Honda Scoopy Vs. Suzuki Sixteen
«Se han debido equivocar, es un Scoopy», era el comentario general. Se parecía pero no era un Scoopy. No es la primera vez que una marca lanza un modelo similar al popular rueda alta de Honda aunque sí es de los pocos que, con una estética prácticamente idéntica, le puede plantar cara a todos los niveles.
Los de Suzuki han hecho sus deberes y han dotado al Sixteen de un motor con inyección electrónica, un equipamiento muy completo y un sistema combinado de frenada hidráulico muy eficiente. Esto es precisamente una de las mayores diferencias que tiene con el Scoopy, que mantiene el freno de tambor detrás y reparto de frenada mecánico. Pero de esto os hablaré luego.
El Honda Scoopy es sobradamente conocido pero para los que no lo conozcan ahí va una breve presentación. Hablamos del scooter de más de 50 cc más vendido en España -y en Italia, principal mercado europeo- durante los últimos años, gracias fundamentalmente a que es un rueda alta de estética sencilla y elegante que ha marcado tendencia, con muy buenos acabados, un poderoso motor inyectado y el equipamiento necesario para ser un práctico vehículo urbano.
En la prueba hemos contado con la versión Sport, que en lo único que se diferencia de la versión estándar es en los colores de las carrocería y las llantas y que su precio es 50 euros superior.
La fama y el prestigio del Scoopy desde un punto de vista comercial es difícilmente superable, por ello Suzuki tiene que jugar muy bien sus cartas.
No ha empezado mal, ha puesto al Sixteen un precio de 3.199 euros, 150 más barato que su rival directo, a lo que Honda ha contestado con una oferta veraniega de 3.149. Como veis, la cosa no puede estar más al rojo vivo.
Honda Scoopy
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Cabe un semi-jet y con dificultades. Por ello, Honda ha lanzado un casco que cabe justo sin tener que forzar el asiento. En el hueco está la bolsa de herramientas y al final el tapón del depósto de gasolina. | Instrumentación. Velocímetro, niveles de gasolina y temperatura y cuentakilómetros (parcial y total). Lo completa el reloj horario digital y los testigos luminosos -donde falta el de la reserva, una gran ausencia-. |
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Frenos. Disco delante y tambor detrás con frenada combinada mecánica, es decir, al accionar la maneta izquierda tira de la derecha dejándola «muerta». Es el mayor handicap con respecto al Sixteen. |
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Aire y gancho. Tiene salidas de aire caliente a ambos lados del contraescudo. El gancho está muy abajo y no es eficaz a la hora de colgar bolsas. | Guantera. Bien situada y con cerradura, en la cavidad que queda libre se pueden guardar objetos pequeños. |
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Vista trasera. Los grupos ópticos son similares; aunque es el Scoopy el que tiene las tulipas de los intermitentes más grandes. Lo mismo pasa con el guardabarros, la luz de la matrícula y el reflectante. | Asientos. Ambos asientos dibujan prácticamente la misma silueta y se encuentran prácticamente a la misma altura. El mullido del Sixteen es algo más blando, el Scoopy en cambio se muestra más ergonómico. |
Datos oficiales
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Motor
Simplemente un 10 Potente pero con una entrega de potencia progresiva y un comportamiento ejemplar tanto en ciudad como en carretera. Aunque en este último terreno se queda algo escaso de punta.
El consumo de 4,1 l./100 km entra en la media de los scooters de su categoría El sistema de inyección PGM-Fi es el mismo que utilizan las deportivas de la marca. Su sistema catalizador HECS3 minimiza las emisiones y hace que cumpla con la Euro 3.
Equipamiento
Correcto para el día a día aunque con ausencias destacables y casi incomprensibles en un scooter de más de 3.000 euros. Le falta una toma de corriente, pata lateral y un testigo luminoso de reserva. Aparte de esto cuenta con lo necesario exigible a un rueda alta de su categoría, tiene parrilla trasera, gancho, suelo plano e incluso freno de estacionamiento, algo que se agradece al aparcar sobre un firme irregular o en pendiente.
