La DGT instalará 45 nuevos radares de tramo en 2021
Los nuevos cinemómetros se sumarán a los 1.375 radares que ya se encargan del control de la velocidad en las carreteras españolas. Con esta medida, la DGT pretende equipararse con otros países europeos en materia de seguridad vial.
La gran mayoría de los accidentes de tráfico registrados en nuestras carreteras están relacionados con el exceso de velocidad. Según los datos que maneja el organismo dirigido por Pere Navarro, el 61% de las infracciones por exceso de velocidad producidas durante la pasada campaña se concentraron en carreteras convencionales y travesías. Para poner freno a este tipo de conducta, la DGT ha anunciado que reforzará una vez más la vigilancia en las carreteras con una nueva partida de radares.
En la última Comisión sobre Seguridad Vial, el Gobierno confirmó que ya «se ha puesto en marcha el trámite» para la instalación de 45 nuevos radares de tramo, que se sumarían a los 1.375 radares que hay actualmente en España, de los cuales 750 son fijos, 543 móviles y 82 de tramo. A pesar de esta nueva dotación de sistemas de vigilancia, España aún se encuentra muy por detrás de otros socios europeos como Francia o Reino Unido que cuentan con 4.000 y 8.000 unidades, respectivamente.
Cabe mencionar que la medida no pilla por sorpresa. Y es que, Pere Navarro, ya anunció el pasado mes de noviembre durante una comparecencia en la Comisión de Interior del Congreso la intención de la DGT de instalar 75 radares más en 2021. También adelantó que llegarían 28 drones más (20 para vigilancia y control del tráfico y 8 para formación).
Por el momento, se desconoce la fecha a partir de la cual podrían comenzar a prestar servicio los nuevos cinemómetros. No obstante, varias fuentes apuntan a que su instalación se llevará a cabo de manera progresiva a lo largo del año. Tampoco se sabe nada acerca de su ubicación.
¿Cómo funcionan los radares de tramo?
Los radares de tramo se encargan de controlar la velocidad media a la que el conductor ha circulado entre un punto A y un punto B. Para evitar una sanción, los usuarios deben mantener una velocidad de marcha no superior a la indicada entre ambos puntos. En este sentido, cabe recordar que circular por debajo del 50% de la velocidad permitida también está considerado motivo de multa.
Dos cámaras con tecnología de visión infrarroja colocadas al principio y al final del tramo se encargan de vigilar el paso de los vehículos. Ambas cámaras están calibradas para que sus relojes marquen la misma hora. De esta manera, cuando un coche circula por el tramo vigilado, las dos cámaras registran su matrícula, y un ordenador contabiliza el tiempo que ha tardado en recorrer la distancia, así como su velocidad media. Si el sistema detecta una infracción, enviará la información y las fotografías al Centro de Tratamiento de Denuncias Automatizadas de la DGT, donde se tramitará la denuncia.
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