Nos subimos a la Honda MSX 125 cc

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Nos subimos a la Honda MSX 125 cc
Daniel Navarro
Daniel Navarro
Una moto original como pocas que, a pesar de su tamaño y de sus ruedas de 12", con un moderno motor de inyección resulta ser algo más que un juguete. La MSX sorprende y resulta más útil y lógica de lo que puedas pensar.


La Honda MSX llamó mi atención desde el momento en que la descubrí por primera vez mediante las fotos oficiales de Honda anunciando la llegada de este original modelo. Me pareció buena idea. Si durante muchos años Honda vendió con éxito en todo el mundo las Dax y Ape, precursoras de las actuales pit bikes y mini-motos, como modelos matriculables, fiables, ágiles y ligeras, y si Suzuki sigue vendiendo bien su Van-Van, una filosofía muy similar, ¿por qué no ofrecer una alternativa moderna a aquel concepto?

Y así es la nueva MSX 125. Resulta una verdadera moto de calle, con un motor 125 4T alimentado mediante inyección electrónica y con todo lo necesario para circular con toda normalidad, aunque con ruedas de 12″ y un chasis compacto que le otorgan una imagen de pit-bike. De hecho, parte de la filosofía que subyace es la misma: si una pit-bike convencional es para «jugar» al motocross o al supermotard con motos más pequeñas, la MSX sigue esta idea también en su denominación: Mini Street eXtreme, es decir, «pequeña para la calle y extrema». De estas tres cualidades, sólo la tercera puede ser discutible, pero cuando ves su diseño», sus colores y su agilidad, queda plenamente justificada.

Es una moto completa, y hasta bien equipada. Hay capacidad para dos personas y está homologada para ello. Bajo el asiento hay hueco para herramientas, tiene un cuadro digital muy del estilo de otros de la marca del ala extendida, piloto trasero de leds, buenas luces, intermitencias… No falta de nada de lo que pueda tener una moto «grande», salvo su tamaño. Y subirte en ella es lo más divertido. Es fácil de llevar para cualquier nivel de pilotaje. Incluso será una buena escuela para enseñar a montar en moto, puesto que todo funciona exactamente igual que en cualquier moto. Además, lo hace con la calidad a la que Honda nos tiene acostumbrados. 

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EN MARCHA

 

Es una moto original que «cae simpática» nada más verla. Por supuesto, en parado, manejarla es un juego de niños: muy ligera, bajita y con un impresionante radio de giro, cuando la pones en marcha emite un sonido grave, de monocilíndrica «gorda», y te llegan algunas vibraciones a los reposapiés. Ya rodando, es divertida y ágil. Lleva un motor que podría pecar de algo «soso» si estuviese montado en una parte ciclo normal. Y es casi «eléctrico»: no hay picos de potencia y entrega par en todo momento. Se declaran 10 CV, suficiente para sus poco más de 100 kg y transmite el movimiento a través de un cambio de 4 velocidades con embrague manual.

Es capaz de correr mucho y sobrepasar los 100 km/h con holgura, pero va muy forzada, con el motor metido en corte de encendido. Como el cambio es sólo de 4 marchas, con una 4ª larga, su velocidad «buena» es de unos 80 o 90 km/h, y para pasar de 100 necesitarás estirar bien todas las marchas y que la carretera te permita estirar la 4ª hasta la zona roja, algo que no ocurrirá con poco viento frontal o un mínimo de subida. Es algo nerviosa en estas situaciones, algo lógico en una moto que mide sólo 1.200 mm entre ejes y que equipa ruedas de 12″, pero no es inestable en absoluto ni llega a dar malas sensaciones. 

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Con buenos frenos, suspensiones correctas, con monoamortiguador y horquilla invertida, la MSX «nota» enseguida si el asfalto no está bien. Es un efecto lógico de las ruedas de 12″, pero salvo en ese caso, es estable y agradable de conducir. En ciudad o en carreteras muy reviradas es muy divertida. El chasis y la parte ciclo es mejor de lo que te crees, transmite bien lo que haces y permite pilotar con confianza. El cambio, bien escalonado, junto al buen par del motor, no requiere cambiar, pero si quieres mantener un ritmo «divertido», entonces estarás jugando continuamente con las tres relaciones superiores del cambio. Todo esto lleva a la parte «extreme» de su nombre y a la parte divertida de la MSX, con buenas sensaciones y ganas de jugar, aunque los neumáticos, unos  «Vee Rubber» que no están a la altura, limitan esa diversión, ya que llegas antes al límite de adherencia de los neumáticos que al de la parte ciclo de esta «Hondita». De hecho, es fácil animarse con ella y encontrarte, de repente, con una deslizada de rueda no buscada y de improviso. Merecería algo mejor en este aspecto.

