Yo corrí contra Biaggi

Y no una, sino varias veces. Aunque decir “correr contra Biaggi” no lo veo del todo acertado, porque exactamente lo que se dice correr contra él…más bien debería decir” yo compartí parrilla de salida con Biaggi”. Estoy seguro de que él no sabe quien soy, ni siquiera le sonará mi nombre. Hace tres años coincidí con él en la presentación de la Aprilia RSV4 en Misano, y estuve a punto de recordarle una anécdota que tuve con él hace años, pero al final, le vi tan rodeado de gente y tan solicitado, que me lo quité de la cabeza. Pero ahora, ante la noticia de su retirada –se supone que definitiva- me ha vuelto a la cabeza aquella anécdota, y a vosotros si os lo voy a contar.

En el año 1996 yo estaba empezando en el mundo este de las carreras. No tenía mucha experiencia, pero aún así, siguiendo los consejos de mi por entonces mentor Carlos Morante, decidimos correr el campeonato de España de 250 GP con una Honda RS que le compramos a Luis d´Antin. Alternaba esa categoría con la recién creada copa Aprilia 250. Había días que corría dos carreras en una misma jornada, de veintimuchísimas vueltas cada una. Era más joven…El caso, es que el Campeonato de España de 250 ese año 96, tenía un nivel realmente pobre, tanto en número de inscritos (no pasaban de 10 motos de GP por carrera, y a veces rellenaban con motos de serie procedentes de la copa Aprilia) como en el nivel de los pilotos, puesto que sólo había un par realmente rápidos. Y yo no estaba entre ellos…

Total, que el nivel era tan bajo, que a pesar de mi poca experiencia, a mitad del campeonato (que sólo tenía 3 carreras), me encontraba 4º en la clasificación general, y por lo tanto, eso me daba derecho a obtener una invitación Wild Card de la RFME para el GP de Cataluña del 14-15 de Septiembre de 1996. Aun recuerdo coger la carta de la federación del buzón de mi casa, y cuando la abrí, hasta alguna lágrima creo que se me escapó de la emoción. Lo hablé con mi padre y el resto de la gente de nuestro equipillo, y si. ¡Lo íbamos a hacer!

Lo primero fue buscar una moto algo mejor que la mía del campeonato de España. Le alquilamos a Javier Marsellá su moto (que era en ese momento el lider del Campeonato de España y que aún no se llamaba CEV, y que no podía correr el GP de Montmeló por una lesión…creo). Y al GP que nos fuimos. Es una pena que se pierdan algunos recuerdos en el tiempo. Se que fue un fin de semana muy intenso. Recuerdo momentos antes de salir al primer libre, como me flaqueaban las canillas. Recuerdo como temblaba mi moto en la recta cuando me adelantaban las motos oficiales. Recuerdo las gradas hasta arriba de público –era la época de Crivi-Doohan-…y recuerdo que los pilotos de la mitad para atrás del mundial, no se me iban tanto en las curvas…sin duda que aprendí mucho aquel fin de semana.

Pero lo que más recuerdo de aquel GP –y es ahora cuando vuelvo al principio del articulo- fue un momento de la carrera. Yo estaba dejándome la piel contra Vicente Esparragoso por tener el honor de no quedar el último en la carrera. No podía ni sabía ir más rápido. La 250 GP era una moto pequeña, muy pequeña. Y yo soy un piloto alto, muy alto. Tenía que hacer milagros para acoplarme en las rectas, pero creo que no lo hacía del todo mal. Debían quedar 3 o 4 vueltas, estaba terminando de hacer el primer curvón de derechas –curvón Renault-, y me dirigía lo más aplanado que podía hacia la curva Repsol. Yo iba a lo mío. No había visto antes ni banderas azules ni “na”. Cuando de repente y POR MI IZQUIERDA, aparece un misil negro pintado de Chesterfield adelantándome ¡¡¡¡A UNA RUEDA!!! No me lo creía. ¿era eso una dos y medio, y ese tío era humano? Yo, totalmente a fondo en cuarta y Biaggi con su Aprilia decide que le apetece humillar a los doblados. Pues muy bien majete, lo has conseguido. Ya bien entrada la vuelta siguiente aparecieron el resto: Olivier Jacque, Ralf Waldmann, Tohru Ukawa, Jurgen Fuchs…también había un tal Eskil Suter que iba muy rápido ¿os suena lo de Suter de algo?

Y es que, esa era la época en la que Biaggi se llevó de calle 3 campeonatos del mundo. Y por eso era mi piloto preferido. No se si ha habido algún piloto con la clase del romano en los últimos tiempos…al menos encima de la moto, porque fuera de ella…tenía sus cosas. En cualquier caso, le echaremos de menos. Por cierto, al final no quedé el último.