Laia Sanz suma su cuarto Mundial de Enduro y sigue haciendo historia

El Gran Premio de enduro de Réquista, en los Pirineos de Francia, estaba marcado en rojo en el calendario de Laia Sanz. La piloto española sabía que tenía que conseguir un total de 17 puntos para proclamarse campeona del mundo. Y sí, lo hizo sin apenas despeinarse y ya en la primera carrera, donde dominó toda la prueba y entró en primera posición por delante de su máximo rival, Jane Daniels.

La bandera a cuadros le esperaban a ella y a su KTM 350 EXC-F para dar capertazo final a un Mundial de Enduro del que Laia Sanz vuelve a ser la reina absoluta. Tras este Mundial la piloto de Corbera suma ya cuatro entorchados mundiales consecutivos de enduro y se hace poseedora de un póker de títulos que sigue engrandeciendo su gran palmarés en el mundo del motociclismo.

El palmarés de Laia Sanz a sus 29 años es de leyenda viva de este deporte. Es su decimoséptimo título mundial, 13 de trial y 4 de enduro, que se complementan con las 4 medallas de oro en los X-Games y la mejor posición de siempre para una piloto en la categoría de motos en el Rally Dakar, 9º en la edición de este 2015.

Laia Sanz se mostró muy contenta tras la consecución del Mundial de Enduro y recordó que ahora le toca cambiar el chip y pensar en el Dakar 2016: «No me fijo mucho en las estadísticas ni en las cifras, aunque puedan ser muy llamativas. Siempre pienso a corto plazo, en los objetivos que tengo durante el año y los que vienen a continuación. Ahora ya estoy en modo Dakar, que es lo que importa. Ha sido un título especial que hemos celebrado todos con mucha ilusión porque era el primero en KTM, una marca que me ha dado la oportunidad de estar en el mejor equipo y tener la mejor moto, con muy buen ambiente y un gran trabajo por parte de todo el mundo, así que estoy muy agradecida por ello.»

Ahora tocaría descansar y disfrutar de este nuevo título mundial, pero Laia Sanz no para. La catalana ya está en plena preparación para un Dakar 2016 que se presenta como un reto apasionante para Laia Sanz. Una Laia sin techo, con ambición por bandera y que no se cansa de ganar sobre una moto.