Prueba Mitt Legend 301: Con dos cilindros

47 Prueba Mitt Legend 301: Con dos cilindros
Fotos: Prueba Mitt Legend 301
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Mitt sigue ampliando su catálogo, no solo en modelos, sino también en cilindradas, mejorando su oferta, entrando en otros segmentos. Ahora lo hace con una café racer pensada para el carné A2. Compacta, atractiva y llamativa. Pero lo mejor de todo, con dos cilindros.

Para una cilindrada así, un motor mono está muy bien. Es compacto, ligero, fácil y suficiente. Claro, también vibra un poco más y su sonido, a veces, es demasiado parecido al de una 125, en un tamaño de moto que no es fácil de distinguir. Tiene una ventaja clarísima: es más barato de construir y eso se nota a la hora de pagar la moto en el concesionario. Pero, ¿y si consigues un precio similar y una ligereza parecida con dos cilindros como en esta Mitt Legend 301? Pues claro, mucho mejor.

Si a eso le acompaña una estética bien conseguida, ya está muy cerca de una moto casi ideal. Ahora solo falta que su funcionamiento sea correcto, que la moto sea fácil de llevar y cómoda. Y esto, cuando en el diseño de una moto se imponen criterios estilísticos, muchas veces complica las cosas. Sí, unos semimanillares bajos, que den sensación de auténtica café racer, pasan factura a tu espalda. O unos neumáticos que quedan «que ni en pintura» implican un agarre comprometido o una maniobrabilidad justa. Esta es la parte complicada en el diseño de una moto así.

Mitt Legend 301


Pero Mitt lo ha hecho muy bien en este sentido, y la Mitt Legend 301 cumple bien. Es tan atractiva como ves en las fotos pero, además, como ocurre muchas veces, mejora en persona, cuando puedes centrarte en ver la solución a detalles cercanos, o comprobar que el acabado es tan bueno como esperas. Cuando la pruebas, sorprende la suavidad del motor de dos cilindros, su sonido y lo agradable que resulta en general su forma de funcionar. No resulta incómoda, y esos semimanillares están en una posición correcta para el día a día, aportando el punto justo entre estética y funcionalidad. Y el empleo de esos neumáticos anchos, con un dibujo y un perfil tan clásico, que pueden generar dudas cuando los ves, queda resuelto a su favor cuando la pruebas. Sí, es una buena moto para el día a día, con capacidad para salir a la carretera, bonita estéticamente y, una vez más, como suele suceder con la marca, a un precio muy razonable.

Mitt, por si todavía no los conoces, es una marca española con gran experiencia. Es la marca propia de Jets Marivent, una empresa importadora de ATV, bicicletas, equipamiento, recambios y, por supuesto, motos. Fueron importadores y representantes de la marca francesa Goes; lo son desde hace tiempo de una marca tan interesante como CF Moto, la marca china asociada con KTM dedicada fundamentalmente a motos de cilindradas medias, cuyas últimas motos han sorprendido. Todo ese bagaje y experiencia hace que las motos bajo su propia marca reflejen ese saber hacer y sean cada día más interesantes. La nueva gama Legend, integrada por esta 301 y una nueva 125 parece un acierto y, desde luego, cuando pruebas esta bicilíndrica efectivamente convence.

Cómo es la Mitt Legend 301

Mitt Legend 301

Para empezar el nombre «te engaña»: no es una auténtica 300. Ni siquiera una 250. Cubica 234 cc. Sin embargo, es un dos cilindros en línea, paralelo, con dos árboles de levas, de concepción clásica pero de funcionamiento impecable. Entrega 18 CV, una cifra modesta pero bien aprovechada, en una moto que por tamaño y prestaciones está más enfocada al uso ciudadano que a las grandes salidas por carretera. Aun así, tampoco va mal en una ruta por tus carreteras favoritas. Lleva un cambio de seis marchas, con un desarrollo muy corto, favoreciendo así recuperaciones y esa sensación de fuerza por encima de la velocidad máxima.

El motor va metido en un chasis en tubo de acero de simple cuna desdoblada a la altura de las salidas de escape. Equipa delante una horquilla invertida y detrás dos amortiguadores con botella separada y monta frenos de disco en ambos trenes ayudados por el ABS obligatorio. Un radiador de aceite montado en la parte superior del chasis, por debajo de la triangulación de la dirección, ayuda al motor a mantenerse dentro del rango de temperaturas adecuado. Los neumáticos elegidos son gran parte de la peculiar personalidad de la moto: un perfil muy cuadrado y un dibujo de líneas rectas muy clásico le dan una imagen dura muy atractiva, reforzada por el empleo de unas medidas mucho más anchas de lo habitual o necesario en una moto así.

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El faro, redondo pero de LED y con luz diurna, con formas dentro diferentes y originales. Bajo el mismo, una placa te recuerda su nombre y, sobre él, una sola esfera como cuadro que realmente contiene una pantalla digital en color, de buen diseño y con suficiente información. Controlas el cambio entre kilometrajes parciales y reloj o puesta a cero con un botón en la parte inferior del mismo. Piñas estándar, sin nada importante que reseñar, y mandos en general con buena apariencia y tacto, con esos originales espejos que ves hacia abajo, como ves en las fotos.

