El Lambretta X300 es un nuevo rival peligroso para la reina de los scooter retro
Lambretta es protagonista de una historia, la de la eterna rivalidad. Piaggio, como todos sabemos, creó su Vespa en 1946 como solución de continuidad. Enrico Piaggio veía que su fábrica de aviación no podía continuar en ese negocio tras la II Guerra Mundial y previó, con buena intuición, que un vehículo sencillo, económico, fiable y limpio podía ser un éxito en aquella Italia devastada. Acertó, sin duda.
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Pero Ferdinando Innocenti estaba en una situación parecida: él fabricaba tubos y estructuras metálicas en Milán y su fábrica, destruida, tenía que buscar también otros negocios. Y también había observado esa necesidad de vehículos en la nueva Italia. Así que tuvo la misma idea. Piaggio se adelantó por meses, pero ambos scooters llegaron en 1946. Nació entonces una rivalidad que duró hasta que en los años 70 Lambretta desapareció en Italia: Innocenti, como marca, pasaría a engrosar el grupo De Tomaso y se fabricaron coches con esta marca, pero los scooters pasaron a la historia. Eso sí, en España Lambretta, construida desde los años 50 bajo licencia por Serveta Locomociones en Eibar, aguantaría hasta los 80. Vespa, por tanto, pudo considerarse vencedora de esa rivalidad.
Pero Lambretta es una marca con un potencial enorme: no sólo fue el segundo en importancia de los scooters europeos, que como su rival, se fabricó en medio mundo por ese sistema de licencias. La propia imaginería creada alrededor de la marca, esas historias de Mods ingleses, la simple atracción de los diseños de estos scooters de motor central ha hecho que la marca no sólo no se olvide nunca, sino que puede considerarse una de las marcas desaparecidas con mayor potencial comercial tras su renacimiento.
Un renacimiento complicado
Lógicamente, ese potencial es conocido por mucha gente. Por supuesto, en Italia o en Inglaterra las Lambretta no se han olvidado. Pero en España o en gran parte del mundo tampoco. Eso ha llevado a unos cuantos intentos de renacimiento de la marca: hace unos años (principios de siglo) recuerdo las Lambretta Pato, un scooter chino de no muy alta calidad, con cierto parecido a las Lambretta auténticas, que, gracias a Dios, no llegó muy lejos.
Después, otro grupo italiano sí hizo con los derechos del nombre y se fabricaron unas Lambretta 125, hará ahora 10 o 12 años: se llamaron Lambretta LN 125 y, la verdad, estaban un paso por encima de las anteriores, con motores SYM bastante aceptables, acabados mejorables y una estética retro bastante acertada. No llegó tampoco a buen puerto, entre otras cosas, porque estaba en discusión quién podía emplear la marca.
En 2017 llegó el renacimiento más serio. Un grupo financiero holandés se hizo con la propiedad indiscutible de la marca y llegó a un acuerdo con los austríacos de KSR para relanzar la nueva Lambretta V125. Esa moto llegó al mercado y aquí sigue… tras la suspensión de pagos de KSR, que está pasando por serios problemas, lo que ha llevado aquí, en España, a un cambio de importador (ahora el potente grupo Moteo) que continuará la comercialización de esas Lambretta V125, Lambretta V200 y de su visión ciclomotor, Lambretta V50. Y además, llegan con buenas noticias: se amplía la gama con nuevas versiones, de motor 300 y 350.
Cómo es: plantar cara con las mismas armas
Empecemos con la nueva gama X que se comercializará en 125 y 300 cc, como opción por encima de las conocidas V y V Special. Hemos probado ya el nuevo X300, un scooter con una estética muy lograda, que se comercializará en tres colores (rojo, naranja y beige), todos ellos con una banda negra con su cilindrada sobre los cófanos, en ese estilo tan Lambretta que los modelos de los años 70 pusieron de moda entonces.
El X300 es un scooter de tamaño medio, con una distancia entre ejes de 1,370 mm, con chasis en tubo de acero que permite intercambiar los paneles laterales para así jugar con los colores de la carrocería. Va equipado con un motor que es un viejo conocido, la versión actual fabricada en Asia del 275 cc que precisamente diseñó Piaggio y que conocimos como Quasar y que han equipado infinidad de scooters desde hace tiempo. Es un motor con buena respuesta y par, que en este caso alcanza los 25,1 CV a 8,250 rpm con un par de 24,5 Nm a 6,250 rpm. Por supuesto, la transmisión es a través de un variador automático.
En la parte ciclo, el X300 monta dos llantas de 12″, lo que le dará buena agilidad en la ciudad. Detrás emplea dos amortiguadores y lleva frenos de disco en ambos trenes, con el obligatorio ABS. Pero es en el tren delantero donde se ha querido hacer un guiño a la historia, montando una horquilla con bieletas y dos amortiguadores, en el mismo estilo de las que se montaban en las Lambretta clásicas, pero con un diseño actual. Es un detalle que a mí me parece atractivo en este scooter y que consigue un resultado aceptablemente bueno.
¿Equipamiento o estética?
