Prueba Yamaha YZF-R3: Aprender desde el principio

En el siglo XXI, las deportivas para el carné A2 se están reinventando día a día: KTM RC 390, Honda CBR 300 R o, si prefieres, CBR 500 R, Kawasaki Ninja 300€ distintas recetas, cada una con su sabor, todas ellas válidas, a la que ahora se añade Yamaha con una YZF-R3 bien hecha y bien pensada.
Ésta es la típica prueba que podríamos haber titulado, por enésima vez, con el topicazo de «escuela de pilotos» o algo similar. En el fondo, es igual que aquellas 125 2T que te hablaba, una moto diseñada para convertirse en el primer «arma» de dos ruedas de aquellos que quieren convertirse en pilotos de moto deportiva. Durante años no ha sido así (y sigo sin serlo, de hecho); la gente normalmente ha preferido motos más grandes y limitadas que no este tipo de modelo. Error: estas versiones específicas para el carné A2 resultan más divertidas si buscas eso, una moto para aprender y pasarlo bien. Y además, más barata de comprar, de mantener y de usar.
Sin embargo, a pesar de esa similitud de planteamiento y prestaciones con aquellas 125 2T de los 90, estas nuevas deportivas ligeras para el A2 de hoy día tienen una ventaja. Aquellas, de las que todos hemos dicho alguna vez eso de «escuela de pilotos» de lo buenas que eran para aprender conducción deportiva, analizadas desde la perspectiva actual no lo son tanto. Era como aprender matemáticas leyendo los cálculos de diseño del transbordador espacial. Muy rápidas, precisas de chasis, con buenos frenos€ Sí, divertidas, pero con bandas de potencia estrechas, sin ningún tipo de ayuda de frenos y con esa milimétrica precisión de chasis que hacía que, como te equivocases en el inicio, con suerte, arruinabas la trazada. Sin suerte, arruinabas algo más.
Haciendo las cosas bien con la Yamaha YZF-R3
En los frenos cuenta con un ABS de serie que notarás que actúa de vez en cuando en la rueda trasera si te pasas pisando, pero que no interfiere para nada si haces las cosas bien y que te salvará de esa ruina que habláramos si algo sale mal en tu aprendizaje como campeón «frenador».
CÓMO VA la Yamaha YZF-R3
No obstante, Yamaha ha encontrado un punto medio muy adecuado. Sí que resulta cómoda para rodar con una mochila o una bolsa sobredepósito, haciendo muchos kilómetros a buen ritmo sin cansarte o ir todos los días al trabajo sin forzar las muñecas o el cuello como las RR de verdad. También es lo suficientemente efectiva en conducción deportiva para dejarte pasar un buen rato en cualquier circuito o en una carretera de curvas. Se tiene, frena y corre lo suficiente para mantener ritmos, digamos, más que interesantes. En un circuito cerrado puedes verla sobrepasar con facilidad los 180 km/h en el marcador. Frena bien, suficiente y con seguridad, aunque tiene un tacto un poco de moto pequeña en lugar del clásico tacto duro del esquema radial de otras de-portivas mayores. El ABS no es intrusivo y puedes frenar muy fuerte sin que la moto haga extraños.
En este sentido sport, tumbas con facilidad gracias a un chasis ágil y al poco peso y cambia de dirección con facilidad. Los neumáticos marcan un límite muy pronto: lleva unos Michelin muy «todo uso» con los flancos muy altos, por lo que enseguida aprecias un límite que a buen seguro que el chasis es capaz de poner más lejos. Si te pasas de ahí, puede llegar a avisar con un movimiento de atrás que ya notábamos en la Yamaha YZF 125 R.
Un motor de altos vuelos
Sales a la carretera y tiene un andar agradable, suave y con un motor lleno en cualquier régimen. Puedes agacharte si quieres o mantenerte erguido. En esta posición, la mini-pantalla que llevas delante apenas protege, pero en carretera, sin viento y a velocidades legales no hay mayor problema.
Si te pones en plan deportivo, el motor cambia de carácter. Sube de vueltas con facilidad y el embrague permite cambios muy rápidos. Permite mantener el motor arriba del todo el tiempo que quieras y el sonido cambia y pasa a ser el de una de-portiva auténtica, convirtiéndose en una gran «banda sonora» sport. Sería un gran accesorio, que yo no dudaría en montar, un cambio semiautomático: el motor pide todavía un cambio más rápido, ya que 42 CV no son como para desperdiciar ni un ápice y el desarrollo más bien largo de sus velocidades hace que, a veces, tengas la sensación de que pierdes demasiado en cada cambio.
Así vemos la Yamaha YZF-R3
- En carretera: 4
- En ciudad: 4
- Pasajero: 2
- Confort: 4
- Equipamiento: 3
- Autovía: 3
LO MEJOR
- Gran polivalencia
- Capacidades deportivas
- Buen acabado
MEJORARÍA CON
- Neumáticos más deportivos
- Cambio semiautomático
- Desarrollos de cambio más deportivos