Cómo cambiar una bombilla de la moto

Si te ha ocurrido esto, si se te ha fundido una bombilla, tengo dos noticias para ti, como siempre, una buena y otra mala. La buena es que suele ser fácil y no requiere herramientas muy especiales normalmente. La mala, es que no hay un sistema común para todas las motos y cada una lleva su sistema. Eso sí, normalmente viene explicado en el manual del usuario y, por tanto, podrás aprender a hacerlo con facilidad. De todas formas, si hay sistemas más comunes y algunos consejos que podemos darte y que te ayudarán en un caso de estos:

1º Intermitentes: Es uno de los casos más fáciles de resolver: casi todos los intermitentes de bombilla recurren a tulipas atornilladas. Busca los tornillos en la propia tulipa, generalmente a ambos lados. Por si tienes dudas de lo que hablamos, la tulipa es el cristal (plástico, más bien) transparente por el que se ve la luz. Una vez desenroscado la bombilla irá encajada con media vuelta. Hay que apretar un poco hacia dentro y girarla al tiempo para que se suelte. Para ponerla se procede con la nueva apretando también y girando en dirección contraria. Antes de terminar prueba la intermitencia. Y si funciona, monta la tulipa, volviendo a apretar los tornillos. Con cuidado, eso si: en mucho casos son tornillos que roscan sobre plástico, por lo que si te pasas es fácil partir el soporte o la propia tulipa, que también es de ese material. También atento a las bombillas que compras: si llevas tulipa blanca, o bien la bombilla va metida en un plástico interior anaranjado o bien tu moto emplea bombillas con el cristal naranja. Pon la que corresponda

2º Piloto trasero: En el piloto trasero principal suelen llevar un sistema muy parecido al de los intermitentes. Generalmente cuando retiras la tulipa te encuentras con una bombilla de dos filamentos, uno para la luz de posición y otro para el freno: A veces son dos bombillas distintas y en otros casos puede llevar otra para la luz de matricula, aunque esta, muchas veces, va en un piloto aparte. Normalmente son bombillas que entran y salen girando y apretado, como en el caso anterior, pero hay motos que levan «de plafón», de esas alargadas. Comprueba la que te hace falta antes de comprarla, bien desmontando, bien en el libro de usuario.

3º Faro principal: El faro principal es otro cantar. Motos clásicas, naked de estilo retro, custom, básicas y otras similares pueden llevar un sistema tradicional, en las que se quita la óptica (cristal y parte delantera del faro) para llegar a las bombillas; trail, enduro y otras off road y derivadas suelen ir con un porta faros que hace de soporte; motos «RR» o touring llevan faros encastrados en el carenado, con tapas y registros para alcanzar la bombilla por detrás, igual que algunos scooters con el mismo sistema, mientras scooters más pequeños o básicos que llevan el faro en el manillar pueden recurrir a sistemas parecidos a las motos clásicas, quitando el faro.

En este caso suelen llevar dos tornillos en los lados de la propia carcasa del faro o bien uno abajo con una pestaña que lo cierra. Abres, con cuidado de que no se caiga la óptica, retiras el reflector y por detrás de este sacas la bombilla. Esta puede ir sujeta con un alambre que encaja en un cierre o simplemente girando, con pestañas en el casquillo de la bombilla. En algunos casos habrás dos bombillas; una principal, de dos filamentos, para corta y larga y una pequeña de posición.

En el caso de motos con portafaro generalmente hay que soltar este de la moto, bien con gomas, bien con tornillos a sus soportes laterales. Por detrás accedes a la bombilla, sujeta de las mismas maneras que antes. Si hablamos de scooters o motos carenadas no te queda mas remedio que tirar de libro de usuario y ver por donde accedes a las bombillas.

Consejos a tener en cuenta al cambiar las bombillas de la moto

Cuando te has puesto a cambiar bombillas seguro que es por que te ha fallado una luz. Y si, probablemente es por que se ha fundido. Pero no te equivoques: hay más averías que provocan esos fallos. Eso si; este es el más probable, en una moto de serie y que funciona bien. Por ello, empieza por aquí:

– Si no va una luz, comprueba la bombilla. Si está bien o cambiándola sigues sin luz, comprueba a continuación si el casquillo en que se sujeta esa bombilla está bien y los cables bien conectados. Si hasta aquí todo está bien, empieza a ser preocupante?salvo que se hayan ido, por ejemplo, todos los intermitentes o toda la iluminación: puede haber un problema en un fusible que protege todo ese sistema. Otro caso es la luz de freno: los captadores de la maneta o del pedal pueden fallar también. Con un polímetro será fácil comprobar todos estos puntos.

– Si tienes un piloto de LED y no va, casi puedes dar por sentado que el problema esta en la instalación, interruptor o fusibles. Son una matriz de muchos diodos y es raro que se fundan todos. Si no se enciende, el fallo está en otro sitio. Puede que incluso en el propio piloto, si se ha estropeado. Pero entonces te tocará cambiarlo entero. No es fácil que ocurra.

– Cuando cambies una bombilla procura cogerla por el casquillo. Si es halógena, es imprescindible no tocar el cristal. Si lo haces, la propia grasa de la piel, cuando la bombilla se caliente, hará que se estropee.

– Cada moto lleva sus bombillas. No son todas iguales y a veces si son muy parecidas. Por ejemplo, las que llevan pestañas en el casquillo pueden parecer iguales que otras pero esas pestañas no están siempre en el mismo sitio. Comprueba el tipo exacto de bombilla que llevas y compra una igual. Y no te importe tener de más: siempre es bueno tener recambio.

– La mejor forma de no equivocarte es tener en cuenta la numeración que lleva la bombilla inscrita y guiarte por ella para comprar una nueva. Además así te seguras que el voltaje (12V, en casi el 100% de las motos modernas) y la potencia son las adecuadas. No es buena idea hacer «experimentos» con la potencia si no sabes los u estás haciendo: puedes tener problemas de bombillas que se funden, que no dan luz suficiente o con intermitentes que no respetan los tiempos de guiño adecuados.