Así funciona el motosharing en Madrid: Ioscoot

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Así funciona el motosharing en Madrid: Ioscoot
Fórmula Moto
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Hemos probado a fondo el servicio de motosharing de Ioscoot en Madrid y te contamos cómo van sus motos y sus ventajas e inconvenientes.


Si algo caracteriza la política de Ioscoot es la simpleza. Tanto sus scooters, sin carrocería y con aspecto a medio camino entre patinete, moto y bici (pero bien equipados), como su política de precios o su app todo destila facilidad e inmediatez, aunque en el fondo se use como cualquier otro servicio de motosharing.

Están disponibles las 24 horas del día, los 365 días del año. Tienen menos motos desplegadas en Madrid y eso se nota a la hora de encontrar una libre.

La moto Ioscoot

Ioscoot motosharing en Madrid

El modelo que utilizan se llama The Core. Se diseñó en España y se montan tanto en Barcelona como en Zagreb, en las instalaciones de una empresa que se llama Dok-Ing y que fabricaba (y sigue haciéndolo) carros de combate, lo que se nota en la moto. Seguramente en Going Green estarán encantados de venderte la que tú quieras (hay varios tipos de batería y opciones para ellas), pero lo cierto es que este scooter se diseñó para usos profesionales casi específicamente, bien carga y reparto, bien motosharing.

Es un tanto tosca de apariencia: no hay carrocería, todo es metálico y lleva los reposapiés al lado en lugar de una plataforma como el resto de scooters. En marcha todo ese metal suena y da cierta sensación de baja calidad, pero no va mal y se lleva sin problemas. Tienes dos tipos en Madrid: las hay con placa blanca, con homologación de moto para carné B, o placa amarilla como ciclomotor. Todas llevan como pantalla principal un navegador GPS que puedes programar desde la app, fantástica el día que tienes que ir a un sitio que no conoces.

En marcha

Ioscoot motosharing en Madrid

Ioscoot es la tercera en ofrecer un scooter L3e, aunque en la calle tienen también el mismo scooter, marca «The Core» en versión L1e. En la app, a la hora de reservarlo, no discrimina: será al entrar en el detalle del scooter a reservar donde fijándote en la matricula podrás saber cuál de los dos es. Es un scooter «de batalla» y se le nota.

Todo es metálico, no hay plataforma para los pies sino reposapiés metálicos a los lados y tienes que tener cuidado si sacas el pie al volver a ponerlo, ya que debes mirar la posición. De las seis empresas es la que tiene los scooters más descuidados. En esta prueba tuvimos que reservar tres: el primero no funcionaba, sin saber porqué; el siguiente estaba sin batería, pero seguía en la app dando que sí disponía de carga; y el tercero, el que ves en las fotos, funcionó pero tenía un espejo roto y la pantalla del GPS medio suelta. Se les ve más estropeados, rozados e incluso con manchas de óxido en algunas juntas.

La escasa carrocería que llevan, la caja que guarda las baterías, es metálica y va montada sin más, lo que produce en marcha un sonido metálico al golpear bastante pronunciado. Sin embargo acelera bien, corre bastante y frena de modo correcto, con un asiento cómodo. Su mejor baza es el GPS integrado.

Ventaja: El navegador incorporado es una ventaja en muchas ocasiones
Inconveniente: Es el más básico de los scooters que se ofrecen

Puedes conocer las condiciones de cada empresa de motosharing y sus precios en esta tabla.