Probamos la nueva moto de Macbor para el carnet A2 que nace en España con pasaporte de China, habla inglés y tiene un precio difícil de creer
La Macbor Rockster 410 es una moto diferente desde muchos puntos de vista. Dominar tres idiomas con propiedad no es nada sencillo, y ella lo hace a la perfección.
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Español por su origen, ya que Macbor es una firma que nace en nuestro país en 1999; inglés por su filosofía y definición, a todas luces de corte 100% custom; y chino porque su fabricación se realiza en este país asiático.
Más allá de este sentido políglota, la Macbor Rockster 410 revoluciona el panorama custom como una alternativa de calado. Es un segmento que no cesa de reunir nuevos integrantes y ya nos estamos aproximando a la época dorada de este sector en décadas previas, cuando las japonesas de apellidos Intruder, Vulcan, Shadow o Drag Star más la icónica estadounidense Sportster cumplían como referentes absolutos.
Macbor Montana 410 o el regreso de la leyenda custom
La ausencia de renovación para el complimiento de la Euro 5 acabó con tanta leyenda y el testigo fue recogido por la Honda Rebel 500 que mostraba un nuevo camino a recorrer. La moto custom para el carnet A2 de líneas bobber y dotada de motor de dos cilindros en línea se convierte así en el nuevo paradigma del casi olvidado “long&low”.
El flanco V-Twin, siempre asociado a la iconografía custom, ha quedado huérfano de las marcas tradicionales en esta alternativa en las medias cilindradas, de donde se han alejado tanto Indian como Harley-Davidson.
Ahora su representación corre a cargo de excepciones asiáticas como la Hyosung Bobber GV300S, Keeway V 302 C, QJ Motor SRV 300 y la nueva gama Benda, a la que se suman las variantes 808 de la tan española (como Macbor) MITT.
Pero el frente dos en línea no cesa de acoger adeptos. Honda, Kawasaki, Royal Enfield, Moto Morini y CF Moto han apostado por esta alternativa. El peso específico en el mercado de este conjunto es evidentemente superior en comparación con las citadas V-Twin. Y aquí es donde entra en juego la nueva Macbor Rockster 410.
Experiencia de familia Macbor Rockster
Macbor ya contaba con una serie Rockster en sus concesionarios. Las exitosas Rockster 125 y Rockster Flat 125 se encuentran en su tercera generación. Pero no ha sido hasta ahora cuando Macbor se ha adentrado en el terreno del carnet A2, en el cual, hasta el momento, solo tenía experiencia con su trail Montana XR5 y las neo-retro Eight Mile.
Como en el caso de ambas, la Macbor Rockster 410 recibe múltiples detalles de diseño y componentes que no se encuentran en ningún otro modelo del mercado. La base motriz y de parte ciclo (chasis, suspensiones, llantas o frenos) proceden al 100% de un proyecto propio de Zongshen, el gigante chino con el que trabaja Macbor codo con codo.
Por otro lado, las líneas definitivas de fibras y ópticas, así como la puesta a punto de inyección o suspensiones, son desarrollos exclusivos de Macbor, un grado de implicación que requiere experiencia, conocimientos y… recursos. De ahí que hablemos de la Macbor Rockster 410 como una moto de doble nacionalidad.
Cómo es la Macbor Rockster 410
Uno de los detalles en los que más se ha trabajado en ella es en su línea. Es una custom esencial, de raíces “bobber” derivadas de una imagen muy pensada. El depósito no adopta la forma de joroba como en otras alternativas de este segmento, incluso en algunas dotadas de motos de dos cilindros en línea y no en V. De este modo se consigue una trayectoria visual de un extremo a otro impecable.
A ello se suma un diseño de ópticas sencillamente espectacular. El faro delatero incluye el nombre de la marca en su esfera y es “full LED”, como el trasero. Este último rezuma autenticidad, al igual que una ergonomía muy lograda, sin necesidad de extremismos.
El motor, totalmente nuevo en Macbor, está refrigerado por líquido (como demuestra su amplio radiador en su parte frontal) y cuenta con culatas DOHC de ocho válvulas y control de tracción, todo lo cual demuestra su figura de última generación.
Su imagen es impecable, con unas cajas laterales a modo de tomas de aire que le da una gran personalidad. Ofrece 42 CV, muy en línea con sus rivales directas para el A2, con una caja de cambios de seis relaciones y transmisión final por cadena.
Pero es en su parte ciclo donde encontramos puntos especialmente relevantes. Beneficiarse de dos discos delanteros, y de 300 mm de diámetro, en una moto de su segmento no es nada habitual.
A ello se suma una horquilla invertida con barras de 41 mm y un equipo de amortiguadores con depósito de gas independiente. Sus intenciones más dinámicas son evidentes dentro de su corsé custom, ¿no crees?
En cuanto a equipamiento, sobresalen unos retrovisores que ofrecen una óptima visión, sus piñas retroiluminadas de agradable diseño y uso o un cuadro TFT en color con modos de visualización independientes para el día y la noche, el cual dispone de diferentes configuraciones de su información, muy vanguardista.
Tampoco falta una práctica toma USB, aunque situada en un lateral, lo que requiere un excesivo recorrido del cable.
Cómo va la Macbor Rockster 410
El factor clave de la Macbor Rockster 410 es su accesibilidad para los amantes de las custom que se inician en la moto con un carnet A2.