Carga
Todos los rueda alta cojean del mismo pie, y este es la capacidad de carga. La llanta de 16» no permite que el hueco bajo el asiento sea profundo y sólo cabe un casco semi-jet y a duras penas. La guantera contribuye a aumentar el volumen de carga, también el gancho acompañado del suelo plano y la parrilla trasera.
Confort
El conductor tiene habi-tabilidad de sobra adoptando una postura de conducción cómoda y con un asiento 100% ergonómico. El Scoopy es apto para todos los públicos aunque a los muy altos les tocarán las rodillas en el contraescudo y los que sean muy bajos notarán el asiento algo elevado del suelo.
Parte Ciclo
A pesar de que la horquilla está demasiado blanda el comportamiento de las suspensiones es bueno y efectivo ante los baches. El chasis es rígido y proporciona un fantástico paso por curva.
En cuanto a los frenos le falla que el trasero sea de tambor porque no tiene la misma precisión que un disco. Además, el tambor obliga a que la frenada combinada sea mecánica, es decir, al accionar la maneta izquierda, tira literalmente de la izquierda dejándola con el recorrido muerto.
En marcha
El «rey», en su trono
La Popularidad del scoopy no es porque sí, se la ha ganado encandilando a los usuarios principalmente por su buen funcionamiento. El motor es su principal reclamo, la entrega de potencia es suave, progresiva y sin vibraciones, con buenas cifras de aceleración y consumo.
La postura de conducción es prácticamente perfecta: manillar, asiento y plataforma están posicionados de tal forma que cualquier persona pueda conducir a gusto, incluso los altos.
El tarado de las suspensiones -no demasiado duro- es amable y juega un papel fundamental en el buen paso por curva del Scoopy en donde puedes tumbar hacia el lado que quieras sin que nada roce con el asfalto. La frenada combinada mecánica y el tambor trasero muestran eficacia pero mal tacto a la maneta.
El Scoopy se muestra válido para recibir al pasajero. En el asiento hay sitio de sobra y cuenta con asideras y reposapiés extraíbles. La única pega que se le puede poner es que las plataformas reposapiés no son tan cómodas como las estriberas normales a la hora de apoyar los pies.
Accesorios
Para armarlo hasta los dientesKit calentadores de puños. Precio: 158,94 –
Respaldo de abajo top box.
Precio: 23,84 –
Respaldo de arriba top box. Precio: 52,56 –
Parabrisas.Precio: 135,41 –
Top box 35 litros. Precio: 144,58 –
Top box 45 litros con soporte. Precio: 411,59 –
Bolsa interior top box.
Precio: 58,44 –
Bolsa interior lujo top box. Precio: 59,39 –
alfombrillas top box (35L).
Precio: 78,46 –
Funda de scooter. Precio: 78,46 –
antirrobo tipo U. Precio: 108,23 –
Colores (Sport)
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Suzuki Sixteen
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Instrumentación. Con los mismos parámetros de funionamiento que su rival, sólo que al dar al contacto, la pantalla digital marca los kilómetros que quedan para pasar la revisión. Tampoco tiene testigo de reserva. | Disco trasero. Es una de las mayores diferencias con su rival. Es un sistema de frenada combinada hidráulico efectivo y que proporciona muy buen tacto a la maneta. |
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Freno delantero. Es el mismo sistema que utiliza el Burgman, de los tres pistones de la pinza delantera uno se utiliza cuando se acciona la maneta izquierda -la frenada combinada- y los otros dos sólo actúan con la maneta derecha. | Igual. El hueco sólo acepta un semi-jet y no todos. Suzuki también ha creado como accesorio un casco que cabe sin problemas. Tiene herramientas y detrás el tapón del depósito de gasolina. |
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Guantera. Tiene dos huecos a ambos lados de la columna de dirección aunque sólo es aprovechable el de la derecha; cuenta con cerradura. | Parrillas. En los dos la estructura de la parrilla portabultos sirve de asideras para el pasajero. La forma es diferente, además la del Scoopy es algo más pequeña. |
Frontales. La imagen lo dice todo. El parecido es aplastante más que las diferencias. La óptica del manillar, aunque de la misma forma, es algo mayor en el Sixteen. Por lo menos los de Suzuki han a tenido a bien cambiar el diseño de la parrilla delantera y evitar los adornos cromados. La disposición de los intermitentes es muy similar; en el Scoopy lleva integradas las luces de posición. |
Datos oficiales
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Motor
Potente y de bajo consumo. Sobre la base del motor del Burgman, Suzuki ha creado un motor de inyección y 4 válvulas muy equilibrado, con respuesta y nervio y conteniendo bastante el consumo. La salida desde parado es rápida.
