Sounds of the Sixties

II Classic Moto

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II Classic Moto
Fórmula Moto
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Es más, en el silencio pre-entrenamiento de la mañana, si se pone mucha atención, todavía es posible oír, como un susurro, el bramido de una MV Agusta 500, el petardeo 2T del escape de una Derbi o Yamaha TZ 250., Puede que sí, pero si esperas media, una hora más, los sueños dejan paso a la realidad y de «Farina» verás salir inmaculadas motos blancas con un dorsal verde que nos habla del «dos y medio» de antaño, o uno amarillo que significa que viene una «500», o blanco con números negros que nos dice que la moto es una 750. Te das la vuelta, y mientras los pilotos negocian «Pegaso», en la espalda de los monos vemos nombres como «Ago», Read, «Champi», Lavado, Baker-

Y es que eso es lo que tienen estas exhibiciones de clásicas, que te pueden hacer pasar de la realidad a la ficción en un abrir y cerrar de ojos. Y ya que los tienes cerrados, los mantienes así un rato y un atronador sonido (perdón, como puedo llamar atronador a algo que suena a celestial música de «Caballería Rusticana») pasa delante de ti, y por si acaso dudas del sonido, abres un ojo y ves que allá, al fondo, se pierde la silueta de una Honda RC 162 «dos y medio» llevada, no por Redman o Hailwood  pero sí por Jan Huberts , un piloto holandés que tuvo sus más y sus menos con Nieto.

Y detrás, espoleados por los sones del «Séptimo de Caballería», todo el «frente de juventudes»: Steve Baker sobre la OW31 750, dorsal «32» por favor, con la que se proclamó Campeón del Mundo de F750 en 1977; «Champi» Herreros con la Derbi con la que ganó el último Mundial de 80 cc (se la acaban de regalar los ex-Derbi familia Rabasa, y en reconocimiento ha hecho poner este nombre debajo del de Derbi); Agostini con la Yamaha OW500 del ’75 con la que ganó el Mundial aquel año a Phil Read , que en el Jarama no salió con una MV Agusta sino con una Paton 500; Carlos «Pana» Lavado y Rodney Gould con sendas TZ250 del holandés Ferry Brouwer, Aalt Toersen con la Jamathi 50 con la que le disputó el título a Nieto en 1969- Y la mayoría, dándole al mango como si en ello les fuese la corona mundialista. Y es que, aunque tengan sesenta y hasta setenta años, resulta difícil entender que Read, Baker y compañía salgan a un circuito dando facilidades para que «les mojen la oreja». Los que no estuvisteis en el Jarama, no imagináis cómo abordaban «Le Mans», cómo tumbaban en «Pegaso», cómo pasaban por meta-

Todos estos pilotos de los que he hablado y otra treintena fueron los que participaron en la Parada de Campeones, pero en las dos jornadas del Jarama, hasta 300 pilotos rodaron en las categorías de Monocilíndricas, Históricas, Sidecar, Serie, Sport-Competición, GP, e incluso los aficionados que estuvieron el sábado pudieron ver en acción la Bultaco con la que en 1960 se batieron varios récord de velocidad en el circuito francés de Montlhéry, y llevada por el único superviviente, Ricardo Quintanilla, de aquella terna dirigida por D. Paco Bultó y compuesta por Paco González, Marcelo Cama, Georges Monneret y John Grace.

Como veis, buena parte de la historia de la moto en exclusiva demostración para los que se acercaron por el circuito madrileño. Si no estuvisteis, y en breve pasáis por allí, parad la moto, o el coche, subid a «la Hípica», donde habrá más silencio, y poned atención. Es posible que aún podáis oír susurros de acordes de este «Sounds of the Sixties».

II Classic Moto

«Champi» Herreros sobre su Derbi 80, una moto que le acaba de regalar la familia Rabasa. Abajo, Ricardo Quintanilla, que se dio una vuelta al Jarama con la Bultaco «caza-récords», apunta al Quintanilla de 1960 que participó en aquella gesta de Montlhéry en que una moto española batió varios récords de velocidad.II Classic Moto

No imagináis cómo -retorcía la oreja- Steve Baker, a sus 57 años, a la Yamaha OW31 750 con la que ganó un Mundial. Y es que, quien tuvo, retuvo.

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Entre las muchas joyas que salieron al asfalto del Jarama, esta preciosa Indian «track» o una Cagiva-500 ex-Mamola. Ángel Nieto estuvo en el Jarama , pero sólo como espectador. Sorprende que el madrileño, que creció como piloto «pegado al aficionado» en los circuitos urbanos, no aporte su carisma a estos certámenes.

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