Royal Enfield Super Meteor 650: el poder de atracción del neoclasicismo

La Royal Enfield Super Meteor 650 demuestra que lo neoclásico está de moda, pero en realidad no resulta tan fácil acertar en el conjunto que conforma el diseño y la elección de componentes para obtener una moto atractiva, utilizable y fácil de conducir. Cada uno de estos parámetros son resueltos con increíble destreza por Royal Enfield en la nueva Super Meteor 650, en la que podría considerarse como “la moto de toda la vida”, vista desde el prisma de hoy.

Una de las claves la encontramos en la disposición, arquitectura y rendimiento de su propulsor, un twin paralelo de 648 cc dispuesto a ofrecer un incansable servicio al usuario… como la moto de siempre que pretende ser. Heredado de las Interceptor y Continental, recoge las líneas de la Meteor 350, una moto cómoda y accesible por naturaleza que, con un rendimiento superior, se ha convertido en la Super Meteor 650.

La magnífica respuesta del twin es efectivamente uno de los puntos más destacados en la vertiente dinámica, donde la entrega es dulce y fácil de medir en trayectos urbanos, o más enérgica en carretera abierta, donde la posición a los mandos es relajada al máximo.

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Royal Enfield Super Meteor: cruiser de libro

Como buena cruiser se disfruta allá donde sea conducida. La horquilla invertida con gruesas barras de 43 mm de diámetro confiere a la Super Meteor 650 un tacto excepcional, tanto sobre firmes en buen estado como rodando sobre asfalto irregular. El complemento en la zona trasera lo encontramos en una pareja de amortiguadores regulables en precarga de muelle que, una vez más, nos recuerdan cómo realizaban su trabajo en las motos de décadas pasadas.

Con las manos a media altura, el asiento a escasa distancia del suelo y los pies adelantados, los kilómetros se disfrutan de una forma muy especial, sin prisa pero sin pausa, con la intensidad que cada momento requiere pero siempre con una sonrisa dentro del casco.

Otros elementos que aportan modernidad a una moto de corte clásico lo encontramos en el único disco de freno delantero de 320 mm de diámetro, una medida que garantiza el rendimiento de una frenada sin sobresaltos. También encontramos pinceladas de modernidad mezcladas de manera hábil con lo práctico de siempre en la instrumentación, donde la información analógica y la digital conviven convirtiéndose en complementarias, incluyendo el sistema de navegación integrado paso a paso Tripper.

Las llantas de aluminio o la iluminación LED completan una moto donde el ayer y hoy van de la mano, extrayendo y aprovechando lo mejor de cada época, permitiéndonos elegir entre las versiones custom más puras Astral e Interstellar o la más turística Celestial.