Entrevista Marc Saurina, director de Marketing de WSBK

MotoGP y WSBK son la máxima expresión de las carreras de velocidad sobre dos ruedas del mundo del motor. La primera está dedicada a modelos prototipos, la segunda a las versiones derivadas de serie. Ambas comparten organizador, Dorna, y también el corazón de los amantes de la competición.

Mientras MotoGP es el hermano rico, el que aglutina toda la atención del público en general, además de los recursos más cuantiosos en términos de patrocinio e inversiones, el Mundial de Superbikes ha sabido mantener sus orígenes como la disciplina más próxima al motorista de a pie y con una cultura de auténtica moto frente a una vorágine de MotoGP que ha arrasado durante los últimos años.
 

No obstante, la evolución durante esta última década ha sido un tanto errática, con modelos cada vez más cercanos a prototipos que a sus verdaderas referencias de calle o la pérdida de pilotos protagonistas a favor de MotoGP. Ello ha provocado una sucesión de decisiones por parte de Dorna para devolver el interés hacia esta competición que, con el paso de los años, se están demostrando acertadas: fórmula monogoma, reglamentación más estricta, política de categorías escalonada… De todo ello hablamos en la cita española en Motorland-Aragón con Marc Saurina, director de Marketing de WSBK, quien nos explica la estrategia actual y futura de esta carismática especialidad.

– El ambiente que se vive en el paddock del Mundial de Superbikes es muy diferente al de MotoGP.

«Como el WSBK es un Mundial de motos derivadas de serie, consideramos que las actividades que rodean a este campeonatos deben ir muy enfocadas al usuario final de la motocicleta. El paddock se abre aquí al público, con actividades promocionales en las que intervienen las estrellas del campeonato y en el que tienen acogida los espectadores de todas las edades«.

– Las ruedas de prensa abiertas al público son muy apreciadas por los aficionados.

«En efecto, el formato que tenemos hace que el espectador espere hasta el final de la jornada para poder tener contacto con los pilotos«.

– Pero la afluencia de público en España todavía no es como cabría esperar.

«Vamos cada año a más, tanto en asistencia en circuito como en seguimiento en televisión. Además, Motorland es el mejor ejemplo para nosotros de cómo hay que trabajar esta especialidad desde el punto de vista de la organización. El circuito hace mucha promoción del evento de una forma muy pensada para el público. Se hacen descuentos en las entradas con las marcas que participan en el campeonato, se puede dar una vuelta al circuito con su propia moto… Saben muy bien cómo trabajar de cara al «fan».

– Motorland-Aragón ha estrenado el Mundial Supersport 300. ¿Cómo valora esta integración?

«Como campeonato, nos faltaba esta categoría de acceso. Ahora ya la tenemos y el número de inscritos demuestra que ha sido un éxito. Buscamos pilotos con visión de futuro que sigan ascendiendo hacia Superbike, y que no solo sean buenos dentro de la pista, sino que sepan comportarse fuera de ella, incluyendo el contacto con los aficionados. Nuestro formato de «paddock show», donde el piloto debe subir al escenario y hablar con el público, ayuda a la formación del joven piloto. También le obliga a hablar en inglés, porque hay muchos chavales españoles, italianos o franceses, entre otros, y es imprescindible comunicarse en inglés. Esto forma al piloto desde todos los puntos de vista y es muy importante«.

– ¿Necesita el Mundial de Superbikes pilotos de más prestigio?

«A mi no me preocupa este aspecto. El aficionado a las WSBK es muy aficionado a la moto, a la marca. El que es ducatista es ducatista con independencia del piloto que la lleve. Por ejemplo, por eso quizá no sea imprescindible que haya pilotos españoles muy «top» para que el aficionado español se interese por estas carreras, aunque los tenemos con Xavi Forés y Jordi Torres. No obstante, es indudable que es un aspecto que siempre ayuda«.

La perspectiva desde dentro de los responsables de toda organización te ofrece una visión muy diferente de lo que el aficionado está normalmente habituado al acudir a los circuitos. Ahora solo queda que la receta planteada sea la del éxito definitivo de las Superbikes, porque es una disciplina que, por historia e interés para aficionados y marcas, se lo merece.