiva para los que acaban de llegar al carné de moto a los 18 años? Eso, cuando yo tenía flequillo, era una 125 de 2T; ahora es una sport como la Yamaha YZF-R3.


En el siglo XXI, las deportivas para el carné A2 se están reinventando día a día: KTM RC 390, Honda CBR 300 R o, si prefieres, CBR 500 R, Kawasaki Ninja 300€ distintas recetas, cada una con su sabor, todas ellas válidas, a la que ahora se añade Yamaha con una YZF-R3 bien hecha y bien pensada.

Ésta es la típica prueba que podríamos haber titulado, por enésima vez, con el topicazo de «escuela de pilotos» o algo similar. En el fondo, es igual que aquellas 125 2T que te hablaba, una moto diseñada para convertirse en el primer «arma» de dos ruedas de aquellos que quieren convertirse en pilotos de moto deportiva. Durante años no ha sido así (y sigo sin serlo, de hecho); la gente normalmente ha preferido motos más grandes y limitadas que no este tipo de modelo. Error: estas versiones específicas para el carné A2 resultan más divertidas si buscas eso, una moto para aprender y pasarlo bien. Y además, más barata de comprar, de mantener y de usar.

Prueba Yamaha-R3
 

Sin embargo, a pesar de esa similitud de planteamiento y prestaciones con aquellas 125 2T de los 90, estas nuevas deportivas ligeras para el A2 de hoy día tienen una ventaja. Aquellas, de las que todos hemos dicho alguna vez eso de «escuela de pilotos» de lo buenas que eran para aprender conducción deportiva, analizadas desde la perspectiva actual no lo son tanto. Era como aprender matemáticas leyendo los cálculos de diseño del transbordador espacial. Muy rápidas, precisas de chasis, con buenos frenos€ Sí, divertidas, pero con bandas de potencia estrechas, sin ningún tipo de ayuda de frenos y con esa milimétrica precisión de chasis que hacía que, como te equivocases en el inicio, con suerte, arruinabas la trazada. Sin suerte, arruinabas algo más.

Haciendo las cosas bien con la Yamaha YZF-R3

Prueba Yamaha-R3Esta Yamaha YZF-R3, al igual que casi todas sus congéneres modernas, no es así. Es fácil de verdad. Aquí sí puedes aprender empezando por el «2+2» y llegar hasta donde puedas, porque la moto lo permite. Destaca un tamaño contenido, una posición de conducción natural pero con una ergonomía tan bien estudiada que permite ponerte en posición de combate como si fueses en una RR sin ningún tipo de estorbo o inconveniente, y un motor que corre y acelera si le exiges, pero sosegado, tranquilo y de respuesta plana cuando lo necesites. Y lo mismo ocurre con el chasis o los frenos: ya le puedes «pedir», que encontrarás antes el límite a los neumáticos de serie que al chasis. De hecho, me quedo con las ganas de probar la Yamaha YZF-R3 con unos neumáticos «chachis» de verdad, y no con los prácticos y polivalentes Michelin Pilot Street que trae de serie (seguramente una de las mejores opciones para gran parte sus futuros usuarios).

En los frenos cuenta con un ABS de serie que notarás que actúa de vez en cuando en la rueda trasera si te pasas pisando, pero que no interfiere para nada si haces las cosas bien y que te salvará de esa ruina que habláramos si algo sale mal en tu aprendizaje como campeón «frenador».

CÓMO VA la Yamaha YZF-R3

Prueba Yamaha-R3La Yamaha YZF-R3 es una deportiva polivalente, ideal para usar todos los días como medio de transporte y de diversión los fines de semana. Esta versatilidad precisamente es lo que impone sus límites. El hecho de ser polivalente hace que no pueda presumir de una gran capacidad de carga, lo que limitaría su deportividad, pero tampoco emplea componentes rígidos como suspensiones o frenos ni posiciones RR que la convertirían en incómoda en el uso diario. Evidentemente, tampoco será la mejor opción para cruzar Europa en plan turismo ni te permite rodar en circuito tan al límite como una moto de carreras.

