Piloto-Espectador-Mecánico en el GP de Talavera de MotoCross

img7439
Piloto-Espectador-Mecánico en el GP de Talavera de MotoCross
Antonio Herrero
Antonio Herrero
Este año, los astros crossísticos se alinearon para que pudiera vivir un GP de España algo diferente a lo habitual. Porque en el GP de España de motocross, pude jugar a ser un poco de cada cosa.


La secuencia se repite prácticamente cada año. Llegas a la carrera, te pateas paddock y circuito de arriba abajo para encontrar los sitios más espectaculares o donde crees se decidirá cada carrera, buscas a pilotos y miembros de los equipos que puedan desgranarte algunas claves de cada manga, vas a la sala de prensa en busca de las clasificaciones, fotografías a los ilustres… y luego los planes que puedas ir improvisando. Pero este año, el Gran Premio disputado en el talaverano Cerro de Negro, fue diferente desde el mismo viernes.

En la moto

img 8597Con el fin de semana recién empezado, la gente de Monster Energy había preparado junto a las curvas 2 y 3 del circuito un pequeño pero divertidísimo circuito de pit-bikes, y como se les ocurrió que los muchachos de la prensa éramos los idóneos para estrenarlo… allá que fuimos el Team Luike compuesto por Tomás Cordero and me. ¿El circuito? Mucha curva, un par de peraltes con gracia y cero saltos. Lo que quiere decir, cero peligro. Diez pilotos de diferentes medios, formato crono, música a tope, un speaker dando ambiente al asunto y latas de Monster a discreción para que el ánimo no decayera, fueron suficientes para que los participantes pudiéramos sentirnos parte del circus y poder decir, con la cabeza muy alta –al menos tan alta como las KLX y TT-R110 que la gente de Comercial Bermúdez cedieron para la ocasión– que corrimos una de las carreras que se celebraron en Talavera ese fin de semana de Gran Premio. Las manguitas, emocionantes hasta el final, agresivas, disputadas y con alguna que otra caída sin consecuencias –excepto para el orgullo–. ¿Que cómo quedé? Ya sabéis… Lo importante es participar, el resultado es lo de menos, lo principal es divertirse… bla, bla, bla… ¡Chorradas! ¡¡¡Hice podio, un segundo puesto!!! ¡Igual que Jorge Prado!

motocross talavera 2 1

En los saltos

Asistir a la carrera sin otra obligación que disfrutar de las mangas fue el segundo de los roles que asumí en este Gran Premio que había empezado tan bien. Y en esta ocasión lo hice acompañado de Marcos y Rubén, dos expertos críticos de 9 y 10 años que me dejaron claro que sabían a lo que venían. Ni habíamos dejado el coche en el parking del circuito cuando me dijeron que ese sitio ya lo conocían. “¿Ah, sí? ¿Cuándo habéis venido aquí vosotros?”… “Lo conocemos por la Play”. Ok, touché, no vayas de chulo con uno de estos porque saldrás perdiendo. A pesar de no haber “corrido” tantas veces como ellos en Talavera, me erigí en motocross talaveraguía del grupo y, a lo largo de la mañana, nos marcamos un buen tour por el Cerro Negro. Empezamos por el paddock, donde los muchachos se iban proveyendo de posters de pilotos, fotografiando junto a sus héroes o sus motos… lo que nos fuéramos encontrando, además de pasarnos por la zona comercial en busca de algún recuerdo que acrecentara su ilusión y menguara mi Visa. Y después al barro, con siete mangas en toda la jornada, tuvimos ocasión de ver carreras desde prácticamente todos los lugares imprescindibles del circuito. La curva del final de recta de salida, donde jugábamos a distinguir quien se llevaba el ‘holeshot’ antes de que lo hicieran las pantallas; las tres mesetas grandes, la meseta en curva –que, para consuelo de amateurs, no todos los mundialistas se hacían– y, como guinda final, la pirámide de Talavera, que se ha convertido ya en santuario de fotógrafos aficionados y profesionales que esperan con paciencia de pescador para ver y cazar al piloto que les regale el mejor ‘scrub’, sobre todo desde que, el año pasado, Valentin Guillod llevara el concepto a un nuevo límite en ese mismo punto.

En el camión

img 7473Ya sólo me quedaba una faceta por experimentar este fin de semana, y era la de “meterme en la cocina” de algún ‘Team’ del Mundial… el camión del equipo. Y gracias a Honda España, esa cocina fue la de El Bulli del motocross: el Honda HRC de Gautier Paulin y Evgeny “Bobby” Bobryshev. Y para guiarnos por sus adentros… no vamos a andarnos con chiquitas, contamos directamente con Roger Harvey, General Manager de la división MXGP de HRC, y uno de los clásicos del paddock crossístico. Allí, además de saborear la acción previa a la primera manga, pudimos ver de primera mano el minucioso cuidado por el detalle en cada pieza, herramienta o componente de la moto, al tiempo que coincidimos con Bobby, al que le gusta estar muy al tanto de todo lo que se le hace a su CRF, y también con Jean Michel Bayle, que se ha traído toda su experiencia como ganador de todo en motocross para ser el director deportivo de HRC. Entre las muchas curiosidades que Harvey compartió con nosotros, llamaba la atención lo mucho que insistía en la poca distancia existente entre una moto de serie y una mundialista. Evidentemente, se cambian muchas cosas, pero la gran mayoría son cotas o ajustes que se hacen al gusto del piloto, y muchos de los componentes que lleva, se incorporan casi más para justificar la exclusividad de una moto oficial que por una necesidad real de hacerla más competitiva. Después de todo, de lo que siempre ha presumido el motocross es que, con una moto casi recién sacada del cajón, se podría ganar un Mundial.

motocross talavera 1