Prueba Voge 125R: Auténtica «R» a precio de moto “básica”
Espera. Antes de hablarte de la Voge 125R sigo con este rollo un tanto «de señor mayor» porque me acuerdo, y no hace tanto, de los tiempos cuando por 2.000 € te comprabas un pedazo de 125 ciudadana, incluso de marcas de primer nivel. Ahora, con esos mismos 2.000 €, o das la entrada y te queda un pico, o te buscas algo de segunda mano «apañadito».
Pero por supuesto, si lo que te gusta son las motos que andan rápido, las que tienen un cierto comportamiento deportivo y un toque picante, aunque hablemos de 125, entonces tienes un problema: está claro que necesitas 15 CV con cierto nivel de equipamiento y, para tu desgracia, requerirás aproximadamente el doble de ese presupuesto de 2.000 €… o casi.
¿No me crees? Échale un vistazo a nuestra página de precios y filtra en el buscador “125 naked” (directamente evita las carenadas) de 15 CV y estilo moderno. Encontrarás que las primeras marcas efectivamente pasan casi todas de los 5.000 €; algunas, pocas, no llegan, pero tampoco les falta mucho.
Y sí, bueno, vale, he exagerado, porque algunas de las novedades de las marcas que están llegando de China, con planteamientos más «premium» y de calidad como la propia Voge, no llegan a esos 4.000 €.
Pero con la Voge 125R, la firma china ha ido aún más lejos, ya que con la promoción que se ha lanzado, y que dicen que aguantará unos meses, no llega siquiera a los 3.000 €. Después de probarla puedes apostar a que estamos ante una sport «con pedigree».
Al menos, tiene esa apariencia y se comporta como tal, y ya sabes lo que se dice: si parece un pato, camina como un pato y grazna como un pato, es muy probable que sea un pato.
Yo ya la he probado y sí, convence. Suave, rápida, estable, ágil y ligera, tiene todo lo que necesita para convencernos a muchos de que Voge tiene capacidad, haciendo motos así, para dar un puñetazo en la mesa y reclamar, por derecho propio, un pedazo importante del pastel del mercado de la moto.
Y desde luego que tratamos aquí de una marca china, incluso de las que están llegando ahora presumiendo de ello, orgullosas de su procedencia. Ahora les falta, y lo saben, convencer al público de su capacidad para hacer las cosas bien.
Tiempo al tiempo porque lo harán. Para empezar, para evitar esas dudas sobre su calidad y los dichos sobre «lo barato sale caro», la moto llega con cinco años de garantía; algo que lógicamente apoya su credibilidad de la forma más contundente posible, es decir, con la propia “pasta” del fabricante.
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Cómo es la Voge 125R
Voge pertenece, como ya es sabido, al grupo Loncin, uno de los conglomerados industriales más destacados de China en esto de hacer motos. Su marca Voge tiene una doble función: en Europa es la marca que debe posicionarse como rival de las principales marcas del mercado y, en la propia China y otros mercados emergentes, será la propuesta «premium» de la marca.
Pero ojo. Loncin es una empresa que fabrica motos por millones de unidades. Según datos propios, “solo” dos millones al año. Y efectivamente está relacionada su producción con modelos baratos, lo cual significa que disponen de todos los medios necesarios para hacer las cosas tan bien como quieran y cuando quieren. Se nota.
Con esta nueva 125 tienen claro que buscan atacar un segmento de mercado básico para cualquier marca. Si convences al que estrena su primera moto, tendrás un aliado para toda la vida. ¿O no recuerdas tú con cariño la marca de tu primera moto, si no salió «rana»? Así que sí, toca hacer las cosas especialmente bien.
Encontramos un chasis mulitutbular en acero con una estructura muy clásica entre las deportivas. El basculante se fabrica en fundición de aluminio y el motor cierra por debajo la estructura del chasis. Delante se monta una horquilla invertida muy aparente y, detrás, un monoamortiguador de anclaje directo al basculante, sin bieletas, algo en lo que coincide con casi todas sus rivales.
Dispone de reglaje de precarga, pero mediante tuerca y contratuerca, es decir, que puedes ponerlo a tu gusto aunque no está pensado para que andes cambiándolo cada dos por tres. En los frenos vemos disco delante y detrás con ABS de dos canales de serie, mientras que las ruedas han llamado la atención pero no por su medida tradicional de 17″, sino por la marca de los neumáticos: lleva unos desconocidos «Helios» que resultan ser de carcasa radial y en carretera han demostrado un funcionamiento por encima de lo correcto.
