Prueba Super Soco CPX: Scooter informático

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Super Soco CPX
Daniel Navarro
Daniel Navarro

Personalmente CPX me suena a componente de ordenador, lo cual demuestra claramente que de ordenadores sé lo justito. Pero para mí son una herramienta de uso diario, como el scooter eléctrico Super Soco CPX.


Ya sé que hay «frikis» de la informática, seguramente más (y, por tanto, son menos «raritos») que nosotros, los «frikis» de los scooters, dicho en ambos casos sin ánimos de ofender a nadie. Sin embargo, seguramente para gran parte de los usuarios tanto de ordenadores como de scooters consideran ambos aparatos como simples herramientas, más o menos divertidas de usar, que, con los años, se convierten en parte del paisaje diario, de su día a día.

Si, como yo mismo me podría definir, eres un friki de los scooters, esto de los eléctricos te suena, cuando menos, extraño. Aquí no hay variador con el que jugar con los contrapesos, escapes para probar ni, mucho menos, equipos de motor con distintas configuraciones de cilindradas o culatas modificadas. Pero es que tampoco el usuario medio de scooter suele jugar con esas cosas: lo arranca por la mañana, se va a sus cosas con él y regresa a casa por la tarde, sin más historias. Para ese tipo de usuario, es decir, para casi todos, un scooter eléctrico, sencillo, con autonomía suficiente y fácilmente recargable se convierte en una herramienta igual de utilizable, pero económicamente más interesante. ¿Está en este caso el Super Soco CPX? Cada uno tendrá que valorarlo en función del uso que hace del scooter, pero en nuestra opinión se acerca mucho.

Estamos, como todos sabemos, en pleno proceso de popularización de la movilidad eléctrica. También que en los vehículos más ligeros (patinetes y bicicletas) ya es algo más que común. Y que cuanto más grande es el vehículo, más difícil está resultando su electrificación práctica y utilizable. Hay muchos scooters eléctricos equivalentes a un ciclomotor y a precios similares a los de gasolina. Cada día hay más equivalentes a un scooter o moto de 125 cc, todavía a un precio algo superior. Y pocas motos más grandes que puedan parecerse a una de gasolina, sobre todo, a un precio mucho más alto. Ni te cuento con los coches, carísimos cuando son útiles en cuanto a autonomía o mucho menos con los camiones, que todavía están en la fase de «ciencia ficción». Pero es un proceso, y nadie duda ya que en unos años hasta los camiones serán eléctricos en su mayoría.

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Este proceso ya está en la fase de «engullir» a las 125. Hace unos meses probábamos la Super Soco TC Max, una moto que se acercaba bastante en prestaciones y usabilidad a una 125 de gasolina, a un precio por debajo de las «octavo de litro» más caras y por encima de las urbanas clásicas. Parecía ya una alternativa real a una moto de gasolina. Desde entonces me quedé con la curiosidad de probar este scooter. Si aquella era una opción real de movilidad con forma de moto, ¿no sería más lógico en forma de scooter? Una vez probado, tiene sus ventajas y sus inconvenientes. Vamos a ver cuáles.

CÓMO ES EL SUPER SOCO CPX

El Super Soco CPX es un scooter de rueda alta (llantas de 16″ y 14″ delante y detrás, respectivamente) y aspecto elegante. Es grande de tamaño, cómodo, con suelo plano y un gran parabrisas por delante, anclado al manillar, sobre el que se encuentra un cuadro digital. Como muchos otros scooters eléctricos lleva un chasis en tubo de acero, bastante simple, pero en todo caso eficaz, que como veremos tiene un comportamiento neutro y noble. Siguiendo con su estructura, es de esos modelos que llevan el motor integrado en la rueda trasera, liberando así espacio que en este caso se emplea para permitirte incorporar suelo plano y capacidad hasta para dos baterías. Entrega hasta 4 kW, más que la Super Soco TC Max, para llevar con dignidad su mayor peso. El software de gestión del motor tiene tres modos de funcionamiento, como es habitual ya en vehículos eléctricos de este tipo, denominados con números, del 1 al 3, siendo el más bajo el de mayor ahorro y menos prestaciones y el 3 el de máximas prestaciones.

El Super Soco CPX viene preparado con un hueco bajo el asiento para dos baterías de litio, pero de serie viene con una. Solo tienes que pedir la segunda, aunque tiene un sobre precio: 1.850 € e instalarla en su hueco (trae el enchufe ya preparado) y así duplicas su autonomía teórica de los 70 a los 140 km. Ambas, la que trae y la opcional, se enchufan a la vez (el scooter viene con los dos cables) y son fácilmente extraíbles, simplemente desenchufando y tirando de ella hacia arriba. Pesan 19,25 kilos (pesado por nosotros, 18 según la marca). Si no te buscas otras mañas, no son cómodas si debes subirla a un tercero sin ascensor todos los días, desde luego. Lo cierto es que la autonomía real, según hemos probado, no estaría muy lejos de lo declarado por el fabricante, aunque como siempre, depende mucho del tipo de desplazamientos que hagas. Esta segunda batería, eso sí, se come el hueco bajo el asiento que emplearías para dejar un casco jet, porque no está pensado para ello, sino para esa batería, siendo profundo y alargado hacia abajo. Sobre las baterías lleva una tapa encima de la cual sí puedes dejar documentación, guantes u otros objetos poco voluminosos, pero está preparada para que lleves ahí el cargador con sus cables. Este es mejor que el de la Super Soco TC, del tipo rápido y capaz de cargar la batería al 100% en unas tres horas y media.

