KTM Freeride 250 R: Hazlo fácil

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KTM Freeride 250 R: Hazlo fácil
Daniel Navarro
Daniel Navarro
La KTM Freeride es un concepto nuevo. Tiene poco que ver con nada de lo que hayas conocido antes. Y aunque parece una moto a medio camino entre una de enduro y una trial (que de esas sí ha habido muchas a los largo de los años), es algo más que eso. Es una moto que hace fácil lo difícil.


Durante un rato, mientas escribía estas líneas, ese titular que ves aquí arriba fue distinto: ponía «para todos los públicos». La razón es que ésa es la descripción rápida más cercana que se me ocurría. ¿Tienes experiencia con motos de campo y ya no quieres motos «racing? La KTM Freeride 250 R es una opción. ¿No tienes experiencia y quieres iniciarte? Freeride también. Trialeros que quieren una moto capaz de llevarte hasta las zonas subido en ella, por caminos o asfalto, endureros más aficionados a lo extremo que a las cronos, aficionados a pasear por cualquier tipo de caminos…esta moto sirve hasta los que quieren una moto para hacer recados por el pueblo y volver a casa atravesando montes. Una moto para todo y para todos.

Y todo ello lo hace desde una perspectiva nueva, para lo que es necesario tener la mente abierta. Comparándola con una Enduro R no es tan rápida en las cronos o en pistas, pero tampoco queda tan lejos. Y puestos a hacer zonas de trial, a lo mejor metes un pie de más, pero acaba por subir. Y, por supuesto, si vas a ir a por el pan y el periódico, no podrás guardarlo tan cómodamente como en el scooter y necesitarás llevar la mochila (y no dejarla muy lejos, que no tiene llave). Pero es una de las pocas motos con las que podrías hacer las tres cosas con una sonrisa en la cara.

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CÓMO ES LA KTM FREERIDE 250 R

EL DETALLE

El tapón de gasolina tampoco lleva llave. Para encontrarlo, hay que saber dónde está: levantando el asiento. Dispone de una palanquita, bien escondida en la parte trasera lateral izquierda del asiento, que se empuja con un dedo y abre el asiento por completo, hacia delante, girando sobre unas bisagras por detrás de la pipa de la dirección. Y otra gran idea es que aquí va el filtro de aire, metido en un bote de plástico. Tiras de él y sale con toda facilidad, lo que facilita mucho la labor de limpieza de este importante elemento.

Ligera y estrecha, no parece una 250. Además, si la comparas con cualquier moto de enduro, digamos estándar, es bajita. Su asiento se sitúa a 915 mm de altura sin carga, bajando lógicamente cuando te subes. Agradable de mandos, dispone de un embrague hidráulico con tacto impecable. Se pone en marcha con botón, no hay pata de arranque y no hay contacto. En el fondo es una moto de campo, diseñada para ese uso, una limitación importante para el que quiera dar un uso más diario y «trail», pero nada que no pueda solucionar un mecánico un poco «manitas». Sí que incorpora bloqueo de dirección, aunque el sistema es un tanto anticuado, con una llave en el lateral de la pipa. El cuadro, muy básico, con velocidad, hora y kilometrajes, añade varias funciones más, pero más pensadas para ese uso off road que otra cosa. Se enciende cuando detecta movimiento en la rueda delantera. Y es curioso el sistema para acceder al depósito de gasolina y del filtro de aire, levantando todo el asiento.

Mecánicamente, monta un propulsor 2T de 250 cc derivado del motor de las EXC 250 de enduro. Se ha eliminado la válvula de escape y se ha suavizado el comportamiento, sustituyendo la bruta respuesta a altas vueltas de la EXC por unos bajos contundentes y unos muy buenos medios. Para este fin, también el escape es un tanto especial, con la bufanda muy fina y escondida por dentro del chasis.

Éste es un doble cuna por abajo y perimetral por arriba que se une a unas placas laterales de aluminio. Detrás, el subchasis es de material plástico. Con suspensiones WP, el amortiguador trasero es progresivo pero sin bieletas, recurriendo al sistema PDS que KTM emplea en sus enduro. Y los frenos se encomiendan a dos discos ondulados con pinzas de anclaje radial delante y detrás: pequeñas, pero con buen poder de detención y un tacto potente y fácil de dosificar.