Al igual que pasa con el Scoopy la velocidad punta es baja para salir a carretera. Equipa sensor de O2 y catalizador para adaptarse a la normativa Euro 3. El motor está articulado en el chasis por la parte inferior central.
Equipamiento
Tiene lo imprescindible y al igual que el Scoopy carece de toma de corriente, pata de cabra lateral y testigo de reserva. En cambio, tiene un sistema de cierre magnético para tapar el clausor y de esta forma no poder forzarlo. Un accesorio muy práctico para cuando el scooter tiene que pasar tiempo aparcado en la calle.
Carga
Un casco semi-jet es lo único que cabe bajo el asiento, donde también se encuentra la bolsa de herramientas. La enorme tapa de la guantera engaña ya que dentro caben muy poquitas cosas. Por lo menos tiene gancho portabultos -muy bajo pero al menos tiene- y suelo plano, además de parrllia trasera.
Confort
El mullido del asiento es blando, algo más que el Scoopy. También más alto, con 800 mm de distacia al suelo los/las que midan menos de 1’65 tendrán problemas para llegar al suelo. La habitabilidad es buena, incluso con dos personas, y la postura de conducción correcta. El puesto del pasajero es digno de elogios.
Parte Ciclo
Frenos de disco delante y detrás con frenada combinada hidráulica muy eficiente y con buen tacto. Las suspensiones tienen un tarado duro y firme haciendo que en el paso por curva tenga aplomo y sea estable en marcha pero también que no absorba bien los baches como el Scoopy. El buen comportamiento dinámico del chasis completa una excelente parte ciclo.
En marcha
Rival a medida
El Sixteen está en la misma línea que el Scoopy, hay que hilar muy fino para encontrar diferencias en marcha, pero las hay. Tiene un tarado más duro y menos recorrido en las suspensiones que lo hacen muy firme y estable en curvas pero algo seco de reacciones al coger baches, además al tumbar mucho roza la carrocería con el asfalto.
Los frenos son una de sus principales cualidades, dotados de mucha potencia y buen tacto, la frenada combinada funciona a la perfección. La postura de conducción es cómoda, prácticamente calcada a la del Scoopy sólo que con el asiento algo más lejos del suelo, lo que puede suponer un inconveniente a personas de baja estatura. Tiene algo más de ángulo giro que el Honda.
El pasajero en el Sixteen viaja algo más cómodo en el Scoopy por dos razones: una, por haberle dotado de estriberas en vez de plataformas, un elemento más apropiado para apoyar los pies, y la otra por el mullido del asiento, es más cómodo.
Accesorios
Prepara el Sixteen a tu gustoBaúl trasero de 37 litros. Las tapas de color se venden por separado.
Adaptador baúl trasero.
Respaldo. Va acoplado al baúl.
parabrisas alto.
Baúl trasero pintado de 33 litros. Es necesario adaptador según el modelo.
Tapa embellecedora de los retrovisores. En azul, blanco, plata y carbono.
Funda cubremoto. Impermeable y disponible en dos tamaños: M y L.
Set calcas de decoración con motivos florales.
Calca decorativa de la llanta, disponible en azul y blaco.
Pata de cabra.
Embellecedor del frontal con terminaciones en carbono.
Embellecedor toma de contacto. Con terminaciones en carbono.
Colores (Sport)
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