Probamos la Suzuki M1800 R, la Intruder más bestial


Como buena M, a esta 1800 le exiges más marcha que a la C1800 R. Afortunadamente, tiene condiciones para ofrecértelo. Con ella aprovechas en mayor grado las satisfacciones que te pueden ofrecer los pistones de mayor diámetro que actualmente se comercializan en serie en el mercado, característica que comparte con la C. Frente a los tres silentblocks sobre el que está montado el motor de la C1800 R, la M opta por seis, lo que redunda en menores vibraciones a cualquier régimen, lo que, a su vez, la hace menos -auténtica- que la C.
El menor peso es fundamental, 315 kg frente a 380 kg, sobre todo en conjunción con sus 125 CV. Es aún más divertida en la acción abrir gas-adelantar que la M1500, frente a la que también supera por una menor presencia de prestaciones que, ojo, puede ser considerado un aspecto negativo para muchos amantes de este segmento.
La R que ostenta como apellido queda impresa por unas pinzas radiales que encajan a la perfección con una sólida horquilla invertida, y que ofrecen las prestaciones que esperas de más frente a la clásica C. No obstante, no dejes de apoyarte en el trasero -sí o sí-.
La tapa que cubre el asiento del pasajero es opcional, aunque el acompañante está infinitamente más cómodo en el amplio espacio disponible de la C1800 R.
Se comercializa en color negro, mientras que la C1800 R incluye una opción granate. Lo que es evidente, tanto encima como al lado de la M1800 R, es que quien inventó el término -muscle bike-, tenía un concepto muy similar al de esta Intruder en la cabeza.
Podrás encontrar más datos de esta prueba y de toda la gama Suzuki Intruder en el nº 66 de la revista Fórmula Moto disponible en tu punto de venta habitual.
Ficha técnica Suzuki Intruder M1800 R