Las dos cosas, ciertamente, en un scooter que efectivamente está pensado para enamorarte por su estética, por su estilo elegante y por la infinidad de detalles a los que recurre para hacerte ver su parentesco con aquellos «abuelos» de los años 60 y 70 que inundaron ciudades en media Europa, convirtiéndose en el icono de los Mods por excelencia.
Así, no sólo esas bandas laterales con la cilindrada se dirigen a esa parte de tu cerebro que guarda los recuerdos de las motos antiguas: en el frontal, un logotipo clásico de Innocenti recuerda su antiguo fabricante, el faro, rectangular y de LEDs, recurre a formas similares a las que llevaron aquellas Lince de la marca, fabricadas aquí, en España. O en el suelo, sobre la goma, donde encuentras el logo con el león rampante que se conoció más en Italia.
Pero todos estos detalles contrastan con la parte moderna del scooter: llave a distancia, cuadro digital o iluminación completa de LEDs son esos detalles actuales dentro de la decoración retro. Así, lleva una llave que, sin ser un sistema de proximidad, se acerca: la moto no detecta la presencia de la llave sino que tienes que activar el sistema pulsando en el botón de apertura de un mando a distancia.
Tras esto, puedes actuar sobre el pomo del contacto, que además abre el asiento, bloquea la dirección y abre la tapa de la izquierda del contraescudo. La iluminación de LED, además de ese faro, incluye un enorme piloto trasero plano y rectangular que, sin duda, supone una firma muy reconocible por detrás. Y el cuadro lleva una parte analógica superior y algunos datos en la pantalla digital inferior.
A todo esto hay que sumar caballete lateral y central, ambos de fácil utilización, un hueco bajo el asiento algo justo de tamaño (cabe un casco jet pequeño sólo) y unas asas traseras muy bien integradas bajo la parte trasera del asiento; ni las ves, pero cuando coges el scooter para moverlo ahí están y servirán también para que el pasajero se sujete.
Cómo va: ágil y divertido de llevar
El X300 es un scooter cómodo de usar y que, a pesar de su enfoque eminentemente ciudadano, como todos los scooters retro, amplía su radio de acción gracias a ese motor de 300 cc y 25 CV que permitirán circular por autovías y circunvalaciones al ritmo del tráfico en este tipo de vías.
Subirte a la Lambretta es fácil. El asiento no está alto, aunque no se ha declarado una cifra de altura oficial. El suelo es prácticamente plano, a pesar de que tiene una pequeña elevación en el centro y eso facilita el acceso. El asiento es cómodo, afilado por la parte delantera para ayudarte también a encontrar la posición y tiene un mullido correcto. Una vez a sus mandos, la posición es muy neutra y natural.
Lo pones en marcha y emite un sonido contenido y bastante estándar a scooter moderno de 4T y cilindrada media. No hay vibraciones ni ruidos extraños y se ve bastante bien terminado. Los mandos son cómodos y también bastante estándar. Aceleras y el scooter se mueve con rapidez, con buena respuesta desde abajo, y se nota muy ágil.
La horquilla sí se nota algo extraña. Al no ser una horquilla telescópica normal tampoco tiene las reacciones de esta, pero no hace cosas raras que molesten; simplemente, requiere acostumbrarse a que, por ejemplo, al frenar, no se hunde de una forma normal. Se nota además bastante dura de tarado, cosa que comparte con los amortiguadores traseros: la moto es rápida y lleva llantas de 12″, así que una suspensión algo dura (que no llega a ser incómoda) ayuda a dar sensación de buen control.
No hemos podido probar en una autovía durante esta presentación y por tanto no ha sido fácil comprobar hasta dónde se estira este X300, pero desde luego sí le hemos visto a alta velocidad, sin llegar a tope. Y sí, anda tanto o más como su gran rival y es muy estable y agradable a esas velocidades.
Se puede concluir, por tanto, que efectivamente tanto en la ciudad como saliendo y entrando de esta por autovías y vías rápidas, este Lambretta X300 será un rival tan duro o más para las actuales Vespa 300 como lo fueron sus antecesores para aquellas Vespa de los años 50, 60 y 70.
Lo mejor:
- Estética llamativa y muy conseguida
- Buen comportamiento y prestaciones
- Equipamiento suficiente
Mejoraría con:
- Hueco bajo el asiento escaso
- Sistema de llave extraño y poco útil
Así lo vemos:
- En carretera: 4
- En ciudad: 5
- Pasajero: 3
- Confort: 4
- Equipamiento: 3
- Autovía: 3
(De 1 a 5 puntos)
Lambretta merece mejor suerte en esta etapa en nuestro país que en sus anteriores renacimientos, pero tal y como dicen, a veces la suerte se la tiene que hacer uno mismo. Pues Lambretta, con scooters como este, desde luego está poniendo mucho de su parte. Una estética realmente conseguida, en un scooter actual, bien terminado y atractivo, con un equipamiento suficiente y que va francamente bien en la ciudad, con sensación de agilidad y suficiente potencia.
Suficiente, de hecho, para meterte en carretera o autovías sin ningún complejo, donde demuestra que se han buscado soluciones técnicas apropiadas para darle un comportamiento sano y noble a cualquier velocidad.
Cómoda de usar, con asiento y potencia suficiente como para llevar pasajero, la Lambretta sale ya a la venta en España a un precio de 5.999 €.