Nuevos criterios de homologación en WSBK

La ausencia de Bimota en la primera prueba del Mundial de Superbikes demuestra los obstáculos económicos que deben afrontar las escuderías pequeñas para participar en un campeonato de primer nivel como el Mundial SBK. Para facilitar el acceso a marcas como la italiana, la FIM ha reducido este año el número obligatorio de unidades fabricadas para permitir su inclusión en el campeonato. Así, el número mínimo exigido será de 250 unidades durante el primer año de participación y 1.000 unidades al final del siguiente. Asimismo, la fábrica deberá tener listas 125 unidades en el momento que haga la petición de participación.
 
Bimota, con su nueva BB3 con motor BMW de origen S 1000 RR, todavía no ha alcanzado esa cantidad y no lo hará hasta la segunda cita del campeonato a disputarse en Motorland, el 13 de abril. Pero el problema no es sólo una cuestión de pequeñas marcas, ya que las grandes firmas también encuentran dificultades para llegar a estos números básicos en un entorno mundial de ventas de hiperdeportivas en declive crítico. Por ello no es impensable que se pueda reglamentar en el futuro con cifras aún inferior para marcas pequeñas. En principio, esta reglamentación estaba destinada a persuadir a muchas firmas a dejar de producir modelos exclusivos para su participación en el Mundial, siguiendo el ejemplo en el pasado de Aprilia con sus motores con distribución con cadena de engranajes o Ducati con la serie Superleggera, así como Honda y su esperada V4. Pero el entorno económico hace muy complicado el lanzamiento de estas ediciones especiales y su comercialización base para este fin.