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Cubre cartér, protectores de horquilla, basculante de aluminio…cada detalle muestra que se trata de una moto con un buen nivel de equipamiento considerando que es una moto off road. Llaman la atención los neumáticos Maxxis de serie: son de estilo trial, pero no exactamente, sino desarrollados específicamente para ella, con un mayor agarre lateral, con tacos muy blandos y una excepcional capacidad de tracción. De hecho, hasta en asfalto van bastante bien. 

LO MEJOR
– Ligera, divertida y agradable en cualquier uso
– Imagen original
– Acabados de primera
 
MEJORARÍA CON 
– Mayor equipamiento (llave de contacto), de cara a utilización ciudadana
– Asiento más blando
– Sin posibilidad de llevar pasajero
 

mik8768CÓMO VA LA KTM FREERIDE 250 R

De las motos que he probado últimamente, creo que la Freeride es una de las que más expectación ha levantado. Todos los aficionados que la conocen me preguntan qué tal es y casi todo el mundo adelanta una conclusión: «como las típicas trial-excursión, ¿no?». Pues no. Es distinta.

Para empezar, la KTM Freeride 250 R no incorpora un motor de trial. No es una moto de trial con un poco más de asiento y un desarrollo de transmisión alargado «un par de dientes». Es un nuevo concepto de KTM, lanzado hace un par de años con la 350 de 4T y que alcanza con esta KTM 250R 2T una nueva dimensión. Es una moto ligera, muy fácil de llevar y con unas capacidades «todoterreneras» impresionantes: capaz de rodar por pistas con mucha más soltura, facilidad y comodidad que cualquier trial-excursión, cuando llegas a zonas complicadas te lo pone fácil, con mucha tracción, mucha estabilidad a cualquier velocidad y un tacto exquisito de todos los mandos, lo que te permite superar obstáculos que con tu moto «enduro-normal» te costaría mucho más. Es su mejor faceta en el campo: la facilidad de uso absoluta.

En caminos va muy bien. Un cambio de 6 velocidades (tampoco nada que ver con las motos de trial), con cinco marchas bien escalonadas y una 6ª especialmente larga, con más agarre lateral de los neumáticos del que esperaba hace que puedas mantener cruceros más elevados de lo que parece. Son suficientes para seguir el ritmo de cualquier moto€siempre y cuando los otros «endureros» no se pongan en plan «racing». 

Solo en zonas con rizados cortos y muy seguidos, las suspensiones se muestran un poco secas y cortas, «acogotándose» un poco. Y los frenos, que al principio parecen un excesivos de potencia, acaban por demostrar un nivel suficiente y, sobre todo, un tacto impresionante: con un sólo dedo controlas perfectamente la cantidad de freno que quieres delante. 

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Por pistas debes aprovechar las bondades del motor, con un régimen medio que ya quisieran muchas 4T. No hay nada arriba. En la zona donde el motor EXC «de verdad» pega el tirón definitivo y empuja con verdaderas ganas, la Freeride ya no tiene nada. Es mejor ir en marchas un poco largas y debes confiar en los neumáticos, en la ligereza de la moto y en lo noble de su chasis, porque no la sacarás por motor de una derrapada larga. Ahora bien, si en tu excursión hay trialeras, serás tú el que tenga que esperar a los de las enduro.

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Sobre el asfalto no va nada mal. La 6ª, algo más larga, permite rodar cerca de 100 km/h, aunque a esa velocidad las vibraciones son notorias. Las ruedas no transmiten, sin embargo, las vibraciones típicas de otros neumáticos de tacos y se agarra bien al asfalto, incluso con algo de humedad. Entre coches, alta y muy ligera, es imbatible, directamente, Si no fuese porque en su concepción se han olvidado intencionadamente (no se diseñó para ello) de la utilización diaria en ciudad, sería una gran opción como trail urbana con la que divertirte los fines de semana en el campo. Lanzo una idea a KTM: ¿por qué no una versión un poquito más trail? Una llave de contacto y algún detalle más y listo. Pero aún siendo como es, si la usas para moverte en el día a día, siempre y cuando tengas un poco de cuidado al aparcarla (y con tus zapatos, porque la palanca de cambios off-road es completamente metálica), la KTM Freeride 250 R resulta una moto muy agradable.

