Echo un vistazo a Tráfico y Seguridad Vial, la revista oficial de la DGT, y me encuentro con una doble página dedicada a la accidentalidad en las motos.

Estatus social

Estatus social
Fórmula Moto
Fórmula Moto


El titular ya lo dice todo: -las motos siguen preocupando-, ilustrado con una única imagen a gran tamaño de un motorista con mono de cuero y moto RR. Primero, esta estampa ya queda muy lejos de la realidad de la moto en España en la actualidad. El parque se ha incrementado exponencialmente en las últimas temporadas gracias al refuerzo de los scooter y motos de 125 cc beneficiadas por la convalidación entre carnés. Pero hay otro componente más que relevante, y es que las motos deportivas han desaparecido de los puestos de privilegio en los listados de venta. Por tanto, seguir asociando al motorista con el amante de las sensaciones deportivas resulta ya anacrónico.

Lo cierto es que el devenir de las tendencias, en lo que a tipo de moto se refiere, no deja de sorprender. Del monopolio de las superdeportivas se pasó a la corriente de las naked deportivas entorno a 100 CV. Ahora, en el estreno de 2011, la última moda se refleja en la presencia de motos naked menos radicales (Yamaha XJ6, Suzuki Gladius, Kawasaki ER-6n, etc.) y, sobre todo, de aquéllas con un marcado carácter de status social como principal argumento a su favor. De otro modo, no se comprende que motos tan específicas y, en muchos aspectos, hasta exigentes como la maxitrail BMW R1200 GS, la serie custom Sportster 883 de Harley-Davidson o el maxiscooter Yamaha TMAX lideren sus respectivos segmentos de mercado frente a modelos, en principio, de corte más popular y, por supuesto, más económicas.

Por tanto, que las motos sólo son cosas de fanáticos de la velocidad queda como leyenda urbana. Y, por otra parte, en cuanto al tema de la siniestralidad, claro que las motos siguen preocupando. Cada accidente mortal es una tragedia, en moto, en coche, en autobús o como peatón, pero lo esencial es que la tendencia es claramente a la baja. En 2010, la moto ha reducido la siniestralidad en carretera un 14% por encima de la media del resto de medios de transporte, un descenso que ya acumula tres años consecutivos. Desde 2001, la tasa de fallecidos en moto por millón de vehículos del parque total también ha bajado, nada menos que un 60%. El resultado beneficia a todos, incluido el status social de la moto.