Prueba Voge SR1 125: Buenos mimbres para un recién llegado al carnet de coche
La primera prueba del Voge SR1 125 nos recuerdan cifras mareantes: Tres millones de motos completas y más de cinco millones de motores. No, no son los guarismos de ninguna de esas marcas que tienes en la cabeza ni las de motos importadas a la UE, ni nada parecido. Son los números actuales de producción anual del grupo Loncin. Y Loncin, por si no lo sabías, es el propietario de la marca Voge. ¿Te suena?
Sí, estuvieron en el Mundial de Velocidad hace muchos años y tienen el honor de ser la primera marca china en puntuar en este campeonato global. Además, construyeron motores, entre otros, para Rieju. Pero seguramente su hito más sonado es haber sido elegidos por BMW como «partner» (antes se decía socio o proveedor) par construir sus motores.
Hicieron, hace tiempo, los «monos» F 650 monocilíndricos que emprendieron en su día la marca austriaca Rotax; después produjeron muchos de los bicilíndricos de la gama F., y ahora todavía continúan fabricando, y ensamblando la moto por completo, los scooter BMW C 400. En otras palabras: saben hacer las cosas como es debido cuando se proponen hacerlas.
Así, Voge se encuentra en una de esas ocasiones en las que se han propuesto hacer las cosas no bien, sino mejor. Es suya, su propia marca, creada para el mercado occidental, el nuestro, que dicho sea de paso, tiene para ellos una importancia relativa: lógicamente esos tres millones de motos no se venden aquí, ni en todo occidente, sino que gran parte de dicha cifra pertenece al mercado interno, países sudamericanos, sudeste asiático, India… Es aquí donde se consigue la cifra.
Europa aporta unas ventas de alrededor del millón de unidades. Pero hay dos condicionantes que para que grupos como Loncin sea muy interesante estar aquí: por un lado, nuestra normativa, tanto en calidad como en contaminación y adyacentes, es de las más exigentes del mundo, de tal forma que si cumples aquí, cumples en cualquier sitio.
Y por otro, también es una cuestión de imagen. En Europa compiten las mejores marcas con sus todopoderosos modelos y tecnología, y lo hacen con los clientes más exigentes y, sobre el papel, expertos sobre el tema. Si aquí triunfan, la medalla que se ponen en sus mercados principales es de gran porte.
De ahí que no te extrañe que una marca que a ti te suena a «chino», nunca mejor dicho, de repente sea capaz de meterse a hacer scooter de 125; un segmento donde están los grandes, los medianos y los mediopensionistas, todos apostando por modelos de cualquier tipo, y a la primera lo hagan bien. Hay que tener en cuenta que no es el primero que hacen, porque tienen la tecnología y el conocimiento para ello y, ahora además, el interés por demostrar lo que son capaces de hacer. Además lo hacen a unos precios que llaman la atención.
Todo esto resume, en parte, lo que subyace tras un scooter como el Voge SR1 125: tecnología, funcionalidad bien pensada, comodidad y buen precio. Claro, con esos mimbres sí se puede hacer una gran scooter de 125 que, de verdad, llame la atención en Occidente.
Cómo es el Voge SR1 125
Se nota que Voge ha hecho los deberes cuando ves por primera vez el SR1. Para empezar, es curioso que Voge haya elegido entrar en el mercado de los scooter 125 con un vehículo así. Las marcas que llegan a este mercado lo suelen hacer o bien con scooter muy básicos y económicos, que puedan venderse bien por su bajo precio, o bien con scooter GT muy equipados y tecnológicos que demuestren el poderío de su fabricante, para establecer un nombre y el consiguiente prestigio en el segmento.
Voge lo ha hecho justo por la mitad del segmento con un scooter de ese estilo difícil de definir, pero tremendamente exitoso, como el Honda PCX 125 o el Yamaha NMAX. Son scooter claramente ciudadanos, pero no básicos, con equipamientos elevados sin ser un GT que deba ir con todo. Con un scooter así como primer envite, Voge acierta, estableciendo un precio contenido que pueda resultar atractivo y un estilo que se está vendiendo muy bien con suficiente equipamiento, prestaciones y comportamiento como para abrirte los ojos.
