Suzuki GSX-1300R Hayabusa: historia de la primera ultrabike del mercado

Suzuki GSX-1300R Hayabusa: historia de la primera ultrabike del mercado
Nicolás Merino
Nicolás Merino

La tercera generación de la excelsa Hayabusa ha vuelto a poner encima de la mesa la importancia de este modelo, que no sólo fue el más rápido cuando salió, sino que inauguró un nuevo segmento en el mundo de las dos ruedas.


Todo aficionado a las motos que se precie ha oído hablar o ha visto una Suzuki GSX-1300R Hayabusa. Este modelo fue lanzado por los de Hamatsu en 1999 y no dejó a nadie indiferente en lo que a diseño y prestaciones se refiere. No en vano, era la moto de producción en serie más rápida del planeta, capaz de superar los 300 km/h.

Este modelo estrenó también un segmento, denominado ultrabike, donde tienen cabida las motos más potentes y rápidas. Ahora, la marca nipona ha presentado la tercera generación, que mantiene todas las aptitudes que convirtieron en mito a esta moto. Así, a modo de homenaje, os traemos un poco de historia de cómo surgió la idea de dar vida a la Hayabusa.

Basada en la experiencia en el Mundial de 500cc

En palabras del jefe de diseño del proyecto original, Yoshiura san, “el concepto de la primera Hayabusa era crear un impacto visual y dar fluidez al aire que seccionaba el carenado, con una aerodinámica superior. La diseñé con la intención de llamar la atención, dibujando un diseño único. Tenía que transmitir que era la moto de producción más rápida del mundo”, remachó.

De ahí que la silueta de la Hayabusa se convirtiera en un referente de su categoría. Y es que los diseñadores japoneses crearon un diseño icónico y reconocible, con un elaborado trabajo aerodinámico en el túnel de viento que cortaba el aire como una afilada espada. Destacaban las formas del carenado curvadas, su frontal afilado, los faros, el envolvente guardabarros y las tomas laterales del conducto Ram Air para canalizar el aire hacia la admisión aprovechando la velocidad.

También emplearon su amplia experiencia en el mundo de la competición (Kenny Roberts fue campeón del mundo con Suzuki en el 2000). Por ejemplo, la abultada parte trasera estaba diseñada para suavizar las turbulencias de la misma forma en la que lo hacía la RGV 500 GP que disputaba el Mundial aquel año.

Potencia bruta

Para lucir con orgullo el título de la moto de producción más rápida del planeta, la Hayabusa recurrió a un motor de cuatro cilindros de 1.298cc con varias innovaciones. Entre ellas destacaba una inyección y unas bobinas dedicadas para cada cilindro. El resultado fue una potencia de 175 CV, una auténtica barbaridad para la época

Con esa potencia, era capaz de superar los 300 km/h y de lograr unas aceleraciones espectaculares hasta 200 km/h. De hecho, en su lanzamiento igualó en el mismo punto del circuito la velocidad máxima de la carrera del GP de 500cc del año anterior. El piloto de pruebas de Suzuki, Yuichi Nakashima, declaró: «Puedo decir que el motor de la Hayabusa se siente tan abrumadoramente poderoso y afinado que no hay nada igual. Después de probarlo, no querrás conducir otra moto: su poderosa aceleración engancha».

Lejos de ser una moto difícil de llevar, la Hayabusa sorprendió por una entrega de potencia a bajo régimen y un tacto de acelerador que no la convertía en una arma de destrucción masiva en manos de pilotos pocos experimentados. Y es que también fue ideada como una moto para disfrutar en curva.

Segunda generación: aún más potente

Tras el éxito cosechado (vendieron 115.000 unidades) de la primera Hayabusa, Suzuki decidió lanzar la segunda generación en 2008. Nueve años de experiencia fueron suficientes para lanzar un producto mejorado pero bajo la misma fórmula. Así la protección aerodinámica para el piloto mejoró al tiempo que se mantenía el diseño tan característico. “El equipo dio máxima prioridad a mejorar su ya legendaria eficiencia aerodinámica. La Hayabusa realmente se diferencia del resto por sus características aerodinámicas”, recuerda Hiroshi, ingeniero jefe de Suzuki.

El motor también experimento cambios: se pasó a una cilindrada de 1.340cc y aumentó la relación de compresión. También eran nuevas la culata, más compacta; los pistones y válvulas, más ligeros; el tensor hidráulico, los inyectores y el sistema de escape. También recibió novedades en la transmisión, con un embrague antirrebote. Con estos cambios se mejoraba su respuesta a cualquier régimen y se aumentaba la potencia máxima hasta los 194 CV.

En cuanto a la parte ciclo, la nueva Hayabusa equipaba un basculante más rígido y nuevas suspensiones, con una horquilla invertida de 43 mm y un nuevo amortiguador trasero, ambos firmados por el especialista Kayaba. El equipo de frenos se actualizó con pinzas radiales, montando llantas de 17» y un neumático específico, el Bridgestone BT-015.

Para 2013, la segunda generación recibió su última actualización, la cual se centró en mejorar los frenos delanteros a través de la instalación de un sistema ABS. Así, este modelo logró vender más de 74.000 unidades, elevando las ventas totales de la Hayabusa a más de 189.000 unidades. Con la entrada en vigor de las leyes de emisiones Euro 4, Suzuki dejó de comercializar la Hayabusa en Europa en 2018 y las ventas se centraron en el mercado norteamericano.

Con la normativa Euro 5 mente, los ingenieros de Suzuki han trabajado duramente para lanzar la tercera generación. Puede parecer la misma moto, pero lo cierto es que hace uso de más de 550 piezas nuevas. Como resultado, la electrónica permite disfrutar al piloto en cualquier circunstancia, incluso para el día a día.

La base perfecta para los récords de velocidad

También ha sido la musa de multitud de preparadores, que han visto en la GSX-1300R la base ideal para sus creaciones. Con un chasis y un motor tremendamente sólidos, la Hayabusa ha recibido aumentos de cilindrada, turbo, NOx y todas las preparaciones imaginables.

Algunas de estas Hayabusa potenciadas se han convertido en las motos más rápidas del planeta. Bill Warner pilotó una Hayabusa potenciada hasta 660 CV (con el bloque de serie), con la que alcanzó 501,94 km/h. Y Becci Ellis consiguió el récord de velocidad femenino en moto (425 km/h) sobre otra Hayabusa. Gary Rothwell también batió el récord de velocidad en caballito, poniéndose a 337 km/h con una Hayabusa de 540 CV.

 

 

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