Prueba Quadro 4: Cuatro mejor que dos; ¿o no?

31 Prueba Quadro 4: Cuatro mejor que dos; ¿o no?
Fotos del Quadro4
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Cuatro ojos ven más que dos. Si hablamos de scooter, ¿es mejor cuatro ruedas que dos? Las motos han tenido tradicionalmente dos, pero el Quadro 4 viene a instalarnos en la duda.


No lo puedo negar. El Quadro 4 es de esas motos que uno tiene ganas de probar desde que la ves por primera vez. Recuerdo verla en un Salón de Milán incluso antes de aparecer en la calle la versión Quadro 3. Aquellas ganas de probar el prototipo de cuatro ruedas prácticamente desaparecieron cuando por fin llego el primer Quadro 3D de tres ruedas: no convencía. Sinceramente, el sistema HTS (Hydraulic Tilting System) que montaba podía tener algunas ventajas, pero no era mejor que lo que ofrecía la competencia.

Con el tiempo descubrimos que tenía un problema de mantenimiento. El sistema se basaba en una muy alta presión en sus amortiguadores (creo recordar que 11 kilos) y cuando bajaba (lo que sucedía con relativa frecuencia) se volvía bastante «duro» al girar y un tanto inestable. Básicamente, parecía como una moto con los rodamientos de la dirección en mal estado, es decir, no quería girar y una vez girado no quería volver a la posición recta.

Sin embargo, Quadro ha confiado plenamente en sus ideas. Desarrollaron el nuevo HTS, un sistema revisado que es el que ahora se emplea, lanzándose el nuevo tres ruedas y este Quadro 4 que aquí probamos. Y sí, han resuelto los problemas originales y ahora se aprecian totalmente sus ventajas. No obstante, no todo es perfecto y el Quadro 4 entra en la lucha de un segmento no muy poblado, compuesto por los Peugeot Metropolis, Piaggio MP3 y Quadro 3. Entre ellos, el italiano oficia de líder de mercado, aunque es la primera vez que se presenta una alternativa «tetra».

CÓMO VA

Quadro4No es parecido a nada que te hayas subido antes. Puede tener ciertas semejanzas con los tres ruedas de la competencia, pero aún así, el Quadro y su diferente sistema de suspensiones e inclinación requiere alguna explicación antes de subirte a él por primera vez. Como el túnel central es alto, es mejor poner el pie en la plataforma y utilizarlo como escalón. Una vez subido, no hay un bloqueo electro-mecánico del sistema de inclinación, sino hidráulico: es la palanca grande que queda frente a ti. Puedes soltarla, siempre que la dirección esté desbloqueada, porque el Quadro bloquea con la llave la dirección, esta palanca y la del freno de aparcamiento, para evitar que algún «gracioso» pueda soltarlo cuando está aparcado.

Si sueltas el bloqueo de inclinación notas las primeras diferencias: no se cae como una moto normal o como un tres ruedas convencional. Su sistema hidráulico intenta mantenerlo de pie, aunque si lo inclinas un poco sí se cae. Si estás sobre él puedes mantenerlo bloqueado frenando (sí, frenando normalmente) con la maneta izquierda o con el pedal. Esto permite quedarte sin bajar los pies al suelo, por ejemplo, en los semáforos. E incluso si no te quedas recto del todo te deja, jugando con soltar la maneta, golpe de cadera para enderezar la moto, agarrar la maneta y colocarlo bien. Esta es una de sus ventajas, ya que en la competencia, de sistema de bloqueo eléctrico, no puedes hacer esta maniobra.

El siguiente paso es soltar el freno de aparcamiento, que va con un seguro en el contacto. Con una mano, giras la llave hacia la posición de liberar el mando del freno. Y con la mano derecha bajas el freno, acompañándolo todo el recorrido, porque si lo sueltas pegará un fuerte golpe contra su base. Arrancas, y sales.

En marcha con el Quadro 4

Quadro 4En los primeros metros cuesta un poco hacerte a él. Esa resistencia a caerse que viene del HTS se convierte en una cierta tendencia a mantener la trayectoria y a que corrijas con el manillar. Es un poco como una moto con los rodamientos de dirección estropeados. A baja velocidad acabas yendo como si fuera un perro olisqueando, girando de un lado a otro unos centímetros. Esa sensación desaparece con un poco de velocidad; incluso con la costumbre y las siguientes veces que lo cojas te lo hará menos, acostumbrándote a ser un poco más preciso con el manillar a baja velocidad.