Para ello parten de un chasis en tubo de acero con aspecto resistente, mediante un refuerzo superior bien pensado y una triangulación posterior también interesante que, a simple vista, convence por sus formas en cuanto a su resistencia. Emplea llantas de 14″ delante y 13″ detrás, con frenos de disco en los dos ejes, de 240 mm y 220 mm, con ABS de doble canal y un sistema de control de tracción TCS.
Delante lleva una horquilla estándar de 31 mm de diámetro, y detrás dos amortiguadores en una estructura clásica pero, sin duda, eficaz. El motor también es de diseño propio y completamente nuevo, compuesto por un monocilíndrico refrigerado por agua de radiador lateral. Monta una culata de dos válvulas para un cilindro de carrera larga, con transmisión, como es habitual, por variador automático.
Entrega 11,56 CV a 8.500 rpm, una cifra un tanto baja pero compensada por una correcta cifra de par de 11 Nm a 6.500 rpm, todo ello para 139 kg de peso declarados. Con un consumo oficial de 2,2 litros y un depósito de gasolina de 8 litros, la autonomía teórica se va a los 360 km.
La carrocería y las líneas de la moto han salido de la pluma de Massimo Zaniboni, de Arakana Studio. Es el mismo que ha dibujado en los últimos años gran parte de los scooter KYMCO, entre otros encargos. Sin duda ha sido un buen trabajo. El SR1 125 es atractivo, compacto y algo agresivo. Como veremos es además muy cómodo, con una posición de conducción muy natural.
Se nota además un cuidado muy especial en acabados y detalles. Está muy bien hecho. El cuadro es un LCD en color, de agradable diseño y buena lectura, bastante completo. Hay una guantera en el lado izquierdo con un toma USB e incluso una salida para el cable, para que puedas llevar el móvil en el manillar sin pillarlo.
No tiene, eso sí, cerradura ni sistema de bloqueo. Lleva llave de proximidad y esta tiene función de bloqueo de la moto y de búsqueda de la misma: pulsando uno de los botones del mando las luces parpadean para ayudarte a localizarlo. El asiento se abre desde el mismo pomo del contacto en una tecla al lado del mismo, y debajo puedes meter un casco integral, dejando espacio para antirrobo o guantes.
En esta zona encuentras el sitio para colocar la tarjeta de memoria de la cámara que va entre los faros delanteros. Esta va grabando continuamente y, cuando se llena, empieza a borrar los archivos más antiguos hasta volverse a llenar, en bucle. Puedes conectarla al móvil o no; si no lo haces, simplemente graba todo lo que sucede delante. Si lo conectas puedes controlar lo que grabas, verlo, hacer fotos y exportar editando lo que te interese. Así se maximiza su uso como accesorio de carácter lúdico o como elemento de seguridad.
Para terminar de repasar su equipamiento, hay que mencionar la parrilla portabultos trasera, donde se puede montar un baúl opcional fabricado por Shad a un coste reducido de sólo 50 €. Destacan también los reposapiés del pasajero, plegables y de especial anchura para su comodidad o el doble caballete, central y lateral con desconexión del motor a la hora de aparcar.
Y algo a lo que la marca ha querido dar especial importancia como es el sistema de luz de freno de emergencia: cuando frenas especialmente fuerte, el piloto trasero se enciende parpadeando, informando así de la emergencia. Funciona muy bien y efectivamente, te das cuenta de que el de delante está «tirando del ancla» a conciencia.
Cómo va
El Voge SR1 125 ya había sido presentado, en estado de prototipo, durante el pasado Salón de Milán, pero reconozco que es de esas motos que a veces se te escapan «bajo el radar». Sí, sabía que estaba por llegar pero, con la cabeza puesta en otras motos que me resultaron más llamativas, reconozco que no he estado atento a este scooter… hasta que me ha tocado subirme y probarla. Pero esto a veces está bien porque las sorpresas, cuando son positivas, te alegran. Y el SR1 125 lo ha hecho.
Había visto fotos y leído algo sobre él, pero tampoco me había fijado mucho. El día que tuve oportunidad de verlo en persona, con detenimiento y observando detalles, te llevas una grata sorpresa. Es compacto, parece ligero a la vista, se ve bien acabado de detalles, pintura y ajustes.
