Presentación internacional

Prueba Moto Guzzi V9 Bobber: Primero Rock

68 Prueba Moto Guzzi V9 Bobber: Primero Rock
Moto Guzzi V9 Bobber
Ramón López
Ramón López
Si echas un vistazo al recorrido de Moto Guzzi desde su nacimiento en 1921, te encontrarás de todo, desde la más asombrosa deportiva de velocidad hasta modelos off road, GT o utilitarias. Custom también, y ahora, con la V9 Bobber, aún más rockera.


Noventa y cinco años de historia dan para mucho. Hay marcas veteranas, incluso centenarias, a las que les cuesta salir de un patrón fijo para ampliar fronteras. Sí, son referencia en su campo, pero resulta ardua tarea abarcar otras modalidades en las que evolucionar y expandirse. Un ejemplo es Harley-Davidson, tan vinculada al custom más auténtico que tu mente apenas puede aceptar otra interpretación. Veremos qué ocurre con su proyecto eléctrico LiveWire. En el recuerdo queda su fallida incursión en motos más convencionales en los ´70 bajo las siglas AMF junto con la italiana Aermacchi.

En el otro extremo podemos observar el caso Ducati. De un perfil exclusivamente deportivo ha sabido reinventarse con alternativas trail, custom (¿para cuándo una GT de verdad?) o Vintage con la nueva saga Scrambler.

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Sin embargo, una firma como Moto Guzzi, casi centenaria como Harley-Davidson y mito deportivo italiano mucho antes de que naciera Ducati, sí ha sabido transmitir con el paso de los años una personalidad muy polivalente. La nueva Moto Guzzi V9 Bobber resulta el reflejo de esta actitud. Su definición custom es muy personal, más de corte cruiser que un tradicional custom «made in USA». Los italianos ya han desarrollado modelos en este segmento con sus míticas Nevada o California, pero no ha sido hasta ahora que se adentran en un cuerpo a cuerpo con «denominaciones de origen» de media cilindrada del estilo de la Harley-Davidson Sportster 883 Iron o Indian Scout.

La Moto Guzzi V9 Bobber dispone así de un notable acento inglés-nortemericano con el sabor que desprende todo producto 100% italiano. El propulsor V-Twin a 90º trasversal es el contrapunto exclusivo que te hace sentir sobre una moto única. Y si la primera vez que te subes a ella es el entorno de la mítica fábrica en Mandello del Lario (Italia), mucho más. Al igual que identificas el nacimiento del rock con la atmósfera de Memphis en EE.UU., cuando viajas a esta zona del norte de Italia, en las estribaciones del Lago de Como, te adentras en un túnel del tiempo para descubrir el verdadero sentido del término «auténtico». Te cuento.

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Moto Guzzi V9 Bobber: otra dimensión

Arrancar la V9 Bobber a escasos metros del túnel de viento de Moto Guzzi, al lado del circuito oval donde se probaban las legendarias V8 y tras visitar el incomparable museo de la marca dentro de las propias instalaciones, te imbuye en otra dimensión. Te conviertes en un «guzzisti», ahora bien, con acento inglés como si estuvieras mascando chicle…

Esta transformación la sientes en tu interior cada paso que te aproxima a ella. Vas descubriendo el exquisito diseño de culatas de unos cilindros todavía orgullosos de su sistema de refrigeración por aire respetuoso con la nueva Euro 4. De inmediato te recuerda al V-Twin de la actual Moto Guzzi V7 II con el que apenas comparte un 10% de componentes. El chasis sigue líneas presentes en modelos Guzzi del pasado, imprimiendo una imagen aún más personal. Todo ello no hace más que enervarte para subirte a sus mandos cuanto antes.

Cuando llega ese momento, la emoción sigue en ascenso. ¿Te has fijado en el depósito y el guardabarros de acero? El contrapunto de las tapas laterales, estriberas o mandos en aluminio queda próximo a su cariz de preparación especial.

moto guzzi v9 bobber 8Ya te hierve la sangre cuando necesitas girar la llave de contacto. Nada más acariciar el botón de arranque, el V-Twin cobra vida con una instantánea sacudida a los lados como ocurre en los motores bóxer. En espera que vaya alcanzando temperatura, vas seleccionando la opción de la pantalla digital que más te conviene. En mi caso prefiero visualizar la marcha engranada y la temperatura ambiente mientras disfrutas de su velocímetro sobre clásico fondo blanco. Ni rastro de cuentavueltas.

