Las motos en Madrid 360 y en la nueva regulación de Barcelona

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Las motos en Madrid 360 y en la nueva regulación de Barcelona
Daniel Navarro
Daniel Navarro

El cambio político tras las últimas elecciones municipales ha traído novedades a Madrid en el asunto de las restricciones de acceso a la zona central de la capital, y en Barcelona se ha presentado el plan que entrará en vigor el año que viene, con malas noticias para las motos.


José Luís Martínez-Almeida, nuevo alcalde de Madrid, ya dejó claro que la regulación de Madrid Central de Manuela Carmena no era de su agrado: intentó dejarla sin funcionamiento nada más hacerse cargo del consistorio madrileño, aunque al final no se pudo hacer. Por ello, no es de extrañar que en pocos meses tengan ya preparado un sustituto al plan actual: se llama Madrid 360.

El nuevo plan modifica en algunos puntos al anterior, siendo, en general, algo más benévolo y permisivo para los conductores. Entrará en vigor a lo largo de 2020 y no modificará el área geográfica de aplicación, que permanecerá igual que hasta ahora. Sí cambian los vehículos que pueden entrar y las condiciones de acceso.

En el caso de las motos, las modificaciones son pocas: tendrás que seguir llevando la antiestética pegatina, tienen consideración de vehículos de alta ocupación, ya que siempre llevan al menos el 50% de sus plazas ocupadas, y podrán entrar aquellas que lleven etiquetas B o C. Sin etiqueta no se puede entrar, bajo riesgo de una multa de 90€, salvo residentes.

La mayor diferencia estribará en el horario: como sabéis, en Madrid Central no se puede entrar entre las 22.00 hasta las 7:00, salvo que aparques en un parking y no en la calle. En Madrid 360 se podrá entrar en las mismas condiciones, solo que las 22.00 pasa a ser las 00.00. Otra excepción que estará por ver es si, como los coches, las motos de los propietarios de negocios y trabajadores de la zona pasarán a tener consideración de residentes.

Por otra parte, con el anuncio de Madrid 360, Martínez-Almeida aprovechó para expresar su apoyo a la moto, a la que reconoce como «un medio de transporte más sostenible que los turismos». Para la moto ha prometido ampliar las plazas de estacionamiento hasta las 21.000 plazas en la ciudad.

Madrid 360 incluye también un calendario, de forma que se clarifique un poco lo que ocurrirá en el futuro. Esta normativa primera estará en vigor por lo menos hasta 2022: en enero de ese año se ampliarán las restricciones y no se podrá entrar dentro de la zona delimitada por la M30 sin etiqueta, y en 2023 se incluirá la propia M30 para los no residentes. En el 24, ningún vehículo no residente sin etiqueta podrá circular por el término municipal entero. Y en 2025 no habrá vehículos sin etiqueta en la ciudad, sean o no de residentes.

ZBE Barcelona

En Barcelona, las cosas se pondrán aún más complicadas: el plan presentado incluye una zona de bajas emisiones de 95 km2 (unas 10 veces Madrid Central), delimitada por las Rondas de Dalt y Litoral. No podrán circular en esta área motos Euro 2 y anteriores, es decir, matriculadas hasta 2003.

Esta normativa entrará en vigor en enero de 2020, aunque el ayuntamiento ha previsto una moratoria para empezar a multar hasta abril. Al igual que en Madrid, será un sistema informático automatizado, con más de 70 cámaras, el encargado de multar, que en el caso de la Ciudad Condal, sube las sanciones entre 200 y 499€, que pueden llegar a alcanzar los 1.899€ en casos muy graves de infracción, en episodios de alta contaminación.

Esta Zona de Bajas Emisiones tendrá horario para todos, coches y motos, y multará entre las 7 de la mañana y las 8 de la tarde de lunes a viernes, dejando libre la circulación el resto del tiempo. En principio, y a diferencia de Madrid, no se va a diferenciar entre residentes y no residentes, y solo habría excepciones para vehículos de personas de movilidad reducida, policía, funerarios y protección civil.

Eso sí, las buenas noticias es que si tu moto cumple y puedes entrar, el sistema barcelonés sería más inteligente que el madrileño y discriminará por matrículas, lo que hace que la pegatina no vaya a ser obligatoria.