En las curvas, a media o alta velocidad, el Quadro 4 enseña su mejor cara. Su sistema hidráulico proporciona un agarre por encima de lo normal. No es fácil, en condiciones normales, encontrar el límite. Y sobre suelos resbaladizos notas, cuando se va, que lo hace de forma similar a un coche de tracción delantera: se te puede ir «de morro», pero no se cae ni se descontrola. Sí es cierto que también requiere cierta adaptación. Hay que levantarlo de la inclinación con mayor fuerza, por lo que al principio es fácil que cierres las curvas a la salida sin querer. Pero cuando consigues conocerlo, empieza lo divertido: tumba mucho, lo hace bien y es diferente. El límite está en los 45º que permite tumbar el sistema. No toca con nada en el suelo, simplemente, su suspensión y rótulas llegan hasta ahí. Y sí se puede llegar a esos 45º€ si te poner a ello, no en una utilización normal. Aprecias como un tope de suspensión, suave, sin sustos. Y simplemente, cortas un poco, levantas y sigues. Dicen que puedes girar más rápido todavía, cerrar la dirección y forzarlo. Pero€ ¿para qué?

Quadro 4Igual ocurre con su supuesta capacidad off road, por la que muchos se habrán presentado. Sí, hay vídeos promocionales de la marca con el Quadro por el campo. Sin embargo, ni las suspensiones, ni la altura libre al suelo, ni esa tendencia a baja velocidad (como irás por el campo normalmente) a ir «olisqueando» a los lados aconsejan hacer campo con el Quadro, más allá de lo normal con cualquier otro scooter. Por lo demás, es un scooter cómodo y agradable. El motor, con 30 CV, emplea una transmisión más bien corta. Así, a pesar de sus hechuras de maxiscooter grande, tiene una velocidad punta un tanto justa. De marcador pasas de 130 km/h, pero llegas enseguida al corte de encendido. Incluso con algo de subida llega a ese corte. Por eso mismo acelera y recupera bien.

Los frenos requieren cierta adaptación. Las manetas son algo duras de accionar. El pedal de freno no, pero no tienes tacto y es fácil frenar de más. Si intentas usar las dos manetas, o pedal y maneta, sucede el efecto que te contaba: el pedal «escupe» las manetas hacia afuera, o una de las manetas a la otra. Al final, es mejor acostumbrarte a usar solo uno de los sistemas. Pero el problema viene en las frenadas de emergencia: vas frenando normal, te asustas, tiras de otro freno€ y ese otro freno te quita frenada del primero. Es un punto a revisar, y me permito un consejo: pedal integral, manetas independientes para tren delantero y trasero, y ABS. Sería perfecto.

ASÍ LA VEMOS

En carretera: 4
En ciudad: 3
Pasajero: 4
Confort: 4
Equipamiento: 4
Autovía: 3

El Quadro es un scooter muy especial. Y así hay que verlo, como algo diferente, con algunas virtudes importantes y todavía con algunos puntos que corregir. Esas virtudes son precisamente en carretera donde más brillan: su capacidad de tumbar y girar con una seguridad mayor de lo visto hasta ahora es su mejor cualidad. Ahora bien, requiere acostumbraste a él. Y los frenos, desde luego, requieren una revisión para poder puntuar más alto en carretera. En la ciudad, a pesar de ser un scooter grande y, sobre todo, con el peso de un Burgman 650 o un BMW C 650 GT, es más compacto y pasa bien entre coches. El radio de giro es más limitado que un scooter normal, pero lo más limitante, a la hora de moverte con soltura, es el movimiento hacia los lados de la dirección más difícil de controlar a baja velocidad.

Muy cómodo para el pasajero, el cual disfruta de mucho espacio y una posición cómoda, el conductor también tiene amplitud, buen asiento y correcta posición a los mandos. Equipado con generosidad, dispone de un cuadro completo, luces traseras de LED y discos ondulador en las cuatro ruedas. Lo dicho, bien equipado.

En autovía es un scooter cómodo y aquí apenas notarás sus peculiaridades al rodar. Lo que sí aprecias con mayor facilidad es su desarrollo corto, pensado para aprovechar la potencia disponible en forma de aceleraciones y recuperaciones, más útiles en ciudad y carretera de curvas. Una velocidad punta real medida con GPS de 121 km/h se queda un tanto justa en este ambiente.