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El cuadro es digital y te da información sobre velocidad, kilometrajes, potencia empleada y hora. Se echa en falta una estimación de autonomía, algo que es muy útil en un vehículo en el que tienes que prever cuándo y cómo «repostar». Los mandos son de calidad y tienen buen tacto, con dos frenos de disco suficientes para detener la moto, conectados entre sí con un sistema CBS. Horquilla estándar y un único amortiguador trasero (por el lado derecho de la moto no hay ni basculante) se muestra también suficientes para mantener la estabilidad y la comodidad en un buen compromiso.

Para terminar, tiene iluminación «full LED» y viene con un portabultos trasero sobre el que puedes instalar un cofre (la marca tiene previsto dos, de la marca es pañola SHAD, como accesorio oficial). Una guantera abierta en el lado izquierdo del contraescudo, gancho porta bolsas al lado y un enchufe USB en la misma zona son parte del equipamiento de serie.

El precio con una batería es de 3.995 €, que pasa a ser de 5.195 € con dos baterías. Si te acoges al plan Moves, estos precios pasan a ser de 3.245 € y 4.495 €, respectivamente.

CÓMO VA EL SUPER SOCO CPX

El Super Soco CPX es un scooter muy agradable de utilizar, con buen chasis y un motor capaz de acercarse a los 100 km/h. Se siente y se lleva efectivamente como un 125 básico y urbano, con buen tacto de frenos, suficiente estabilidad y unas aceleraciones bastante buenas, como suele ser habitual en vehículos eléctricos, ya que estos motores son capaces de entregar todo el par desde el arranque hasta el final del supuesto cuentavueltas.

Es un scooter de buen tamaño. Cuando te subes a él por primera vez llama la atención la buena calidad de sus acabados. Tienes caballete central y pata lateral y no se siente pesada a la hora de maniobrar con ella. En la piña derecha incorpora el mando para seleccionar uno de esos tres modos de potencia mencionados que además da paso, si lo mantienes pulsado, a otros dos modos pensados para moverlo fácilmente: «F», a baja velocidad hacia delante y «R», marcha atrás. Así resulta hasta divertido maniobrar con él. Gira bastante, además, lo cual facilita el asunto.

Una vez en marcha el mando del gas es muy suave y progresivo. En ningún momento hay un salto (típico en aquellos primeros scooters de hace años) al abrir gas y la aceleración que obtienes es muy natural. Lo mismo ocurre con los frenos. El tacto es absolutamente natural y nadie acostumbrado a andar en scooter lo encontrará extraño. Las suspensiones y el asiento son cómodos, igual que la plataforma para los pies.

Los tres modos son fácilmente utilizables. Según pulsas el botón cambias de uno a otro y, a diferencia de un scooter de gasolina con sistemas parecidos donde escoges uno u otro y rara vez lo cambias, en el Super Soco es muy recomendable usarlos. El 1 alcanza hasta unos 45 km/h y acelera suave. Gasta muy poco y es ideal en el centro de la ciudad, de forma que ahorras energía para cuando sea necesaria. El 2 es un modo intermedio, hasta unos 70 km/h, perfecto en calles anchas donde el tráfico rueda más deprisa. El 3 libera toda la potencia del motor y es capaz de llevarte hasta unos 96 km/h reales de punta. Ahora bien, te acabas la batería en unos 50 km si vas gas a tope en este modo continuamente.

Es muy estable y entra bien en curvas, a cualquier velocidad. En rotondas o esquinas también es muy estable y resulta divertido de llevar. En la ciudad, su ámbito preferido, es muy agradable de conducir y en la autovía, en esos alrededor de 50 kilómetros de autonomía que ofrece, también va bien. Puedes mantenerle a tope todo el tiempo sin ninguna preocupación, salvo la lógica por la autonomía. Menos interesante resulta su enorme cúpula delantera. Tiene formas complejas, para darle un aire moderno, pero distorsionan bastante la visión a través suyo, igual que la parte superior, con un borde más ancho que el resto. No es cómodo mirar a través del parabrisas y difícil, si mides menos de 1,75 m, mirar por encima. Además no es fácil de desmontar sin dejar ahí el soporte, al aire, de forma, cuando menos, poco estética.

LO MEJOR

-Buen comportamiento

-Estética original

-Precio

MEJORARÍA CON

-Autonomía muy justa con una batería

-Cúpula delantera mejorable

-Cuadro poco completo

ASÍ VEMOS EL SUPER SOCO CPX

En carretera: 2

En ciudad: 5

Pasajero: 3

Confort: 4

Equipamiento: 3

Autovía: 2

(Puntuación de 1 a 5)

El Super Soco CPX es uno de los primeros scooters eléctricos homologable como un 125 verdaderamente accesible gracias a un precio que no se aleja mucho de sus congéneres más caros de gasolina. De estos, su competencia más directa o está más enfocada a servicios de «motosharing» o es más caro, lo cual deja al Super Soco en una posición interesante. Va muy bien en ciudad, donde rara vez necesitarás más autonomía o prestaciones. Saliendo de la ciudad sigue yendo muy bien, pero esa autonomía con una sola batería, de unos 70 km teóricos, unos 50 comprobados en uso normal, se quedan algo cortos, aunque te da la opción de con facilidad montar dos baterías. El pasajero tiene un sitio suficiente y el conductor tiene una posición también agradable y natural, pero un parabrisas que estorba más que ayuda. Eso sí, con mal tiempo agradecerás que está ahí, porque protege mucho. Exhibe buen nivel de equipamiento, con un cuadro también mejorable, donde echamos en falta sobre todo la información de kilometraje estimado.

Fotos: Javier Ortega

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