Prueba TRIUMPH BONNEVILLE T120: pretérito pluscuamperfecto








Aquella mítica bicilíndrica en línea con carenado tipo «cigarro» batió el récord de velocidad en septiembre de 1956. La novedad 2016 Triumph Bonneville T120, fabricada en Tailandia como sus hermanas con el mismo apellido, rinde homenaje a este registro y se yergue como la versión de más cilindrada jamás producida en la historia Bonneville. Su nuevo propulsor de 1.197 cc (97,6×80 mm) refrigerado por agua con cigüeñal calado a 270º y Euro 4 es la versión denominada HT (High Torque –alto par-), capaz de alcanzar los 80 CV a 6.550 rpm, frente a los 97 CV a 6.750 rpm de la versión HP (High Power –alta potencia-) de la también novedad 2016 Triumph Bonneville Thruxton.
La nueva Triumph Bonneville T120 está diseñada para regresar a la imagen y el espíritu de la original Bonneville de 1959. En aquélla, este «120» declaraba una velocidad máxima de 120 millas/hora, aunque las revistas de la época no lograron más que 108 m/h… Para mantener aquella estética, el depósito recibe dos colores, el equipo de inyección se disfraza de carburadores y los cilindros reciben aletas como si estuviesen refrigerados por aire.
Triumph Bonneville T120 con control de tracción
Con tanto empuje a bajo régimen y par extra, agradecerás la incorporación de un control de tracción de serie. En cuanto abres el gas en primera o segunda, te encuentras con una patada que te catapulta de inmediato con fiereza. Sin embargo, la primera apertura del gas es suave y controlable, y su entrega no te invita a ir buscando la línea roja del cuentavueltas. Se encuentra muy a gusto rodando entre 3.000 y 5.000 rpm, pero puedes subirla hasta las 6.550 rpm (punto de potencia máxima) que no se comporta con rudeza en ningún momento. Encantadora.
Las esferas analógicas de la instrumentación, de imagen retro, incluyen sendas pantallas digitales cuya información puedes elegir mediante un pulsador «i» situado en la piña izquierda y otro «m» en la derecha. El primero te ofrece la posibilidad de elegir entre el dato de consumo medio, distancia a recorrer con la gasolina restante o marcha engranada, mientras que el segundo da acceso al ABS y control de tracción, ambos desconectables. Este CT dispone de dos modos, Road y Rain, gestionados por la centralita electrónica ECU Keihin.
Puños calefactables de serie
También hay que destacar la confortable y erguida posición de conducción. El depósito cuenta con placas de goma a sus lados que puedes utilizar para realizar los cambios de dirección. Sin embargo, las estriberas quedan bajas y un poco adelantadas, lo que hace que toquen el asfalto incluso en inclinaciones moderadas. Los Pirelli Phantom Sportscomp tienen agarre para mucho más y te invitan a realizar una conducción realmente deportiva en curvas. Pero ya sabes, ten cuidado con ir rozando tus botas por el asfalto. Aún así, irás escuchando un estridente sonido metálico en las trazadas más divertidas…
Como en la Triumph Bonneville Street Twin 900 que probamos recientemente, los amortiguadores Kayaba de la T120 están reglados de una forma excelente. Son regulables en precarga, mientras la horquilla de 41 mm no ofrece opciones. En ambos casos comparten un recorrido de 120 mm. Una vez más, los encargados de puesta a punto de parte ciclo de Triumph, los hermanos españoles Felipe y David López, han hecho un excelente trabajo junto con los técnicos de Kayaba, a pesar de contar con un equipo sin regulaciones de hidráulicos y sin monoamortiguación trasera. Me encanta cómo devora los baches. El asiento tiene un generoso mullido, resultando suave y cómodo. Según Triumph, han puesto más espuma que en la Bonneville precedente, aunque la altura se mantiene a solo 785 mm.
El chasis de la Triumph Bonneville T120 es el mismo que en la serie Thruxton (estándar y R), pero con diferente subchasis. El manillar de una pieza es más elevado y la llanta anterior de 18″, todo lo cual hace que las sensaciones no sean tan directas como en la café racer con semimanillar y llanta de 17″.
Todo el encanto del pasado
No es precisamente liviana con sus 224 kg en seco, aunque no se siente pesada. La causa es un centro de gravedad bastante bajo, lo que te permite rápidos cambios de dirección en carreteras de curvas. En marcha parece más ligera de lo que reflejan sus cifras, mientras que el equipo de frenos Nissin hacen muy bien su trabajo tanto en potencia como en tacto. Además, la palanca derecha es regulable en distancia al puño.
La Triumph Bonneville T120 no es una naked retro más con prestaciones dignas de moto moderna como pueda ser su hermana Thruxton R. En realidad es una recreación fiel de un modelo mítico que emplea tecnología moderna para resultar un modelo de hoy día, aunque con todo el encanto del pasado. Dispone de caballete central de serie, los intervalos de mantenimiento se aumentan desde los 6.000 km anteriores hasta los 10.000 km y tiene una sexta que, francamente, no utilicé en una jornada de pruebas huérfana de recorrido por autovías. Además, el bombín de contacto regresa a su lugar normal en medio del manillar, tienes a tu disposición una toma USB y el faro trasero está compuesto por LED.
La línea de la nueva Triumph Bonneville T120 es fiel a la herencia de este mítico modelo, con el radiador bien escondido, los relojes clásicos o las llantas de radios entre otros muchos detalles. Y si escuchas el sonido que emiten sus escapes, no me podrás decir que no te evocan historia con mayúsculas. Se me eriza el vello de los brazos de la emoción…