Yamaha Majesty S: Prueba a fondo

Se llama Yamaha Majesty, un nombre con una excelente reputación conseguida con el anterior scooter con esta misma denominación del que se vendieron 150.000 unidades entregadas entre versiones de 125 y 180 cc. El nuevo modelo se completa con la sigla S, letra que generalmente se asocia a las versiones Sport de cualquier vehículo.

En este caso no es así. Cierto, este Majesty S tiene, en conducción sport, mejores cualidades que su predecesor. pero no es una versión de aquél, ni mucho menos. Es un scooter totalmente nuevo que equipa el motor del Yamaha X-Enter de rueda alta, con radiador en un lado del cárter, para el que se declaran 11,8 CV y que mueve una parte ciclo compacta y ligera (148 kg en orden de marcha).

Estéticamente muy actual, anguloso y de líneas modernas, resaltan las luces de posición de LED delanteras y traseras más la cúpula delantera montada sobre una estructura metálica a la vista. Llantas de 13″, suspensión trasera de un solo amortiguador montado casi paralelo al suelo por el lado derecho del scooter (no regulable), horquilla telescópica convencional pero de buen tarado y un chasis que permite montar un suelo plano aunque con suficiente rigidez, hacen que en marcha sea un scooter muy noble fuera de la urbe. Sorprenden las prestaciones que ofrece el Majesty con un motor que no alcanza los 12 CV, siendo uno de los 125 cc más rápidos de la actualidad. Ello, combinado con un tamaño muy compacto, carrocería estrecha, un asiento a no mucha altura, suelo plano y un radio de giro excelente, convierten al Majesty S también en un gran scooter ciudadano.

Por su dinamismo, buenos acabados y su comportamiento, se trata de un scooter entre los mejores 125 del momento. Por el lado negativo, el espacio para el conductor es limitado y los más altos no encuentran fácilmente una posición cómoda a sus mandos.

Es un scooter con un equipamiento lógico. No incluye enchufe de 12v (no todo el mundo los emplea), ni tampoco tecnologías como elevadores de pantalla, pero sí luces de posición LED, muelle para levantar el asiento sin manos (solo hace falta girar la llave), pata de cabra lateral y caballete central, disco delantero ondulado y un cuadro completo de muy buena lectura. Bajo el asiento cabe un casco integral (un poco justo de altura) y deja hueco por delante para otros objetos. Ante las piernas del piloto encontramos un hueco portaobjetos, sin tapa, pero cómodo para dejar cosas a mano. A un lado del contraescudo, el práctico tapón del depósito de gasolina cuenta con bisagra (no hay que andar buscando dónde lo dejas cuando lo abres) y permite repostar sin agacharte.

El nuevo Yamaha Majesty S se erige como un scooter rápido en carretera, compacto en la ciudad, con un equipamiento racional e inteligente y de «look» moderno y agradable. Tiene todo para triunfar en un mercado como el nuestro donde los 125 cc lideran el mercado de las dos ruedas.

MOTOR: El motor es el que estrenó el X-Enter, una unidad muy compacta y bien estudiada para su uso ciudadano. Incorpora la refrigeración líquida con el radiador en un lado del propio motor, culata multiválvulas e inyección. Aun así, no se ha buscado potencia máxima, sino minimizar consumos. Entrega 11,8 CV a 7.500 rpm y 11,6 Nm a 7.000 rpm.

EQUIPAMIENTO: No se echa nada verdaderamente importante en falta, aunque no hay enchufe de 12v ni nada fuera de lo común. Pero sí hay muelle para abrir el asiento solo con la llave, reposapiés que no hay que tocar para sacarlos o recogerlos, o luces de posición de LED.

CARGA: El problema de un scooter compacto suele ser, precisamente, la falta de espacio. El Majesty S tampoco va sobrado: hemos conseguido meter un casco de tipo integral, y te certifico que el asiento cerró. Eso sí, forzando un poco. Por delante deja espacio, añade guantera abierta, gancho para bolsas y suelo plano.

CONFORT: Un scooter cómodo, con buena posición de mandos y de manillar. El suelo plano es un plus decomodidad y el asiento también es mullido. Solo va un poco justo de espacio para los pilotos de mayor envergadura. Aunque no llegan a darse en las rodillas, la altura entre asiento y el suelo del scooter es corta y obliga a llevar las piernas bastante encogidas.

