¿Moto trail o moto naked? Por qué elegir una u otra

El resurgimiento de las motos trail es un hecho. Los ciclos del mercado han promovido que se conviertan en las nuevas protagonistas del sector, después de que apareciera la primera Yamaha XT500 allá por los años 70 del pasado siglo. En España comenzamos a verlas como una opción interesante un poco más tarde, todo ello mientras disfrutábamos de nuestras enduro nacionales de primer nivel… hasta que dejaron de serlo. El proteccionismo de un sector tan potente como el de la motocicleta de fabricación nacional sirvió para dar el último respiro al marchamo “Made in Spain”, pero la falta de inversión y una imparable reconversión industrial y, por ende, económica, arruinó cualquier atisbo de futuro de la otrora gloriosa industria de motos españolas.

Con el dinamismo de los años 80 aparecieron las primeras trail sobre las carreteras y los caminos de aquí con motos tan populares como las primeras Yamaha XT, Honda Dominator o Suzuki DR que abrirían el paso de las grandes “maxitrail” como las Yamaha Supertenere 750, Honda Africa Twin o Suzuki DR Big. Mientras tanto, el protagonismo de las naked solo fue considerado como tal tras el desplome de ventas de las todopoderosas deportivas, las verdaderas protagonistas de las dos últimas décadas del siglo XX y la primera del XXI.

El endurecimiento de las normativas de Tráfico con la implantación del carnet por puntos o el encarecimiento de las sanciones, nos indujo a reflexionar sobre qué estábamos haciendo moviéndonos a diario por la carretera con motos cercanas a los 200 CV y 300 km/h. Así, el tiempo y otros «agentes externos» llevaron a que las motos naked impusieran su lógica con el resultado de una generosa aceptación por parte del usuario, que ha llegado hasta nuestros días.

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Trail o naked: dudas razonables

La elección entre una moto trail o una naked tiene sentido desde el punto de vista de la pasión que toda moto encierra dentro de sí, con la ventaja añadida en ambos casos de una ergonomía adecuada para ser usada en el día a día… en la mayoría de los casos. Sucede aquí un calco de lo que pasaba años atrás con las motos deportivas: las usábamos todos los días para cualquier plan que nos surgiera, siempre contentos y disfrutando de su presencia, tecnología y poderío general; todo ello hasta que acabamos con dolores de espalda o simplemente aturdidos con las quejas de quien nos acompañaba desde el asiento de atrás, los verdaderos sufridores y sufridoras de la moto “racing” de antaño.

El hecho de ser categórico en este particular tampoco conduce a nada. Podría decirse que, efectivamente, una trail nos sirve para todo e incluso es adecuada por tamaño y dimensiones para movernos por ciudad o carretera. De acuerdo, pero dependerá de qué modelo estamos presentando como ejemplo, ya que una maxitrail pertrecha de maletas y un enorme top case no será, precisamente, la mejor moto para ir de aquí para allá con densas concentraciones de tráfico entre calles estrechas de un solo sentido… y no serías el único en hacerlo hoy día precisamente. Una vez más queda patente aquello de que ciertas modas no tienen mucho sentido llevadas al extremo, lo que no implica el hecho de que aparezcan y se desarrollen con éxito.

En el lado de las motos naked sucede, en cierto modo, lo mismo, ya que habiendo sido desarrolladas en ciertos casos como una deriva de su “hermana sport” del propio catálogo, pero sin carenado y con manillar alto, en un principio mostraban orgullosas amplios asientos destinados al piloto y pasajero, quedando últimamente reducido este último espacio a la mínima expresión en algunos modelos. Una forma curiosa de perder parte de la tarta del mercado a favor de una imagen tal vez más dinámica y agresiva para atraer al usuario. ¿Realmente se trata de un camino acertado el elegido o simplemente obedece a la especialización del producto dirigido, casi en exclusiva, al un usuario tipo con determinadas preferencias?

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Aventura trail o dinamismo naked: el poder de la persuasión

De algún modo, la corriente naked ha derivado en una idiosincrasia bastante parecida a la protagonizada en su momento por las motos deportivas. Aquellos que pasaron por los escalones sport y sport-turismo con potencias descomunales y velocidades de vértigo han visto en las naked su alma gemela, eso sí, con un grado menor de “desfase” en vías públicas y menos dolencias de espalda, muñecas u otras articulaciones. Por fortuna, hoy día no es necesario disfrutar exprimiendo una naked rápida y potente en carretera abierta, ya que cada vez encontramos más oportunidades para apuntarnos a tandas libres en los circuitos repartidos por toda la geografía española. Desde usuarios de “motos escuela” como podría ser una Honda CB500/650R, Yamaha MT-07 o Kawasaki Z650 comparten pista con KTM Super Duke de todo tipo, BMW F 900 R o Suzuki GSX-S1000.

¿Significa esto que las versátiles trail no tienen cabida en un circuito cerrado? Todo lo contrario. Resulta complicado encontrar una tanda libre sin una maxitrail participando incluso en grupos de nivel medio o avanzado. No en vano, aprovechan al máximo el mejor entorno en el que exprimir sus potentes motores y la eficacia de las ayudas electrónicas.

