El dorado invade la Forty-Eight

Harley-Davidson vuelve a la carga con un apasionante diseño donde destaca el color dorado de la Forty-Eight. La moto de la marca americana mezcla el sabor añejo de los años 70, que le da este característico color dorado, con la potencia y modernidad de diseño de las motos más actuales.

La Forty-Eight nos sorprende con su color dorado del depósito, pero no es la única característica que hay que destacar de esta custom americana. Esta Harley incluye un elegante asiento individual, que tiene la peculiraridad del minimalismo que le da su perfil bajo.

Los puños de esta custom están muy cuidados. Éstos son un modelo oscurecido de los Diamond Black, de 1,5» de diámetro. Los puños incorporan una superficie estriada distintiva que deja al descubierto el aluminio crudo estilo Billet para ofrecer un contraste espectacular. Las estrechas bandas de goma y las superficies estriadas proporcionan un firme agarre.

Además hay que destacar el kit de protección de escape que han usado y que acompaña a la perfección el diseño de la moto. El Screamin Eagle-Jet Black prolonga el aspecto ennegrecido a todo el perfil de la moto. La capa negra mantiene su acabado negro uniforme y ha superado las rigurosas pruebas de durabilidad y resistencia a la corrosión de Harley-Davidson.

Los aspectos de ‘customización’ de esta Harley son variados. El que más destaca no es un elemento de la moto sino del piloto o usuario de la Forty-Eight. Harley oferta la posibilidad de acompañar el color dorado de su moto con un casco a juego.

El casco está bañado con pintura dorada a juego con el color shop del depósito de combustible (Spectrum Metal Flake Big Bass Gold) Este casco está elaborado a partir de calota de fibra de vidrio. Presenta un sistema de cierre con doble correa con anillas en -D- y una pestaña para una fácil extracción del mismo. Además cuenta con un cómodo y transpirable almohadillado y viene acompañado de una funda.

Estas son las principales características de una moto especial y hecha para los amantes de las Harley-Davidson. Sin duda el color dorado es arriesgar, pero quién no arriesga no gana y la marca americana lo sabe bien.