Yamaha Cygnus 125



El Cygnus está muy en línea con su rival el Lead. La manejabilidad y maniobrabilidad de las que hace gala pueden considerarse dos de sus principales virtudes; su buen ángulo de giro contribuye positivamente. Es pequeño y callejero, algo que facilita mucho las cosas en el habitual -slalom- entre coches con tráfico denso. La habitabilidad se ve afectada al tener la plataforma alta, lo que obliga a los que somos altos a llevar las piernas algo más flexionadas. El motor es perezoso en la arrancada pero tiene un poco más de punta que el Lead, algo que se agradece en rutas interurbanas. La frenada combinada funciona muy bien, a pesar de ser de accionamiento mecánico. Muy bien el disco delantero.
Disco delantero de 216 mm de diámetro con pinza de doble pistón muy efectivo y con buen tacto a la maneta. La frenada es combinada.
Instrumentación con velocímetro analógico y pantalla digital donde refleja el nivel de gasolina, la hora y los kilómetros recorridos (parcial y total).
Guantera grande, pero abierta. En la toma de contacto cuenta con un cierre de seguridad para impedir que sea manipulada. Al otro lado, el tapón de gasolina para repostar cómodamente.
Grupo óptico trasero de gran tamaño y muy buena visibilidad. Lo que hay encima no lo consideramos parrilla, pero sí asideras para el pasajero.
El Cygnus peca de poca habitabilidad para el pasajero en el asiento, lo que hace que viaje muy pegado al conductor. Cuenta con plataforma reposapiés fijas y asideras para sujetarse.
Su categoría de CUUL le hace ganar puntos en ciudad donde es ágil y ratonero, aunque no le vendría mal una salida algo más rápida. Puede utilizarse en carretera, aunque con una punta que roza los 100 km/h reales, no es lo más aconsejable. Muy bien en consumo y en capacidad de carga, aunque mejoraría con un gancho portabultos. Aprobado raspado en confort y equipamiento. Su habitabilidad es reducida tanto para conductor como para pasajero.