KTM FREERIDE 250: LOS RIVALES

No hay rivales directos en todo el mercado para la KTM Freeride., un concepto ideado por los austríacos que ni siquiera tiene paralelo en la gama hermana Husqvarna. Si te gusta este concepto, podrás elegir entre los tres modelos Freeride disponibles. 

ktm 350 freerideKTM Freeride 350 (7.290 €)

La versión de motor 4T de la Freeride fue la primera en llegar a la gama. Con el motor derivado de la enduro KTM EXC 350 F, tiene los mismos CV que la Freeride 250 R, pero siete kilos más. Con menos capacidad de gasolina en el depósito, emplea las mismas suspensiones y parte ciclo que la 2T.

 

KTM Freeride E-XC (11.131 €) ktm freeride e

La versión eléctrica de la Freeride es la referencia eléctrica de campo del momento. Con 22 CV, mucho más par que las de gasolina (y constante) y con unos pocos kilos de más (108 kg) es una opción muy exclusiva en cualquiera de las tres versiones que se comercializa: E-XC para la enduro, E-SX para la de cross no matriculable o E-SM para la versión con ruedas de asfalto.

 

Ossa Explorer (5.800 €)

La Ossa Explorer es seguramente la moto de trial-excursión más evolucionada del mercado, ya que los ingenieros de la marca española no han querido limitarse a adaptar un asiento grande a su revolucionaria TR 280i. Subchasis, estriberas y depósito se han concebido específicamente para esta moto, que será más eficaz en trialeras, pero no tan versátil como la KTM.

 

Sherco X-Ride 390 (5.450 €)sherco x ride 390

Quizá la más cercana, por concepto, a la Freeride es la Sherco X-Ride 390. Exhibe un chasis diseñado para ella, con un motor derivado de la 290 de trial de la marca franco-española. Más ligera que la KTM y similar en planteamiento, en el fondo resulta más trialera. La Sherco tiene  una «gemela» en la otra marca del grupo:  la T-Ride de Scorpa.

KTM FREERIDE 250: ASÍ LA VEMOS

La Freeride no es una moto asfáltica, es una auténtica off road. No obstante, ello no significa que no se pueda usar con normalidad en este medio. Se defiende. No corre todo lo que una 250 podría hacerlo sobre el asfalto y si fuerzas el ritmo te obsequia con unas bonitas vibraciones. Evidentemente, está hecha para el campo y para aprovechar su medio régimen. Es rápida de dirección y ágil, y se agarra más de lo que parece. En ciudad sería simplemente fantástica si pudieses dejarla sin vigilancia. Sin llave de contacto ni cierre del tapón de gasolina, y aunque sí tiene bloqueo de dirección, no te puedes alejar mucho de ella. Además, las palancas y reposapiés son casi «solo para botas de cross». 

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No hay posibilidad de llevar pasajero. La KTM Freeride 250 R es una moto monoplaza y, por tanto, con alguien en la parte trasera, además de «agacharse» demasiado, podrían multarte. No hay reposapiés ni asideros. Es una moto cómoda de mandos, con buen tacto, algo menos en lo que la palanca de cambios se refiere si no vas con botas fuertes. Cuenta con un asiento duro, como suele ser frecuente en las motos de campo. En opción, KTM ofrece una variante más blanda. 

Pero en off road es una maravilla. Muy recomendable para cualquiera, es una moto que, como dice la propia marca, cuanto más difícil es el sitio por el que pasar, más fácil lo pone. Quizá sea algo exagerado, pero lo cierto es que en zonas complicadas acabas creyéndote mejor piloto de lo que eres. Muy recomendable, sobre todo, para iniciarte en el campo y en el off road porque todo lo hace bien y fácil.