PARTE CICLO: Tampoco hay nada destacable en la parte ciclo, salvo el habitual buen hacer de la marca en estas lides. Frenos suficientemente potentes y suspensiones con un tarado acertado. Si algo merece ser mencionado es el uso de dos ruedas de 13″, responsables en parte del buen comportamiento del scooter.

YAMAHA MAJESTY S: EN MARCHA

Compacto y ágil. Son las primeras conclusiones que sacas en los primeros metros con el Majesty S. Pero es algo que en cuanto lo ves ya puedes imaginar. No es un scooter grande en ninguna de sus medidas, con formas modernas y originales. Llama la atención la cúpula delantera, despegada de la carrocería por un soporte metálico que parece diseñado para poder cambiar de posición esta pieza. No es así; solo ofrece la posición en la que viene montado. Por el lado derecho llama la atención la rejilla de ventilación del motor, más grande de lo habitual. Y esto es por que ahí debajo va el radiador: este motor está refrigerado por agua, con el radiador integrado en el propio bloque.

Una vez montado en el Majesty no hay espacio de sobra. Tiene suelo plano y es muy cómodo a la hora de acceder al puesto de conducción, pero sus medidas compactas lo hacen especialmente indicado para los que no somos muy altos. Los que sí lo son no se acaban de encontrar cómodos. Delante de ti encuentras un manillar de tubo, un cuadro completo y de acertado diseño, y por debajo la bandeja portaobjetos abierta y el tapón de gasolina. Lo pones en marcha, emite un sonido contenido y muy típico de scooter 125 de calidad, sin ruidos raros ni vibraciones. Ya en marcha llama la atención (y no es el primer Yamaha en que me ocurre) un desarrollo de transmisión cuidadosamente calculado, muy acertado. Parece algo perezoso en los primeros metros, lento cogiendo vueltas. Pero acelera bien. No hay más que ver las cifras que obtiene. Llaneando le cuesta alcanzar su velocidad máxima real de 110 km/h (120 km/h en el marcador).

En tramos revirados, la estabilidad, buena frenada y capacidad de tumbar sin problemas hace que puedas llevarlo realmente deprisa. No tiene la más mínima intención de hacerse pasar por un deportivo. Pero tiene un comportamiento sano y divertido que invita a realizar una conducción animada. Con un par de CV más sería un gran 125 Sport de verdad.

En ciudad juega con la ventaja de su tamaño. Corto, no muy alto y con buen radio de giro, sumado a su nobleza de reacciones hacen de él un scooter ciudadano de gran altura. Añade pata lateral con desconexión del motor y es cómodo y fácil para subirte y bajarte muchas veces durante una jornada. Todo ello, en un día normal de uso ciudadano, se agradece.

YAMAHA MAJESTY S: ASÍ LO VEMOS

En carretera engaña el Majesty S. Se trata de un scooter con aspecto eminentemente urbano y con motor de 12 CV que resulta uno de los más veloces del momento. Unido a un comportamiento sano y noble, permite una conducción alegre, siendo uno de los mejores 125 en este aspecto. Cuando llegas a la ciudad es compacto, no muy alto y muy ágil. Acelera bien también en distancias cortas, en la media de la categoría. Igual que en consumo; con poco más de tres litros en la media de sus rivales. En confort dependerá del conductor: cómodo para los más bajitos, los pilotos más altos tienen problemas para encontrar la posición, algo que suele ocurrir en scooter compactos. El equipamiento puntúa alto: no hay grandes inventos electrónicos ni espectaculares «gadgets», pero sí dispone de componentes prácticos como muelle en el asiento que abre desde el contacto, tapón del depósito con bisagra en buena posición, luces de LED de posición, guantera -aunque sin tapa- para vaciar bolsillos o pata lateral y caballete.. El volumen de carga es otro aspecto bien pensado. Bajo el asiento hay espacio para un caso integral, aunque justo de altura. Delante de él queda mucho hueco, aunque ya no hay altura. Se complementa con el suelo plano y amplia guantera delantera.