CON PASAJERO

Sinceramente, cuando la vi y me subí por primera vez me fijé en los reposapiés del pasajero. Y me pareció que está bien que los lleve: así está homologada y, en caso de emergencia, puedes subir a alguien. Pero en este sentido engaña, porque va muy bien. Las suspensiones no ceden demasiado y, a pesar de las ruedas de 12″ y la corta distancia entre ejes, no va nada mal con pasajero. Ahora bien, el motor de 10 CV lo nota. Y más vale que os llevéis bien, porque no va sobrada de espacio como para dejar hueco entre ambos ocupantes…

MOTOR

Derivado de los «Cub» de Honda, cuyo último ejemplo es el del Wave, es un motor fiable y muy duro, de 10 CV y cuatro velocidades, convenientemente revisado en la alimentación (inyección electrónica) o en distribución, lo que le permite ahorrar gasolina.

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EQUIPAMIENTO

Es una moto bastante estándar, no hay grandes concesiones a novedades en este capítulo ni te encuentras con grandes sorpresas. Pero es justo reconocer que tampoco necesitas más ni se hecha de menos nada importante para un uso diario.

CARGA

Sería mucho pedir que además de ser compacta, ligera, divertida, ser capaz de llevar a dos, también pudiese llevar varias maletas de equipaje. No está pensada para ello. Un top case detrás le puede caer como «a un santo dos pistolas». Lo que necesites llevar, será mejor confiarlo a una mochila.

CONFORT

Cómoda para pilotos de cualquier talla, la ergonomía está bien resuelta, y a pesar de que puede parecer «que no cabes», la moto tiene una posición de conducción muy cómoda y natural, con el cuerpo algo adelantado en plan Supermotard. El asiento no es especialmente mullido, pero no es una moto para estar horas y horas sobre ella.

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PARTE CICLO

Un tubo rectangular une la pipa de dirección con el eje del basculante, y de él cuelga el motor. Exhibe horquilla invertida, monoamortiguador sin bieletas y frenos de disco. Todo en ella funciona de forma impecable. Pero son las ruedas de 12″ las que marcan la personalidad de la moto.

 

ASÍ LO VEMOS

En carretera, la MSX va mejor de lo que puede parecer. Es una moto muy pequeña, con ruedas de 12″ y muy corta entre ejes. Su motor ha sufrido una puesta al día, ya que está basado en una unidad que no es ningún ejemplo de Hi-Tech. Sin embargo, se defiende mejor de lo que parece. Supera los 100 km/h reales, manteniendo sin problemas cruceros de entre 80 y 90 km/h en el marcador. Es algo nerviosa de dirección, algo normal con sus medidas, pero está tan bien hecha que no llega a ser un problema serio en ningún momento.

En ciudad es simplemente una maravilla: corta, con mucho giro y mucho más ágil que cualquier otro modelo que hayas probado con motor, es un gusto dedicarse a ir de un sitio a otro en la ciudad. Bien acabada, detalles como los sensores de la inyección, algo expuestos, o las masas del sistema eléctrico al chasis mediante terminales a la vista al quitar el asiento, le rebajan algún punto. Con un equipamiento muy aceptable, no falta nada de lo que necesites en cualquier moto, aunque tampoco hace concesiones al lujo. Para el pasajero hay sitio, pero sin asas para él y con un espacio algo justo por el espacio disponible, lógicamente.

LO MEJOR

· Muy ágil y manejable 
· Divertida, muy fácil e intuitiva
· Acabados

MEJORARÍA CON…

· El precio es algo elevado
· No monta el embrague «automático» de otras versiones de este motor
· Los neumáticos no están a la altura del conjunto

                      

 

Honda MSX 125