En realidad, y si enfrentáramos motos trail con naked en un circuito, la especialización asfáltica de las últimas impondría su ley respecto a las primeras que, con sus altos y anchos manillares acompañados por suspensiones de generoso recorrido, se encuentran más atenazadas a medida que el ritmo del piloto crece. Si prefieres verlo así, piensa que disponen de un “tope natural” para dejar las cosas como están llegado un punto del nivel alcanzado. ¿Para qué rodar más rápido? Se trata de disfrutar de la jornada. Recuerda que los mejores ya están en MotoGP…

Pero si una moto naked triunfa en pista durante una animada jornada de circuito, la trail se desquita en largos recorridos sobre todo tipo de asfaltos y superficies, incluyendo la satisfacción del pasajero perfectamente acoplado en su zona de confort. La perfección en ergonomía se impone junto con unas suspensiones “amables” con ambos ocupantes, así como la posibilidad de acarrear equipaje con ciertas modificaciones para adaptar el equipamiento necesario (en ocasiones, específico) a la moto.

Protección de carenado o largos intervalos de repostaje fruto de depósitos con gran capacidad y consumos contenidos a ritmos moderados rematan esa capacidad polivalente y “largoplacista” de las trail más aventureras. Algo que se ve multiplicado por la confianza que otorga en desplazamientos por caminos de tierra donde, eso sí, la experiencia y nivel de pilotaje resultan cruciales para salvar el expediente sin “redecorar” la moto… ¿o por qué crees que muchas marcas ya ofrecen de serie un conjunto de protecciones laterales que cubren la integridad de los plásticos en caso de caída? Cualquier detalle extra original servirá para convencerte de su compra, no sin falta de criterio precisamente.

El día a día a los mandos de una trail o una naked

Hemos hablado aquí del aspecto más lúdico de las motos trail y el de las naked sin pensar, en realidad, que no solo van a salir del garaje para viajar o en busca del circuito más cercano y hacer curvas hasta quemar toda la adrenalina que llevamos acumulada de lunes a viernes. Seamos realistas y pensemos que hay límites establecidos que, en según qué ocasiones, podrían llegar incluso a ser insalvables. Por ejemplo, el hecho de rodar con una trail por caminos de tierra no siempre será una actividad permitida, por aquello de conservar el medio ambiente.

Mucha atención a las zonas especialmente vigiladas, porque podrías ser multado por un agente forestal mientras te acercas por un camino cualquiera a contemplar las vistas del valle en el mirador natural situado unos metros más allá, sin imaginarte la que te puede caer de repente… Por otro lado, las incursiones en circuito con tu naked no serán tan habituales a no ser que tengas cifras con unos cuantos ceros a la derecha en tu cuenta bancaria, ya que la gasolina o los neumáticos para ello suelen ser, digamos, «un poco caros». No es lo mismo, pero una salida por los puertos de montaña de la zona será otra manera de “limpiar el espíritu” haciendo curvas.

Lo cierto es que un uso diario de la moto puede dar un giro a cualquier argumento aquí presentado. La actividad de ir al trabajo requiere llevar cosas a cuestas, sufrir atascos de entrada o salida a la ciudad o tal vez hacer kilómetros desde las afueras hasta llegar al destino, en el centro del “caos”. Una moto trail puede llegar a ser voluminosa para ello, más aún si la equipas con maletas. A cambio, el portátil o el mono de agua irán a buen recaudo y te acompañarán allá donde te desplaces.

En una moto naked, a no ser que te hagas con una bolsa sobredepósito o uses mochila, lograr lo mismo será más difícil (montaje de parrilla y baúl aparte). La protección aerodinámica no será equiparable a la de una trail y los baches y alcantarillas de la ciudad probablemente lleguen de manera más directa a tus riñones. Sin embargo, es posible que la conducción sea más ágil y “ratonera” a los mandos de unan naked entre el caos del tráfico urbano, lugar donde algunas de las trail más voluminosas sufren de manera irremediable.

Por último, y no menos importante, encontramos el acceso a la moto. ¿Llegas bien con los dos pies al suelo? Un aspecto que aporta seguridad y confianza en el piloto y que, con mucha probabilidad, encontrarás más garantizado en una naked que en otra moto trail de suspensiones confortables, sí, pero también bastante largas precisamente por ello, dificultando el apoyo al suelo en detenciones. En ocasiones los pertinentes ajustes en las suspensiones o el montaje de asientos de altura reducida mitigan el problema, pero no siempre, por lo que deberás asegurarte de ello antes de tomar una decisión. Terminamos con la obvia reflexión de todos los que amamos el motociclismo. Sea cual sea tu elección, piensa que la moto es el pasaporte para nuestra felicidad. En la manera de conseguirlo se encuentra la clave. Valora tus preferencias y disfruta de tu compañera ideal, sea cual sea.