La seguridad como prioridad

Es evidente que el usuario de dos ruedas actual está mucho más concienciado en esta materia que la media de hace años, cuando todavía no nos sorprendíamos al ver circular a personas con su ciclomotor, scooter o moto sin casco o con el más soez de los “quitamultas”. Pero queda mucho camino por recorrer.
 
Esta implicación con el mundo de la seguridad también se hace patente en nuestros vehículos. El auge de los scooter de tres ruedas sigue esta filosofía. La inclusión de una segunda rueda delantera incide en unos márgenes superiores de estabilidad en toda circunstancia, además de superiores prestaciones en un aspecto de la conducción tan importante como es el de la frenada, ya que con mayor superficie de contacto con el asfalto, el potencial es netamente superior. De ahí que sea imparable la tendencia de usuarios de coche que se benefician de la convalidación de su carné B para moverse en su ciudad de forma más ágil con cualquiera de las variantes de tres ruedas disponibles hasta el momento.
 
Siguiendo con la relación coche-scooter/moto, la compra de modelos equipados con ABS sigue una tendencia al alza que demuestra una lógica preocupación por la seguridad. Por ejemplo, de una superventas como el Honda Scoopy SH 300, el 40% de las unidades vendidas incorporan ABS, a pesar de suponer un incremento de precio entorno a 500 €. El constante desarrollo de sistemas de frenada combinada por parte de las marcas hace también más fácil el acceso a los usuarios de coche (acostumbrados a frenar con un único mando) hacia el scooter.
 
Sin embargo, si somos tan exigentes hacia nuestros vehículos, ¿por qué no lo somos también con nuestro equipamiento? Con la llegada del calor es habitual ver a conductores/conductoras de scooter y moto ataviados con bermudas, pantalones cortos, vestidos de tirantes, etc. Aunque un scooter cuente con todos los desarrollos de seguridad disponibles, nunca se puede garantizar la ausencia de contratiempos. Y si estamos mínimamente equipados, las consecuencias serán mucho menores. El calor no debe ser excusa para circular desprotegido.