Primera prueba nueva Honda Scoopy 300i
Como dice el tópico, «Todo cambia para que no cambie nada» en la tercera versión del Honda Scoopy 300i 2015 recién presentada en nuestro país. Manteniendo el exitoso concepto de la saga Scoopy de rueda alta y plataforma plana, ha recibido notables evoluciones en motor y bastidor además de redimensionar el hueco bajo el asiento para alojar un casco integral. Era su asignatura pendiente como lo fue para su hermana menor Honda Scoopy SH 125. Ahora, la funcionalidad alcanza el máximo nivel y se convierte en poderoso argumento de marketing y ventas. Propiciará el relanzamiento del extraordinario scooter que en su día definimos como el GTI del segmento: Vehículo compacto, ligero, ágil y con muy brillantes aceleraciones que le sitúan en la cúspide ciudadana y le destacan en carretera, sobremanera en las de curvas.
Integral bajo el asiento y mejor parte ciclo en el Honda Scoopy 300i
La ampliación de la cavidad bajo el asiento para alojar un casco integral, ha requerido el rediseño del chasis con distinta ubicación de los soportes de refuerzo que mejoran la rigidez del conjunto. El resultado ha sido encomiable. La direccionalidad es aplomada a cualquier velocidad, incluso ajena a las turbulencias generadas por el tráfico pesado en carretera. En carreteras sinuosas, las trayectorias son nítidas y precisas, sin la mínima reacción siquiera cuando es sorprendida por baches o protuberancias del asfalto en plena trazada de curva. El comportamiento dinámico alcanza la excelencia mediante el incremento de la distancia entre ejes (16 mm) por alargamiento del basculante en la misma medida. También es ayudado por la mayor rigidez de las suspensiones. Ciertamente son más duras, en ligero detrimento del confort, pero la satisfacción y seguridad del conductor están muy por encima de la leve pérdida de comodidad sobre firmes irregulares. Alcanzan muy buen compromiso entre ambos factores.
Con todo ello, la conducción de la nueva Honda Scoopy 300i ha cambiado de personalidad. Se ha vuelto más rápida de reacciones con veloz e inmediata entrada en curva. Gira con decisión al mínimo cambio de pesos. El perfil de los neumáticos Metzeler Feel Free tienen buena razón de ello. La agilidad ha crecido notablemente y es carácter determinante para moverse en el tráfico urbano con autoridad. También por carretera y si es de curvas, todavía mejor. Las respuestas del motor ponen el resto. Admirable dinamismo.
Motor revisado: más aceleración y recuperación. Menos consumo.
El brillante motor de 279 cc 4 SOHC que siempre ha distinguido a las Honda Scoopy 300i por sus contundentes aceleraciones desde salida parada y en recuperación, también ha sido objeto de renovación. El objetivo y resultado ha sido mejorar, todavía más, las prestaciones a bajo y medio régimen que la caracterizan para reinar en la ciudad y periferia donde aceleración y recuperación son determinantes. Para ello se ha desplazado el par-motor 1.000 rpm hacia abajo con la mínima pérdida de 1 Nm. Ahora, esa plenitud (25,5 Nm) la alcanza a 5.000 rpm con suavidad mecánica superlativa y mínimas vibraciones. Las aceleraciones a salida parada, la recuperación a medio régimen y la suavidad de entrega, son auténtica delicia para el usuario. Da la impresión de estar propulsada por un motor eléctrico.
No obstante esa notable mejora, por el camino ha perdido 2 CV de potencia máxima en la zona más alta de la curva de potencia, pero los 25,1 CV actuales los entrega a 7.500 rpm y eso es 1.000 rpm antes que los 27,2 CV anteriores. La velocidad máxima no se resiente en absoluto por esa merma y tiene la ventaja de alcanzarla en menor tiempo. Además, cuando se circula en el límite de velocidad legal el motor ronronea plácidamente a 6.000 rpm sin apenas hacerse notar y con una reducción del 8,8% en consumo. La nueva distribución, el rediseño de los conductos de admisión y escape, la gestión electrónica de la ECU, junto a la fabricación de componentes móviles con tecnologías de baja fricción, alcanzan un rendimiento de 33,3 km/l (3 l./100/km), mejorando los 30,6 km/l. (3,26 l. /100 kms) de las versiones anteriores. Esas cifras suponen una autonomía capaz para recorrer 300 km con un depósito (9 l.) de gasolina sujetándose a la normativa homologada de consumos (WMTC).
ABS de dos vías y demás tecnología electrónica
El apartado frenos sustitye el sistema ABS Combinado por el evolucionado sistema de dos vías que modula la frenada de cada rueda de forma independiente e interrelacionada. La pinza de la rueda trasera ya no actúa sobre uno de los tres pistones de la pinza delantera, es la centralita de gestión quien controla esas situaciones antibloqueo de forma independiente para cada rueda. Mesura añadida para mejorar la seguridad del usuario incorporándola de serie.
La novedad que más llama la atención es el sistema de seguridad adoptado para la llave de contacto utilizando la más avanzada tecnología automovilística. Se trata de un pequeño mando electrónico denominado Smart Key que el conductor lleva en el bolsillo y actúa en un radio de dos metros. A esa distancia activa el desbloqueo del dial de «modo» situado en el lado derecho del contraescudo -en el lugar habitual de la llave de contacto- desde el que se acciona el contacto y la apertura eléctrica del asiento. Dispone de dos pulsadores: uno activa los intermitentes para localizar la moto en el tumulto del aparcamiento ciudadano; el otro, bloquea distancia el sistema. Pero en ningún caso para el motor a menos de hacerlo manualmente con la «lave de paso» fija en el «dial modo».
Cuando el Smart Key está fuera de los dos metros de incidencia resulta imposible activar el contacto para arrancar el motor ni abrir el asiento. Es un buen antirrobo, no cabe duda, pero plantea incógnitas en caso de extravío del mando electrónico. Tampoco se conoce el precio de la copia de reposición.
