Pues eso fue lo que me pregunté yo nada más llegar al circuito de Jerez: ¿Qué hace una naked como tú en un circuito como Jerez? Y todo esto fue lo que me respondió la Speed Triple R.

¿Qué hace una chica como tú, en un sitio como éste?

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¿Qué hace una chica como tú, en un sitio como éste?
Fórmula Moto
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Cuando recibimos la invitación por parte de Triumph para la presentación de la nueva Speed Triple R, me llamó mucho la atención que fuera una prueba exclusiva de circuito. Normalmente, para este tipo de motos, o bien la presentación tiene lugar e


Por lo tanto, «aquí había gato encerrado», sí o sí. ¡Y vaya que sí había gato! Una gatita inglesa 100% felina en comportamiento y prestaciones, con poco o nada que envidiar a algunas RR del mercado. Una auténtica loba con piel de cordero, así que no te dejes engañar por su espectacular aspecto de roadster «rutera», porque te encuentras ante una pura sangre deportiva, con la que sólo podrás descubrir todo su potencial y sus límites en circuito. Unos límites que por cierto están bastante lejanos.

Un escalón más

La Speed Triple es el DNI de Triumph, su joya de la corona, la moto más importante del catálogo inglés, y que no ha dejado de ganar adeptos año tras año; nada menos que 70.000 unidades vendidas desde su aparición en 1994. De hecho, Triumph es actualmente el fabricante de motos con mayor tasa de crecimiento del mundo.

Pero no era suficiente. Los «marketinianos» británicos percibieron en sus estudios de mercado que había una parte importante de potenciales clientes de la Speed Triple que demandaban más deportividad, más prestaciones. Por eso en 2009, cuando la Speed Triple básica ya estaba totalmente definida, empezaron a «darle vueltas» a este modelo. Y de ahí esta versión R para los más atrevidos.

La moto básicamente es igual que el modelo estándar, pero se  han introducido una serie de accesorios técnicos de primerísima línea para poder explotar hasta su límite su ya de por sí espectacular parte ciclo. Son de ese tipo de cosas que prácticamente no tienen prueba, es decir que, desde el primer momento que la montas, la moto ya va mucho mejor y se nota en los tiempos por vuelta. Tiempos por vuelta que, por cierto, podrás controlar con el «lap timer» manual a tu disposición en el cuadro de mandos. Estos nuevos componentes vienen de la mano de fabricantes de primer nivel, tales como Öhlins para las suspensiones -que han colaborado estrechamente con los ingenieros y probadores de Triumph en las sesiones de pruebas-, frenos Brembo, llantas PVC y neumáticos Pirelli Supercorsa SP. Otros pequeños detalles también han sido pulidos, como elevar ligeramente la altura trasera de la moto para ganar ese puntito en agilidad.

En cuanto al motor, no se ha tocado lo esencial, porque sigue siendo ese tricilíndrico de 1.050 cc y 135 CV lleno de vitalidad y entrega de potencia, pero en el que sí que se ha revisado la caja de cambios para hacerla más consistente y que el engranaje entre marchas sea más suave y preciso.

Nada es lo que parece

Pero vamos a lo que realmente nos importa. ¿Cómo va?, ¿hasta dónde se puede llegar con ella? He de confesar que hasta yo mismo me sorprendí de lo realmente rápido que se puede llegar a girar con esta Speed Triple, con mucha diversión, y también con una seguridad pasmosa. Es como un juguetito que se presta a hacer con ella lo que te venga en gana y que no rechista.

Los que habitualmente seguís mis pruebas ya sabréis que tengo un defecto -o una virtud, según se mire-, y es que cuando me subo a cualquier chisme de dos ruedas (en circuito, claro), se me inyectan los ojos en sangre y no se ir de paseo. Luego ya depende de lo que te ayude la moto a llegar más o menos lejos.

Desde luego que la primera impresión al subirme a la Triumph en parado en los boxes, no tuvo nada que ver con lo que sería el resultado final. Uno, que está acostumbrado a posiciones de conducción más bien radicales, aquí es todo lo contrario. Una posición absolutamente confortable, con el tronco totalmente erguido y sin prácticamente nada de peso cargado sobre las muñecas; vamos que, así de primeras, daban más ganas de huir del circuito y darse un paseíto por la carretera. Pero amigo, nada es lo que parece.

Tras un par de vueltas de aclimatación, es cierto que la posición de conducción no invitaba para nada a retorcerle la oreja a la Speed Triple. Por eso, y por la nula protección aerodinámica. Pero sólo por esas dos cosas. Por todo lo demás, esta Triumph te incita descaradamente a encontrar tus límites y los de la propia moto desde el primer  minuto. Desde la primera vuelta ya percibes lo impresionantemente ágil que es y ligera que resulta; ni de lejos te creerías que estamos ante una 1.000 cc de 212 kg de peso. También es cierto que su alto y abierto manillar -más al estilo de una supermotard que de una RR- favorece los cambios de dirección. Felipe López Córdoba -probador de la inglesa-, estableció unos reglajes de suspensiones de una dureza media, ya que con el asfalto frío y por la nada radical postura de conducción, debía ser más que suficiente para aguantar un buen ritmo. Y efectivamente así fue.

Las nuevas suspensiones Öhlins, junto con los Pirelli Supercorsa SP, ofrecen una impresionante estabilidad que no se vio comprometida en ningún momento de la prueba, ni en curvas rápidas ni en lentas, excepto en una ocasión. Fue en la entrada a la recta de meta. Yo venía con el «morro caliente» tratando de dejar atrás a un compañero de otro medio francés; fue tal la inclinación, que la estribera izquierda arrastró descaradamente sobre el asfalto. Y no sé si fue por lo violento del golpe, o del propio susto que me llevé, que tanto el tren trasero como el delantero hicieron tal extraño que a punto estuve de «bajarme en marcha», algo a tener en cuenta. Es tanta la estabilidad y aplomo que ofrece la parte ciclo y neumáticos de la Triumph, que se puede tumbar y tumbar- pero ahí están las estriberas para decirte ¡cuidado!

GO YOUR OWN WAY

Por supuesto, la fiabilidad de sus nuevos frenos están fuera de toda duda. Son capaces de detener la moto en mucho menos espacio y tiempo de lo que te imaginas. Otra cosa muy diferente es atreverse a hacerlo. O si no, ¿cómo te crees que es posible frenar en el cartel de 100 metros de la recta de atrás de Jerez llegando a 240 km/h -y conseguir entrar en la curva, claro-? ¿No me crees? Te recomiendo más que nunca que le eches un vistazo al vídeo on-board que grabé sobre la Speed Triple R. La mejor vuelta que hice en el trazado jerezano fue de 1´54-83. En otras ocasiones, con motos RR y neumáticos de circuito, me ha costado hacer ese crono. No hace falta decir mucho más.

Como hoy vamos de canciones, «Go your own way», aparte de ser una de las más populares creaciones del grupo Fleetwood Mac, da la ¿casualidad? que también es el eslogan que Triumph ha elegido para promocionar sus motocicletas. Y desde luego que han dado en el clavo, porque sin duda, y sin ir más lejos, con esta Speed Triple R el camino a seguir lo marcas tú- y los límites también.