Cómo tapizar el asiento de tu moto
Si no sabes cómo tapizar el asiento de tu moto, te convendrá tener presentes unas cuantas nociones y consideraciones al respecto. Además, con la moda de las preparaciones café racer o scrambler, se ha convertido en un ejercicio del que, al menos hay que tener nociones. Pero si simplemente no quieres ir por ahí con él roto o a punto de abrirse, vamos a ver cómo repararlo.
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Eso sí, lo primero es lo primero: solemos aconsejar que, antes de empezar, si no lo has hecho nunca valora la posibilidad de encargar el trabajo a un tapicero profesional, del que se le supone una larga experiencia en este tipo de arreglos y cuyo resultado será, a buen seguro, plenamente satisfactorio.
De acuerdo, no es algo imposible de hacer, pero tampoco tan fácil como a veces se puede leer por ahí. Además, si no lo haces bien o el resultado es, cuando menos, de dudoso éxito, puedes estropear la base y entonces volver a tener un asiento presentable saldrá caro… porque tal vez no te quede otra que buscar otra pieza nueva o usada, pasando por caja.
Cómo tapizar el asiento de tu moto paso a paso
1. ¿Qué materiales necesitas?
Lo primero que tienes que tener claro son los materiales que vas a emplear. Si el asiento es de serie y lo que quieres es recuperar su aspecto original, es posible que tengamos buenas noticias: muchos fabricantes venden la tapicería como recambio original. Es una funda que se coloca tras desmontar la vieja y viene con su forma y material adecuado, con lo que se facilita mucho el trabajo.
Otro caso sencillo es el de tapar un agujero o una rotura. Si está sobre una parte plana del asiento, existen hoy día tanto cinta como parches en colores y texturas similares a las tapicerías originales. Son autoadhesivos y el truco está en echarle imaginación y cortar una pieza que coincida con algunas de las costuras; hasta puedes dejar una combinación de colores o texturas a tu gusto.
2. ¿Puedes construir un asiento?
El hecho de construir un asiento son palabras mayores. La base deberás hacerla de un material suficientemente duro (chapa metálica o fibra de vidrio), asegurarte de que encaja en el hueco correspondiente y que puede quitarse y volverse a montar con facilidad. En una palabra: demasiado. El caso más común es reparar el asiento que tienes.
3. Lo primero: desmontar el asiento de la moto
Comenzamos desmontando el asiento. Suelen salir con un tirador para quitarlos fácilmente y aprovechar el hueco que queda para llevar objetos debajo. Otros requerirán algo más de trabajo: soltar tornillos, bisagras o tuercas. Asegúrate que tienes claro cómo va en tu moto y, si no lo ves fácil, despeja dudas con el libro de taller; muchos de ellos se pueden conseguir hoy día por internet.
Con el asiento fuera, asegúrate que cualquier tornillo, aditamento, varillas o cintas que pueda llevar por debajo no entorpezcan para sacar la tapicería vieja. Suele ir unida a la base con grapas. A veces, en asientos muy antiguos, esas grapas son simplemente ganchos en la propia base metálica del asiento.
En cualquiera de los casos, tendrás que abrir las grapas o los ganchos e ir soltando la tapicería. A veces, como refuerzo, se emplea cola de contacto entre la espuma y la tapicería. Bien, en ese caso costará lo suyo sacar la funda de una pieza, pero es importante intentarlo para los pasos que vienen a continuación.
4. Revisar el acolchado
Cuando ya tienes la tapicería vieja fuera, debes mirar dos cosas: primero, revisar el acolchado o espumado para que pueda mantenerse en ese estado una temporada larga. En ningún caso intentes tapizar sobre una base que se deshace de vieja o con agujeros, puesto que entonces en breve te tocará desandar el camino ya recorrido.
Si te consideras manitas y te atreves, puedes modificar la forma de la base e incluso sustituir parte de la espuma superior por viscoelástica o gel justo en las zonas donde vas apoyado cuando conduces. Pero cuidado, porque esto es un trabajo manual puro y duro y hecho prácticamente a ojo, de modo que si fallas te estás jugando la integridad del asiento o, al menos, rehacer la espuma.
5. Hacer los patrones
La funda en sí, en caso de no haber conseguido una nueva de recambio, te tocará hacerla. Por supuesto los grabados con la marca y florituras varias olvídate de ellas, porque no es fácil dejarlo como el original y que duren en el tiempo. Elige un material sintético que aguante bien las inclemencias.
Puedes emplear la funda vieja, descosiendo las costuras, como patrón para recortar sobre el material nuevo las piezas que necesitarás. Una vez cortadas, tendrás que coserlas entre ellas con algún tipo de hilo fuerte y a máquina, imitando la forma de la anterior. Una vez hecho esto, y aunque cuesta llegar hasta aquí, no desesperes porque aunque estás en condiciones de montarla, queda faena todavía.
6. Fijar el nuevo tapizado
Ten en cuenta que, con las formas de algunos asientos, puede ser difícil el montaje de la funda sin que aparezcan arrugas. Paciencia y algún tipo de jabón puede ayudar, siempre que la funda no va encolada. Eso sí, a veces, también para evitar arrugas y deformidades donde no corresponden, hay que dar cola de contacto en ambas superficies, tanto en el interior de la funda como sobre la espuma.
En estos casos lo cierto es que la cosa se complica, ya que la cola tiende a agarrar la funda y no desliza bien. Además, si sale mal, no es fácil de corregir, momento en el que se comienza a perder la paciecia, si es que no te ha sucedido en algún tropezón durante los pasos previos. Como se dijo casi al principio, no se trata de una operación tan sencilla como parece…
Para finalizar, y si ya tienes la funda correctamente montada, hay que aplaudir el hecho de que lo más peliagudo ya lo has pasado. El resto consiste en volver a montar el asiento en la moto y probar tu reparación porque, ¿no habrás elegido un material que resbale más de la cuenta o de los que te dejan «pegado» y no te puedes mover? Ya tienes otro dato más para tener en cuenta.