El motor es un monocilíndrico de última generación y desarrollo propio. Es de carrera corta para darle alegría a la subida de vueltas y lleva culata de cuatro válvulas, con dos árboles de levas. Entrega 15 CV a 9.500 rpm con un par de 12 Nm a 8.500 vueltas, haciéndose valer de árbol contrarrotante para eliminar vibraciones y cambio de seis velocidades para aprovechar a tope la «chicha».
En su estructura y soluciones ha encontrado inspiración en el último motor Honda CB125 al que se parece bastante, si bien, en este caso, el propulsor no tiene nada que ver con la marca japonesa.
En el equipamiento la moto está al nivel que se puede esperar. La iluminación es completamente por LED. El cuadro, una pantalla LCD en color, muestra buena visibilidad y, de hecho, lo hace con colores muy llamativos.
La carrocería recurre a una decoración muy llamativa y sport. Las formas y líneas de la moto son atractivas y modernas. De hecho, este diseño sale de la mano de Massimo Zaniboni, conocido diseñador que ha trabajado para marcas como Italjet, KYMCO, Morini, Piaggio o Suzuki.
Cómo va la Voge 125R
La Voge 125R es una moto aparente que, como te decía, entra por los ojos. Se ve alta y estrecha. Esas líneas de Zaniboni, según me dicen, inspiradas en las formas de las espadas, hacen que se vea ligera. De hecho pesa 137 kg, una cifra muy aceptable para una sport de la categoría.
El asiento está a 795 mm de altura y se llega bien al suelo. La posición sobre ella es muy natural y enseguida te acostumbras. Es cómoda de asiento y los mandos están en buena posición, con tacto en general correcto. Por poner algún «pero», el del pedal del freno trasero es algo blando y no notas bien cuándo estás cerca de bloquear, pero con el ABS no hay mucho problema en ello.
En marcha es una moto con un sonido muy discreto. No hay vibraciones y el ruido que llega es solo del escape. Es bonito. Ya en marcha tiene un buen escalonamiento del cambio. Acelera muy bien, con ganas y vas subiendo marchas con precisión en el cambio.
El corte de encendido se sitúa en las 10.000 rpm y el cuentavueltas, digital, se ve bien de forma que puedes aprovechar la potencia. A tope en sexta llegas a los 120 km/h de marcador y justo en ese momento llegas al corte. Es capaz de hacerlo hasta con una ligera subida, por lo que puedes afirmar que lleva un desarrollo más bien corto que incentiva las aceleraciones.
Pero a pesar de ello es una moto capaz de mantenerse en un crucero sobre los 100-105 km/h, lo que está muy bien y se dice muy pronto en tiempos de Euro 5…
En carreteras de curvas la Voge es divertida. Está muy bien calibrada en cuanto a frenos y suspensiones; no se aprecia dura ni los frenos llegan a ser bruscos, en absoluto. Todo está bien calculado para actuar y trabajar de forma muy natural.
Los desconocidos neumáticos «Helios» son todo un descubrimiento y sin ser los mejores de entre los deportivos, lo cierto es que agarran muy bien y transmiten buenas sensaciones, lo que permite llevarla rápido y tumbar a placer.
En la ciudad es una gran moto, ligera y estrecha, gira bien y es cómoda para pasar tiempo sobre ella. Se cuela bien entre coches y espacios estrechos y, por supuesto, con un desarrollo que tira hacia corto acelera bien en cada semáforo.
Lo mejor:
-Buenas prestaciones
-Precio razonable
-Estética agradable
Mejoraría con:
-Tacto freno trasero
-Colores del cuadro demasiado «intensos»
Así la vemos:
En carretera: 4
En ciudad: 4
Pasajero: 3
Confort: 4
Equipamiento: 3
Autovía: 3
(Puntuación de 0 a 5)
La Voge 125R cambia las reglas del juego de las 125. Antes tenías que elegir, o deportiva de verdad por un dinero o conformarte con menos prestaciones por menos inversión. Ahora, con esta moto, puedes tener ambas cosas.
Es una deportiva de 15 CV capaz de enfrentarse a cualquiera de sus rivales en cuanto a prestaciones en carretera, en curvas o autovía, con un equipamiento más que razonable sobre una moto cómoda para todos los días, que incluso puede aceptar un acompañante llegado el caso.