Mitt Legend 301

Dan un aspecto todavía más «racer» a la moto y acabas por acostumbrarte a mirar tan abajo para ver por ellos. Pero si eso te cuesta no hay mucho problema (están pensados para ello) en cambiarlos de lado y montarlos en una posición más estándar hacia arriba, como verás en otras fotos oficiales. Un depósito de líneas retro, con ese color matizado en elegante contraste con el asiento marrón, guardabarros cortos y oscuros y un piloto trasero también redondeado cierran el paquete de una moto estéticamente acertada.

Por cierto, si quieres otros detalles de refuerzo para tu imagen «vintage«, como opción hay un kit compuesto por una pequeña alforja lateral, una rejilla de faro y escapes enfundados en cinta anticalórica.

Cómo va la Mitt Legend 301

Mitt Legend 301

La Legend es de esas motos que primero entran por los ojos. Es bonita. Como cualquier moto así, llamará tu atención desde que la veas en foto. Y cuando la ves en persona convence más. Es compacta, pero musculosa. Está bien terminada en detalles de pintura, en acabados del motor, tapas, etc. Y cuando pones el contacto, esa sensación agradable va aumentando: la esfera del cuadro se ilumina en colores vivos, pero atractivos. Con un diseño acertado. Al final va a acabar por sacarte una sonrisa. Lo hace en cuanto pulsas el botón de arranque: el sonido ronco del bicilíndrico, no muy alto, pero bien entonado. Sin ruidos. Es suave y fina de funcionamiento. Eso sí, debes tener la moto sujeta para mantenerla en marcha: el sensor de la pata de cabra no discrimina si hay marcha metida y en cuanto la extiendes el motor se para.

Es bastante baja de asiento. Con mi 1,65 llego al suelo bien y la posición de conducción es bastante razonable: pies centrados, manos algo bajas y el cuerpo algo hacia delante. No llega a cargar muñecas: lleva semimanillares pero estos no son muy bajos. El tacto del embrague es bueno y el del gas también. El del cambio tiene «sus momentos»: en general va bien pero, a veces, cuando frenas y te paras, es difícil sacar la primera y meter el punto muerto. Y, como ya hemos comentado, el desarrollo es muy corto.

Mitt Legend 301

Creo que durante esta prueba utilicé la primera el primer día. El resto del tiempo me pareció que salía mucho mejor en segunda. Sin necesidad de hacer deslizar el embrague, sale de cualquier lado en esa marcha. En sexta le pasa algo parecido: cuando tengo dudas sobre la relación de transmisión final suelo hacer una prueba en una autovía cercana con un tramo en bajada, cambio de sentido y mismo tramo en subida. Con algunas 125 de cambio largo compruebas, llaneando hasta llegar allí, que hacen, por ejemplo, 105 km/h. Bajando alcanzas, quizá, 115, y en la subida le cuesta no cae de 90: está claro que es un tanto largo. Con esta 301 llaneas a 112 km/h prácticamente a tope de vueltas. En la bajada llegaba a 114. Y subiendo subías a 108. Es corto y seguramente un piñón de salida más grande le vendrá muy bien para darle un mayor rango en carrera abierta.

Porque en la ciudad es cómoda: no cansa de postura, no gira mal y, saliendo en 2ª es rápida entre semáforos. No es excesivamente ancha y se siente manejable y ligera. En la carretera ese neumático de perfil casi cuadrado, de estilo clásico, da al principio cierta sensación de inseguridad, pero lo cierto es que no va mal. Al girar con ella sí la notas algo reacia a tumbarse, pero cuando coges confianza lo hace bien y sale bien del giro. Suspensiones y frenos actúan debidamente: frena muy bien y las suspensiones transmiten bien las sensaciones de las ruedas, sin ser incómodas ni excesivamente blandas.

Al final, la Mitt 301 Legend es algo más que «una cara bonita». La moto va bien y tiene un precio muy interesante más cercano al de una 125 estándar que no a una bicilíndrica de A2. Una opción muy interesante como moto ciudadana, con posibilidades en la carretera.

Lo mejor:

-Estética original

-Motor bicilíndrico

-Precio ajustado

Mejoraría con:

-Desarrollo final algo corto

-Pata de cabra apaga el motor

Así vemos la Mitt Legend 301

En carretera: 3

En ciudad: 4

Pasajero: 3

Confort: 3

Equipamiento: 3

Autovía: 2

(Puntuación de 1 a 5)

Una interesante opción de moto media de utilización ciudadana agradable y capaz de hacer recorridos por carretera, a un precio realmente interesante. Es una moto con un equipamiento justo, pero tampoco necesitas mucho más en una moto así, que estéticamente sí cumple su papel. Razonablemente cómoda para el piloto, el pasajero tiene un sitio suficiente, aunque le falte sitio para sujetarse. En carretera se mueve bien, aunque ese desarrollo corto favorece más las aceleraciones y recuperaciones que la velocidad punta: la moto se mueve cómoda en torno a los 100 km/h, lo cual lo hace algo justo en autovía en una moto de dos cilindros, de sus peso, con buen par, a pesar de sus solo (pero suficientes) 18 CV.

Mitt Legend 301

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