Sus líneas son modernas, agradables, con un punto de agresividad pero sin excesos de ningún tipo. Aquellos tiempos de los scooter chinos con chapas metálicas brillantes en el suelo, con radio, con vete tú a saber qué inventos para llamar la atención, han pasado al olvido y este podría ser perfectamente europeo o japonés, tanto por los acabados como por sus líneas generales, soluciones y funcionamiento.
Pero toca subirse y probarlo. Desde luego sobre el terreno es muy ligero, sobre todo a la hora de moverlo o sujetarlo de pie. La posición de conducción está muy lograda. Resulta cómodo y se siente muy natural, con pies y manos en su sitio y buena sensación de control. El asiento se muestra mullido, pero con el tiempo empiezas a notar las formas del molde, incluso, en algún bache grande o bajando bordillos, por ejemplo, notas cómo se deforma y vuelve a la posición.
Es uno de los pocos puntos que podrían mejorarse de este scooter. Para arrancarlo colocas el pomo de contacto en posición y agarrando una maneta, tocas el botón. Sorprende porque no hay ruido de motor de arranque al emplear un sistema de arranque en el alternador, de la misma forma que se emplea en los scooter que llevan sistema Start&Stop, pero sin esa función.
Parece ser que aquel prototipo de Milán sí estaba previsto que lo llevase, pero se ve que aun estando preparada la parte más complicada del sistema (ese alternador), la marca ha preferido dejarlo sin implementar… ¿Cuestión de precio? Es posible.
Ya en marcha el scooter se nota muy suave y es agradable en todos sus mandos. El cuadro teje un diseño agradable y los frenos muestran un tacto también conseguido. Esto llama la atención enseguida porque no tienen el tacto seco de una moto deportiva, pero tampoco es blando, pero lo importante es que frena mucho, dándote mucha sensación de control, añadiendo el mencionado sistema de luz de frenada de emergencia.
También las suspensiones han sido muy bien calculadas, ya que pasa muy bien sobre los baches y badenes. Lo cierto es que parece algo blanda, pero cuando te pones a rodar entre curvas y lo tumbas no se mueve y mantienes el control muy bien. Se nota por ello que nos encontramos ante un chasis bien diseñado y firme.
En carretera y vías rápidas sigue sorprendiendo. No es un scooter especialmente potente, si bien el motor de carrera larga se nota con buenos bajos y excelente respuesta. Sales a la autovía y ves que pasa de 100 km/h con facilidad, e incluso con poco a tu favor le verás llegar a los 115 km/h, momento en que sobreviene el corte de encendido con toda suavidad: un leve «toque» que frena la aceleración te avisa de que ya vas a tope.
Pero es curioso porque es más suave y dulce de funcionamiento ahí, por encima de 100 km/h, que a velocidades medias en ciudad, siendo de alabar siempre una suavidad de marcha que no todos sus rivales consiguen.
En ciudad, por supuesto, es importante esa suavidad y que sea tan agradable, pero también lo es un buen radio de giro y la compacidad de su carrocería. Inmersos en el caos del tráfico madrileño de media mañana, ciudad donde se hizo esta presentación, el SR1 125 es capaz de girar en poco espacio para meterse entre coches y volver a girar, a su lado, para llegar a los habituales reservados a pie de semáforo.
Lo mejor:
-Agradable en todos los sentidos
-Equipamiento elevado para su precio
-Polivalencia y comodidad
Mejoraría con:
-Un asiento de mejor calidad
-El sistema completo para arranque Start&Stop
Así lo vemos:
En carretera: 4
En ciudad: 4
Pasajero: 3
Confort: 3
Equipamiento: 5
Autovía: 3
(Puntuación de 1 a 5)
Voge puede convertirse en uno de los protagonistas del mundo del scooter en los próximos años. El SR1 podría calificarse sin temor alguno de acierto en casi todas sus facetas, siendo un gran scooter ciudadano, con prestaciones suficientes para entrar o salir de la ciudad, con un nivel de equipamiento envidiable y todo ello a un precio por debajo de los 3.000 €.
Es cómodo, atractivo y fácil de llevar, por lo que dispone de todos los mimbres para convertirse en una referencia entre los scooter medios.
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