MÁRQUEZ ATURDE

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MÁRQUEZ ATURDE
Carlos Domínguez
Carlos Domínguez


Se sabía de memoria el adelantamiento de Rossi a Stoner en 2008. Marc estudia en vídeo las carreras de MotoGP con enorme detenimiento y precisión. Analiza las trazadas de todos, aprende por donde conviene pasar y lo que interesa evitar. Desmenuza todos los adelantamientos habidos en cada carrera, incluso los más decisivos-conflictivos por si le fuera necesario para resolver una carrera. Así lo dijo en Jerez -entre risas y como a quien no le va la cosa- cuando apuró el adelantamiento a Lorenzo tal como había hecho Valentino con Gibernau. A Rossi le hizo gracia, pero no se lo creyó, sacó importancia al asunto y se lo tomó como una broma. Ahora, tres meses después, ha podido constatar que no era guasa. Marc desmigaja las carreras de MotoGP de años anteriores como quien separa la mies de la paja. Es ávido de aprendizaje. Tiene enorme capacidad cognitiva. Estudia los adelantamientos anteriormente habidos y los aplica con vehemencia. No se corta un pelo. Nunca lo ha hecho, ni en 125 ni en Moto2. Tampoco ahora en MotoGP.

Cuanto viene haciendo l´Enfant Terrible en MotoGP aturde más que asombra. Incluso más de cuanto hicieron en su día Pedrosa y Lorenzo no obstante su similar trayectoria cuando «rookies».También de cuando la explosiva irrupción del jovencito Valentino en la clase reina de 500. Él mismo reconoce el talento de Marc en público, le aplaude, le alaba y presagia un futuro de implacables triunfos. Se llevan buen rollo. Rossi tiene muy claro que Márquez es el campeón inapelable de la década en curso. Es su incuestionable sucesor: «Marc es como yo pero mejorado, como si fuese un nuevo modelo de Rossi». Son de esa raza, especial y escasa, para quienes dominar la conducción de cualquier artefacto con ruedas y motor les resulta natural y sencillo. Como lo fue para John Surtees único campeón del mundo de motociclismo y también de F-1. Virtuosos del pilotaje.

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Nuestros tres alfiles son casos paralelos, aunque bien diferenciados por el carácter y personalidad de cada uno reflejado en sus distintos comportamientos en carrera. Unos más agresivos, otros más conservadores; unos más viscerales, otros más sesudos; unos más precavidos, otros más temerarios; unos más perfeccionistas, otros más resolutivos. Cada cual con sus virtudes y sus deficiencias, pequeñas, sí, pero las tienen.

A Marc se le ve como la simbiosis idealizada de Hailwood y Stoner. La perfección y precisión de pilotaje del británico unido a la agresividad y talante del australiano. Con el añadido de su mejor talento. Así los resultados. Cada carrera que pasa recuerda un poco más a Casey pilotando la RC213V. La estruja y retuerce sin compasión. Poco le importan sus meneos cuando se revuelve contra él, como quejándose del continuo sobresfuerzo solicitado por «L´Enfant Terrible». Siempre le exige más. Hasta que se la acaba y le tira al suelo, como en las postrimerías de la Q1 de Laguna con el mejor tiempo en su haber: «Quería probar si se podía hacer más rápida aquella curva, ahora ya sé que no. Cuando buscas los límites pueden suceder esas cosas». Así de claro explicó la caída que le privó de la pole definitiva por solo 0,017″. No dio ninguna excusa como jamás hace. Admite su culpa. Reconoce que va buscando los límites. Es así como se logra ser más rápido que los demás. En carrera sacó todo su potencial y -adelantamiento a Rossi al margen- emprendió desaforada caza y captura sobre el escapado Bradl. Rivales que se conocen bien de Moto2. Stefan debió tener seria tormenta mental cuando veía en su pizarra como Marc le recortaba décima a décima la ventaja de 1,883″ que llegó a atesorar. «Otra vez Márquez quitándome una victoria», debió pensar. Le adelantó a trece vueltas del final y emprendió solitaria cabalgada hacia la «Chequereg flag» del triunfo. En Laguna Seca fue superior a todos. El mejor «rookie» de la era MotoGP no se podía conformar con menos para su debut en la mitificada pista californiana. Esa gesta le encumbra a la vez que preocupa a sus rivales para el título. Jorge y Dani deberán remangarse y ponerse en faena antes de que el simpático insolente se les escape.

Márquez huele el cautivador aroma del título, fragancia que conoce bien. Todavía le quedan otros nueve GGPP por disputar. Mucha tela que cortar. Nadie caiga en el error de darle ya el título a Márquez. Tampoco nadie se lo quite a Pedrosa ni a Lorenzo. En quince días el Mundial ha dado un vuelco. Las lesiones han reagrupado a los candidatos en la provisional. Las carreras post-vacaciones serán aguerridas, mucho, puede suceder de todo el próximo trimestre. Márquez tiene más a ganar que a perder. Para Jorge y Dani es todo lo contrario. El Mundial está más vivo que nunca.