Rebelión en la granja

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Rebelión en la granja
Fórmula Moto
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Parafrasear la gran novela de George Orwell para recordar la rebelión de los animales contra el granjero y establecer similitud con lo ocurrido, y dicho, en Sepang por los dos grandes gallos de ese corral que es el paddock del Mundial. Aquello sucede en la Granja Manor y tiene neto tinte político. Lo de ahora ocurre en la «granja Dorna-FIM» y tiene visos de insurrección. En ambos casos, los actores se enfrentan al poder. El mismo fondo con distinta forma. Lorenzo y Pedrosa claman contra la lasitud jurídica del poder. Márquez ha desencadenado la rebelión. Es consciente de ello y asegura controlar la situación en la pista. Advierte no contemplar ningún cambio en su actitud. Es su estilo, dice.

Se espera y desea no dé más motivos para enjuiciarle. No le hace falta tamaña agresividad para ganar. Es lo suficientemente rápido para luchar por el triunfo prescindiendo del acoso intimidador que le acompaña. Debería entender y acatar el «margen de respeto» exigible en un deporte de tan alto riesgo. Se mantienen vivas en la reciente memoria las atroces imágenes del accidente de Simonceli. Los veteranos Jorge y Dani han aludido ahora a sus reiteradas advertencias vertidas entonces, antes del fatal accidente de Sic. Fue preclaro aviso, aunque diluido como azucarillo en el café. Después del óbito, nadie quiso recordar haberlo advertido antes. Era tan inapropiado como cargado de razón. A boca callada pasó por todas las mentes. Ahora, no esconden alusiones a los hechos pretéritos. No desean que vuelva a suceder a nadie más. También por eso denuncian la exagerada agresividad de los jovencitos de Moto3. Niños que andan a empellones hasta en entrenamientos. Reclaman acotar la tolerancia para enderezar la actitud de los futuros campeones. Se les ha de formar desde abajo, luego ya es tarde. Así pasa lo que pasa. Están cargados de razón. Mejor prevenir que curar.rdp 1En sus declaraciones dejan bien patente su disconformidad con la leve sanción de ese puntito que no cambiará nada la actitud del penalizado. Pena sin mayor consecuencia que un tirón de orejas. Así ya lo previmos en el blog anterior ( ARAGÓN STORY BY MARC & DANI ) y así se ha cumplido. El director de carrera, Mike Webb, declara que esa sanción es «para hacerle una advertencia formal a Marc, poniéndole un punto de penalización para decirle que debe tener más cuidado». Cuanto menos, pueril. No convence.

Nadie caiga en la tentación de creer que Jorge y Dani piden mayor severidad con la intención de perjudicar los resultados de Marc en beneficio propio. Ni hablando en clave de campeonato. No son de ese bajo calado. Alzan el tono recordando el nefasto pasado reciente, desde las advertencias dadas hasta el desenlace fatídico. 

Lorenzo evoca que por menos le sancionaron con una carrera. A Márquez no le hubiese cambiado su condición de líder no haber corrido en Sepang. Seguiría optando al título con ventaja. Ciertamente inferior, pero todavía como líder destacado. De haberle aplicado esa severa sanción, seguro consideraría tomarle la medida al «margen de respeto» más que exigible. El motociclismo no es deporte de contacto, por mucho que un sector se empecine en decir lo contrario. Quien así lo asevere demuestra desconocer el riesgo de este deporte. También ignora sus normas tácitas, siempre celosamente respetadas por los  pilotos y severamente sancionadas por la FIM cuando tenía el control absoluto del Mundial, entonces llamado amigablemente «Continental Circus». 

cable 3Otro asunto que sorprende, y mucho, es la absurda penalización a Honda despojándole de los 25 puntos para el campeonato de marcas conseguidos por la victoria de Marc. Tan venial es la punición al piloto como desmesurada la de la moto. Recuerda la «mili» cuando se arrestaba a un mulo, incluso a un cañón. Incongruencias. De nada sirve que Mr. Webb alegue «…estar mandando un mensaje a los fabricantes sobre los estándares de seguridad y sus mecanismos€» si no se procede a la inspección técnica de cada moto previa a cada G.P. Así actuaba antaño la FIM mediante Comisarios Técnicos cualificados. A falta de legislación al respecto, basta con redactar un escueto apéndice contemplando la obligatoriedad de proteger todos los componentes que afecten a la seguridad en el buen funcionamiento de la moto. Los alambicados razonamientos de Mr. Webb no afrontan con determinación ni seriedad las problemáticas cuestionadas y juzgadas tras el percance Márquez-Pedrosa. A lo sumo, marean la perdiz. Y así andamos.