Cómo pasar la ITV de tu moto a la primera

La Inspección Técnica de Vehículos (ITV) es la herramienta que asegura que el parque de vehículos circula en unas condiciones de seguridad. Por eso mismo, están programadas estas revisiones que, en el caso de las motos, la primera se realiza a los cuatro años. Después, se realizará la correspondiente ITV cada dos años.

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La accesibilidad de las motos, que permite que podamos ver gran parte de sus componentes a simple vista, hace que localizar fallos que supondrían una ITV desfavorable o incluso negativa sea una tarea sencilla. Para evitarlo, aquí van unos consejos para poder pasar la inspección a la primera.

Asegúrate de que todas las luces y catadióptricos están en buen estado

El sistema de alumbrado es una de las principales causas por las que te pueden ‘tirar’ de la ITV. No en vano, hasta el 49% de las motos que se someten a inspección presentan desperfectos en esta área. Por ello, lo mejor es revisar si hay alguna bombilla fundida, si funciona la luz del portamatrículas, si tenemos los catadióptricos que indica la ley…

Arranca la moto y compruébalo por ti mismo. Si eres manitas, siempre puedes hacerte con los repuestos necesarios y cambiarlo tú mismo. Si no, la alternativa es acudir al taller. Esto queda en tu mano.

Revisa los niveles de refrigerante y aceite

En la ITV no miran los niveles de líquido, pero sí comprueban que no haya fugas de aceite, gasolina o anticongelante. Hecha un vistazo a la moto, en concreto en el filtro de aceite, el cárter o del depósito de anticongelante. ¿Lo más sencillo? Comprobar si hay líquidos en la parte interior de la quilla, si la moto está carenada, o en el propio suelo si es no tiene quilla.

La ITV no perdona: neumáticos y frenos a punto

La prueba más importante en la ITV suele estar relacionada con el equipo de frenos. Por ello, es esencial comprobar en qué estado están. Mira el estado de los discos (su duración suele estar entre los 50.000 y 60.000 km, aunque todo dependerá de la marca y del material del que están fabricados). Para comprobarlo, debemos observar en la parte central del mismo las palabras MIN.TH. (minimal thickness o grosor mínimo) acompañadas de una cifra. Esto nos va indicar el grosor mínimo en milímetros que debe tener el propio disco y suele ser de unos 4,5 mm.

En cuanto a las pastillas, su duración media es de 20.000 km. Algunas de ellas vienen con surcos en la parte de fricción (aquella que roza con el disco para frenar) que ejercen como testigos. Si, tras inspeccionarlas, no ves los surcos, toca cambiarlas. Otro efecto derivado de unas pastillas de freno desgastadas es que necesitas ejercer más presión sobre la maneta de freno. Si acudes con un equipo de frenos en mal estado, no superarás la prueba específica y obtendrás una ITV desfavorable.

Con los neumáticos, a diferencia de los turismos, las motos no están obligadas a cumplir con un mínimo de grosor en los dibujos de la banda de rodadura. Eso sí, tendrán que tener dibujo (los slicks quedan totalmente prohibidos) y comprobarán que las gomas en cuestión coincidan o sean equivalentes a las que aparecen en la ficha técnica (y con la presión adecuada). Recomendamos encarecidamente no apurar las acanaladuras del neumático, pues estaremos perdiendo propiedades de agarre y poniéndonos en peligro a nosotros mismos y al resto de usuarios de la vía.

Otras recomendaciones

El número de bastidor debe coincidir con el de la ficha técnica. Los retrovisores deben estar colocados como especifica el fabricante. En caso de no ser originales, deben estar homologados. También se comprueba la dirección y que el sistema antirrobo funcione. Por su parte, la matricula debe estar correctamente anclada y en el ángulo mínimo inclinación que permita su fácil lectura. Si la placa es metálica, entonces deberá ir sobre un portamátriculas que tape las esquinas de la misma.

Si la moto presenta alguna reforma (sistema de escape, por ejemplo), esta deberá estar reflejada en la ficha técnica del vehículo. Por último, se efectuará también una prueba de emisiones para comprobar que el ruido y los gases contaminantes no sobrepasan los límites que recoge la ley.