No obstante, Yamaha ha encontrado un punto medio muy adecuado. Sí que resulta cómoda para rodar con una mochila o una bolsa sobredepósito, haciendo muchos kilómetros a buen ritmo sin cansarte o ir todos los días al trabajo sin forzar las muñecas o el cuello como las RR de verdad. También es lo suficientemente efectiva en conducción deportiva para dejarte pasar un buen rato en cualquier circuito o en una carretera de curvas. Se tiene, frena y corre lo suficiente para mantener ritmos, digamos, más que interesantes. En un circuito cerrado puedes verla sobrepasar con facilidad los 180 km/h en el marcador. Frena bien, suficiente y con seguridad, aunque tiene un tacto un poco de moto pequeña en lugar del clásico tacto duro del esquema radial de otras de-portivas mayores. El ABS no es intrusivo y puedes frenar muy fuerte sin que la moto haga extraños.

En este sentido sport, tumbas con facilidad gracias a un chasis ágil y al poco peso y cambia de dirección con facilidad. Los neumáticos marcan un límite muy pronto: lleva unos Michelin muy «todo uso» con los flancos muy altos, por lo que enseguida aprecias un límite que a buen seguro que el chasis es capaz de poner más lejos. Si te pasas de ahí, puede llegar a avisar con un movimiento de atrás que ya notábamos en la Yamaha YZF 125 R.

Un motor de altos vuelos

yamaha yzf r3 16El motor es uno de sus grandes aciertos. Cuando la arrancas por primera vez, al ralentí, puede parecer hasta bastante inofensivo: suena un poco a 125. En los primeros metros te das cuenta que es más cómoda de lo que parece, gira bien y es tan fácil como esas 125 cc a las que recuerda. Ofrece suficiente par y mucha suavidad en el gas y en el cambio. Tiene, de hecho, unas relaciones de cambio muy de calle, con una primera corta, ideal para baja velocidad y maniobras, relaciones que se van alargando hasta llegar a una 6ª de desahogo en la que no es fácil llegar a tope de vueltas llaneando.

Sales a la carretera y tiene un andar agradable, suave y con un motor lleno en cualquier régimen. Puedes agacharte si quieres o mantenerte erguido. En esta posición, la mini-pantalla que llevas delante apenas protege, pero en carretera, sin viento y a velocidades legales no hay mayor problema.

Si te pones en plan deportivo, el motor cambia de carácter. Sube de vueltas con facilidad y el embrague permite cambios muy rápidos. Permite mantener el motor arriba del todo el tiempo que quieras y el sonido cambia y pasa a ser el de una de-portiva auténtica, convirtiéndose en una gran «banda sonora» sport. Sería un gran accesorio, que yo no dudaría en montar, un cambio semiautomático: el motor pide todavía un cambio más rápido, ya que 42 CV no son como para desperdiciar ni un ápice y el desarrollo más bien largo de sus velocidades hace que, a veces, tengas la sensación de que pierdes demasiado en cada cambio.

Así vemos la Yamaha YZF-R3

 

  • En carretera: 4
  • En ciudad: 4
  • Pasajero: 2
  • Confort: 4
  • Equipamiento: 3
  • Autovía: 3

yamaha yzf r3 15La Yamaha YZF-R3 es una gran moto, teniendo en cuenta su precio, prestaciones y capacidades. Resulta muy versátil y te permitirá hacer viajes, usarla todos los días, rodar deportivamente e incluso, con pocos cambios, hacer tus primeros «pinitos» en el circuito. Así, en carretera es una moto muy agradable y con muchas posibilidades, mientras que en la ciudad mantienen un nivel de comodidad elevado. El pasajero va destinado a un segundo piso, con los pies altos y las manos con po-cas posibilidades de apoyo si no es en el propio depósito, lo que hace que el piloto, además, tenga que echarse más hacia delante de lo normal cuando vas solo. En estas condiciones, rodando sin acompañante, su ergonomía está muy bien diseña-da y el asiento es mullido, por lo que puedes pasar muchas horas sobre ella sin que nada se resienta. Así, en la autovía, es una moto que permite hacer muchos kilómetros, cambiando de posición entre más tumbado y más levantado sin incon-venientes. Correcta en equipamiento considerando su raza deportiva, cuenta con un buen ABS y componentes de calidad.

LO MEJOR 

  • Gran polivalencia 
  • Capacidades deportivas 
  • Buen acabado

MEJORARÍA CON

  • Neumáticos más deportivos 
  • Cambio semiautomático 
  • Desarrollos de cambio más deportivos

Prueba Yamaha-R3

 

Yamaha YZF-R3