Flotar por el asfalto

Y ni falta que hace, porque el fluir de los CV y los Nm es pura dulzura. La marca afirma que ya dispones de más de 60 Nm entre 2.500 rpm y 6.500 rpm, lo que se traduce en la realidad en una respuesta lineal que te invita a fluir en cada cambio de marcha como si flotaras sobre el asfalto.

Las vibraciones en marcha son las necesarias para sentir que ruedas sobre una moto especial y solo te desagradan cuando exiges un ritmo para el que no ha sido diseñada la Bobber. Aprovecha sus medios incluso en sexta, con plenitud de empuje desde 60 km/h como si fueras en automático.

Tienes que resistir la tentación de dejar de mirar las cumbres nevadas que rodean la serpenteante carretera que rodea el lago italiano y el centellear de la luz del sol en su superficie para concentrarte en la prueba de Moto Guzzi. Vale, vuelvo a estar contigo… Me doy cuenta con el paso de los kilómetros que no te he comentado nada de su postura a los mandos, esencial dado su definición Bobber.

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El manillar ancho y plano junto con un asiento bajo de poco espumado y estriberas ligeramente adelantadas te dibujan la clásica ergonomía musculosa de las motos de este concepto. Parece que te vas a comer el mundo con los hombros bien altos y los brazos como si cogieras la barra de pesas en el gimnasio… hasta que llagas a la conclusión que ese mundo puede esperar. Mejor hacer repetidas paradas en busca del objetivo final. Las posaderas se resienten del asiento plano y poco mullido, con un diseño que no permite cambiar de posición con facilidad. El problema es que mis rodillas (mido 1,80 m) dan en la protección de las culatas, y al cabo de un tiempo resulta molesto. La única solución es poner los pies como si fueras en una deportiva para evitar el contacto.

moto guzzi v9 bobber 5Me dirás que es un Bobber y no una GT. Para eso ya está la Moto Guzzi V9 Roamer. Y tienes razón. Me compensa reflejarme en los escaparates de las trattorias, cuando te ves como los militares americanos que combatieron en estas regiones en la II Guerra Mundial y descubrieron las bondades de las ligeras motos deportivas europeas en contraste con las pesadas custom de su país de origen. En el regreso a casa llevaron consigo estas ideas, con premisas especiales como neumático delantero ancho, imagen minimalista y estética oscura.

Bobber a la carbonara

Todas estas características alcanzan su clímax en la Moto Guzzi V9 Bobber. El 130 delantero sobre llanta de 16″ (la Bobber monta de serie Continental Milestone en lugar de los Pirelli Demon de la Roamer) no la convierte en inconducible, pero sí te obliga a emplearte con decisión sobre el manillar para insertarla en las curvas. Las suspensiones son sorprendentemente confortables en todo tipo de terreno, quizá porque su imagen te anunciaba recorridos mínimos. Buen trabajo sobre todo de los amortiguadores KYB.
 

Los frenos Brembo actúan con corrección, nada sobresaliente, apoyados por unas retenciones notables que quedan perfectamente gestionadas por su cardan. Se trata de una unidad asimétrica de nueva factura diseñada para acoger la medida de neumático de la nueva serie V9, con el agradable funcionamiento al que nos tienen acostumbrados los desarrollos CARC de la marca. Ni en aceleraciones aprovechando su nueva primera más larga o a punta de gas en su sexta overdrive eres capaz de ponerle pegas.

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Tanto ambiente clásico no es óbice para disfrutar de avances tecnológicos de última generación. Incorpora control de tracción MGCT de dos modos (nivel 1 para conducción en mojado y 2 para respuesta menos intrusiva), también desconectable, un respaldo de seguridad muy bien recibido. ABS, toma USB y plataforma multimedia para aprovechar tu teléfono móvil a modo de telemetría componen su perfil más vanguardista.

Esas llantas, muelles de amortiguadores, manillar y escapes negros te trasladan en un suspiro a los bulevares de Los Ángeles o a cualquier gasolinera de la Ruta 66. Se comercializa en colores negro o gris, con bandas sport sobre el depósito y guardabarros, a un precio de 10.799 €, y dispone de kit de limitación A2. No se me ocurre ningún ritmo de rock más agradecido que las pistonadas de la Moto Guzzi V9 Bobber. ¡Que siga la marcha!

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Moto Guzzi V9