En todos sus parámetros, ya sea posición de conducción erguida y cómoda, en la respuesta de un motor suave y solícito, o una parte ciclo con un funcionamiento sin tacha, demuestra su perfil más popular. Si a ello le sumas un precio de 4.999 €, con regalo del primer año de seguro a terceros, la felicidad ya te aborda incluso antes de accionar la llave de contacto.
En efecto, la Macbor Rockster 410 es un dechado de facilidad. Los primeros metros a baja velocidad te descubren un asiento de buen mullido bajo sin que obligue a una posición incómoda, un manillar ancho pero en su justa medida, más propio de sport-turismo que de cruiser, y unos estribos bastante centrados para una ergonomía natural, con las rodillas a 90º y, sobre todo, con una distancia libre al suelo poco común en motos de su estilo.
Esto ya es un anuncio de lo que te encontrarás a continuación, en cuanto la carretera se abra. No percibes el efecto “vela” tan clásico en las custom, y puedes moverte con libertad para acompañar su cintura en cualquier movimiento. El radio de giro es notable y un neumático frontal de perfil 80 y 17” no interfiere en su conducción.
Dotada de neumáticos CST (filial de los conocidos Maxxis) de profundo dibujo pero respuesta muy neutra, la manejabilidad es un punto fuerte para los que utilicen esta custom en su clásico entorno urbano.
El dos en línea es, de nuevo, una antología de naturalidad y versatilidad en medio y bajos para ayudarte en la conducción, acompañado de un embrague a la par. Hasta llegar a 100 km/h en sexta a 5000 rpm, dispones de un escalonamiento de cambio idóneo, con un recorrido del pedal izquierdo preciso y nada ruidoso.
La respuesta de “abrir-cerrar-abrir» el acelerador no incluye ninguna acritud y solo encontrar el punto muerto en parado requiere algo de paciencia.
En retenciones es muy noble y no echas en falta un embrague antibloqueo. La velocidad máxima puede superar la marca de los 150 km/h si lo deseas, aunque es más interesante un dato de consumo que apenas supera los 4 l/100 km incluso en conducción exigente.
Con sus 17 litros de capacidad de depósito, podrás superar tiradas de más de 400 km. Mejor parar antes a tomar una cerveza… 0,0 por supuesto.
Una moto custom a tu disposición
Es una custom, y como tal requiere invitar al tren trasero en cada frenada. Pero en este caso, al estar ayudado con un doble disco de tales dimensiones, esta acción resulta en una combinación de eficiencia y contundencia a partes iguales.
Algo similar cabe resaltar de sus suspensiones, sobre todo con unos amortiguadores traseros que absorben los baches y los resaltes para limitar la velocidad de pueblos y ciudades de un modo más que correcto. Como en todo el conjunto, su equilibro es un argumento para tenerlo muy en cuenta para dar el salto al carnet A2.
Esta apuesta por la practicidad también se perfila en otros detalles, como sus manetas regulables o una instrumentación TFT en la que puedes visualizar el contenido de tu móvil (como la función de navegador, etc) en su superficie.
Peca de excesivos colores llamativos, lo que esconde datos a primera vista como el indicador de intermitente, además que, a pleno sol, toda su superficie desaparece. Un aspecto mejorable.
Lo mejor:
- Eficiencia de motor
- Agilidad
- Frenada
- Atención a los detalles
- Precio
Mejoraría con:
- Pantalla TFT visible al sol
- Toma USB más próxima a la llave de contacto
Así vemos la Macbor Rockster 410:
- Carretera: 4
- Ciudad: 4
- Pasajero: 2
- Confort: 5
- Equipamiento: 4
- Autovía: 3
Me ha gustado sobremanera la capacidad camaleónica para adaptarse a cada medio. Es tan notable su presencia y funcionamiento en ciudad como su aptitud para recorrer kilómetros en ruta por los que discurrió esta prueba.
En esta ocasión descubrimos parajes y rincones tan asombrosos como recónditos al estilo de la frontera entre España y Portugal donde el Duero hermana a ambos lados de la frontera, un paraíso tanto para una conducción tranquila como muy dinámica.
De este modo se convierte en una apreciable “moto escuela” con la que, sin dejar de tener la personalidad única de una custom, puedes abrir el abanico de usos de forma inesperada. El motor estira sin apreciables vibraciones hasta límites poco recomendables como a partir de las 8.000 rpm; se perciben justo lo necesario para sentir que estas en una moto no eléctrica.
Sus responsables hablan de una futura revisión de la inyección entre 4.500-5.000 rpm para reducirlas, pero para mí forman parte de la partitura imprescindible de toda custom, y más en una “no V-twin».
En zonas reviradas es donde más te confunde, porque el ritmo que permite un motor que invita a subirlo de vueltas tanto como a disfrutarlo en bajo y medio régimen, junto con una agilidad de movimientos exuberante gracias a su contenido peso en comparación con la competencia (185 kg con todos los llenos), una palanca de manillar excelente y un diseño de cotas de geometría (por ejemplo, 1.490 mm entre ejes) y comportamiento de neumático de auténtica naked sport en este ámbito, te hacen volver a mirar hacia abajo a ver si realmente estás sobre un modelo custom.
Claro que habrían sido bienvenidos esa media decena que CV que la hiciesen alcanzar el máximo de potencia legal para una moto A2, pero el equilibrio alcanzado en su estado actual de cilindrada es, repito, perfecto para su usuario objetivo, el recién llegado al carnet A2. ¿Que tú tienes el A? Ya garantizo que también la vas a disfrutar.
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